Nueva York en Navidad tiene un encanto que es imposible que no te conquiste. Sus calles se llenan de luces, los mercados navideños huelen a galletas de jengibre y chocolate, y cada rincón de la ciudad invita a vivir la magia. Pero si hay una experiencia que captura toda esta esencia, es una que te invita ver la ciudad navegando por el río Hudson. Te descubro ésta y otras experiencias que tienes que hacer sí o sí si estás estos días por la ciudad de los rascacielos.
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Un chocolate caliente navegando sobre el Hudson
Subirse a un barco antiguo y elegantemente ambientado es como viajar atrás en el tiempo, mientras el Hudson refleja los últimos rayos del sol. A bordo, puedes disfrutar de un chocolate caliente, un cóctel o incluso un vino mientras una banda interpreta villancicos icónicos de Mariah Carey o Ariana Grande. La sensación de bordear Manhattan al atardecer, viendo cómo la ciudad se transforma con las luces de Navidad, es simplemente sobrecogedora.
Se trata del Cocoa and Carols Holiday Cruise de Classic Harbor Line. Pasas por la Estatua de la Libertad, el Puente de Brooklyn y cada mirada sobre la ciudad es un regalo: el contraste entre el día y la noche, con Manhattan completamente iluminada, es una postal en movimiento.
Una librería como sacada de un cuento de Dickens en Nueva York
Pero la Navidad en Nueva York no se queda sólo en el agua. La Morgan Library & Museum es otro de esos lugares que debes visitar. Además de su arquitectura única y colecciones históricas, en estas fechas alberga el manuscrito original de Christmas Carol (Cuento de Navidad) de Charles Dickens, una joya literaria que nos recuerda la magia de los relatos navideños.
Y mientras disfrutas de este clásico, puedes recorrer la exposición de Renoir, que añade un toque artístico perfecto a la experiencia.
Los rascacielos imprescindibles en Navidad
Para explorar la ciudad con comodidad, nada mejor que hacerte con un City Pass. Este pase te permite acceder a los grandes iconos de Manhattan: el Top of the Rock, el Empire State, la Estatua de la Libertad o el Museo de Ciencias Naturales, famoso por la película Noche en el Museo. Una recomendación: sube a los rascacielos tanto de día como de noche. La diferencia es sorprendente. De día ves la ciudad en su inmensidad y energía, mientras que por la noche Manhattan brilla como un árbol de Navidad gigante. Para una experiencia aún más inolvidable, visita The Summit, donde la ciudad iluminada parece extenderse hasta el infinito. Además, está planteada como una experiencia sensorial, y no sólo visual.
Y, por supuesto, en cada paseo te encontrarás con mercados navideños irresistibles: el Bryant Park Winter Village, con sus casetas de artesanía y comida, o el famoso Rockefeller Center, con su icónico árbol de Navidad y pista de patinaje… Todo en Nueva York es puro espectáculo, y más en Navidad (aunque eso sí, el frío no perdona).
Por no hablar de las fachadas más exclusivas de la Quinta Avenida, como Cartier o Louis Vuitton.
Nueva York en Navidad no es sólo un destino; es un viaje que activa todos los sentidos. Desde los villancicos en un barco, hasta los imponentes rascacielos y el aroma a chocolate, cada experiencia deja una huella inolvidable.
