Euroliga: Armani Milan 73-78 Real Madrid

Tavares y Rudy, héroes del silencio en Milán

El Real Madrid se impuso a Armani Milan (73-78) en un partido muy igualado y en el que Rudy Fernández y Walter Tavares marcaron la diferencia en un tramo final notable de los de Pablo Laso.

Ni el silencio impide al Real Madrid seguir sumando en Euroliga. El equipo blanco se impuso al Armani Milan en un encuentro que dio mil y una vueltas, de un dominio local sin el calor de su público a la reacción, liderada por unos inmensos Rudy Fernández y Walter Tavares, que se sirvieron para darle al Madrid el vigésimo primer triunfo (73-78) de la presente edición. A puerta cerrada y con el coronavirus en boca de todos, los pupilos de Pablo Laso se confirmaron una vez más venciendo a las bajas y a lo solitario del escenario con una victoria de tronío.

Bajo una atmósfera inadecuada para la práctica del baloncesto, pero obligados por la amenaza del coronavirus, Milán y Real Madrid se medían en un duelo de necesidades contrapuestas con el tramo final de la Euroliga como una realidad. Mientras los blancos trataban de afianzar posición de cabeza de serie para unos cuartos de final en los que ya aseguraron presencia, Armani trataría de hacerse con un triunfo que les aúpe en el vagón que otorga las últimas plazas a la fase final.

La obligación de ganar era mayor en los italianos y ello, lejos de otorgarles una presión extra, les aupó al liderato parcial con un inicio demoledor por su parte y errático a más no poder de los madridistas. Siete escasos puntos en otros tantos minutos eran el bagaje de un descolocado Real Madrid que se marchaba 14 abajo y con sensaciones pésimas al final del primer cuarto.

El Madrid necesitaba un revulsivo que les devolviera a la lucha por el partido, amén de una defensa competitiva para luchar contra un Milan liderado por sorpresa por Moraschini, y ambas cosas iba a encontrarlas en el segundo periodo. Mucho más a gusto bajo la dirección de Laprovittola, entre el argentino y la capacidad en el interior de Reyes y Tavares, los blancos fueron construyendo un baloncesto que dañara a su rival y, poco a poco, minimizara pérdidas. La desventaja al descanso seguía siendo considerable (45-35), pero la mejora resultaba notoria.

Sequía y reacción

Invitados al optimismo, un tercer cuarto de nuevo con errores por doquier apartó al Madrid de la progresión ideada antes de la reanudación. Por suerte para Laso, el nivel defensivo sí se mantuvo en auge con Tavares como coloso y los stoppers defensivos a pleno rendimiento, y Milán se quedó en 10 puntos que permitían seguir soñando a pesar de la noche negra en ataque.

Armani necesitaba en ese momento de lo que había sido prohibido, una afición que le diera la ventaja que se le considera a un local, pero los tifos que sustituyeron a los seguidores italianos no iban a dar alas al equipo ante el vendaval de un Real Madrid que encontró por arte de magia una inspiración en el tiro que iba a valer el partido.

Con Rudy como maestro, mago y ejecutor de tiros inverosímiles, el Real Madrid se levantó de una situación límite hasta tomar el mando del partido justo en el momento clave y en el que Milan, aun con esfuerzos titánicos del Chacho o Sykes como autores de triples que amagaron con el milagro, no pudo sino sucumbir ante la fuerza blanca dentro del silencio del Mediolanum Forum.

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