El Barça se proclama campeón por la vía rápida
Colorín colorado, esta Liga Endesa se ha acabado. El Barcelona es el nuevo campeón del baloncesto español después de ganar en el WiZink Center (82-93) y poner el 3-0 en la final contra el Real Madrid. El campeón de Europa llegó muy cansado a otro intento de remontada épica y sucumbió en el primer punto de partido culé. Tavares (19 puntos y 10 rebotes) se quedó muy solo en los instantes ante un rival que tuvo a Jan Vesely (19) y Niko Mirotic (14) como mejores hombres
La afición blanca dedicó una enorme despedida a su equipo a pesar del barrido en la final. Se cierra una temporada d0nde sumó su undécima Copa de Europa, pero no le alcanzó la energía para pelear la Liga ante un Barça mucho más necesitado de títulos y bien engrasado a la hora de la verdad. Vigésimo título de Liga para los culés, que recuperan el trono perdido hace un año precisamente ante su eterno rival.
Se fueron ocupando los asientos del Palacio hasta el casi lleno que se vivió con el duelo ya empezado. El Madrid necesitaba crear una caldera y la afición respondió, sobre todo metiendo máxima presión sobre Peruga, Jiménez y Torres, primero tras una falta de Yabusele y luego tras unos pasos no pitados de Mirotic. Ambiente de día grande, igual que en la eliminatoria ante el Partizan. La batalla decisiva requería de todo el arsenal.
En medio de este atronador ambiente, los viejos rivales bailaron un baile muy agarrado en la primera parte, donde la mayor ventaja fue el +7 que disfrutó el Barça en el segundo cuarto tras un triple de Kalinic (22-29). No fue más allá porque Chus Mateo recurrió a dos veteranos espadachines, Sergio Llull y Fabien Causeur, el hombre del cuchillo, para neutralizar el intento de escapada culé. 17 puntos casi seguidos se repartieron para encender al Palacio.
En el debe del Madrid estaba su ceguera desde el tiro libre (5/11) y la dificultad de conectar con Tavares, que anotó sus primeros puntos hasta el minuto 20. A cambio, en defensa se movía bien para amortiguar la anotación de los principales anotadores del Barça, Mirotic y Laprovittola, bien defendidos. Los locales ganaron los vestuarios con una leve ventaja (41-38).
Sin gasolina
Salió más espabilado el Barça a la segunda parte con un parcial de 0-6 que sonaba gigantesco por la teoría de la relatividad. Cayeron dos triples seguidos de Laprovittola a los que respondió el Madrid conectando por fin al partido a sus pesos pesados, Yabusele y Tavares. El africano tendió una red encima de los aros y pescó todo lo que pasaba por allí. Primeros apuros gordos para el Barça en el juego interior compensando por la pillería de Jokubaitis.
El duelo era como una de esas películas corales donde no sabe bien quién es el protagonista, todos entrando y saliendo de la escena aportando su granito de arena. Todo a máxima igualdad, en medio de una intensidad terrible y con un Palacio cada vez más volcánico. Una final de las buenas. Con un triple de Kalinic en la última posesión del tercer parcial, el Barça asomaba un pelín la cabeza antes del último (66-67).
El parcial acabó creciendo hasta un 0-8 que distanció aún más al Barça y le hizo creer que podía finiquitar la final por la vía rápida. Lo hizo gracias a la inspiración de Vesely, un tormento con su tirito patentado de media distancia. Cuatro casi consecutivos embocó el checo para poner cuesta arriba el encuentro a los locales (75-83, min.35).
El Madrid ya nunca pudo volver a la carga. Le pudo la precipitación y le faltó fe ante un adversario muy concentrado en su tarea y que supo aguantar bajo un ambiente. La cuota de remontadas ya se había agotado en la histórica eliminatoria ante el Partizan de Belgrado. Tavares peleó hasta su última gota de sudor, pero el Barça había agarrado la presa y ya no iba a dejarla a escapar. Un 2+1 de Mirotic a falta de minuto y medio fue la sentencia definitiva. Los culés cantaron y los blancos se marcharon bajo una tremenda ovación de su hinchada a pesar del barrido.