A través de los joyeros reales se pueden dar auténticos paseos por la historia. Estas van de generación en generación, siendo varias las reinas que las han llevado durante cientos de años. La colección de joyas de la casa real danesa se posiciona como una de las referentes de Europa, obviamente, siempre detrás de la británica. Aunque muchas son propias, otras son parte de una herencia que dejan monarcas anteriores. En esta ocasión, nos sumergimos en el joyero de Mary de Dinamarca.
En el caso de estas, todo comenzó con la reina Sofía Magdalena en 1746, la cual estableció en su testamento que las joyas de la casa real no iban a ser para nadie en concreto, sino que pasaban a pertenecer a la corona y sólo las podrían llevar las reinas posteriores en forma de representación de la casa real.
Ésta dejó sobre todo adornos de pelo, pendientes y collares de perlas y diamantes, los cuales se han adaptado con los años según las tendencias. Después de la abdicación de la reina Margarita, Mary de Dinamarca asume el trono con su marido y estas son las joyas que están a su disposición, además de otras que han sido de adquisición propia:
- La reina Mary de Dinamarca transforma una joya histórica en una tiara de diamantes
- Concha Calleja sobre su libro ‘Tres Reinas’: «Lady Di fue una mujer dañada desde la infancia»
La tiara dorada de Naasut ahora es de Mary de Dinamarca
Es uno de los regalos más valiosos que se le hicieron a la reina Margarita II en su viaje a Groenlandia. Está fabricada con brillantes y rubíes, con formas botánicas, y es una de esas piezas que hablan de la ostentación en los joyeros de la realeza europea. En cuanto a su valor, su coste asciende a unos 40.000 €.
Tiara de grosellas
En su primer viaje a Suecia como reina, con motivo de una cena de gala, Mary de Dinamarca lució esta tiara, con los rubíes como protagonistas y pequeños diamantes acompañando a las piedras, además de unos pendientes y el collar a juego. Hablamos de una cuidada pieza en disposición de hojas de grosellas que fue encargada por Desirée Clary, su primera propietaria, para acudir a la coronación de Napoleón Bonaparte en 1804.
Conjunto de esmeraldas
Hemos visto a la reina Margarita en varias ocasiones con él y podríamos afirmar que es de los más ostentosos del joyero de esta. Se mandó hacer en 1840 para las bodas de plata de los reyes Cristián VIII y Carolina Amalia. Aunque los diamantes destacan, estos se quedan en segundo lugar tras las 67 esmeraldas que componen el conjunto. Lo curioso es que sólo puede ser usado por la mujer que esté en el trono y nunca, bajo ningún concepto, puede salir del país.
Tiara Rosestone
Una vez que Mary de Dinamarca accedió al trono, transformó un collar de diamantes en esta tiara y compartió todo el proceso en el perfil de Instagram de la casa real danesa, bajo el pretexto de la actualización en tendencia de algunas de las piezas. Sobre todo lo hizo porque era una de las joyas que estaba en desuso. Como bien se afirma en la publicación: «Su Majestad la Reina está reviviendo una tradición centenaria de remodelar las joyas de la Corona danesa de acuerdo con las necesidades cambiantes de los tiempos”.
