Ni La Moraleja ni La Finca: la exclusiva urbanización de Madrid donde Kiko Hernández tiene un chalet de 700 metros

Aunque su vida personal se reparte entre Melilla y Madrid, Kiko Hernández ha sabido encontrar un equilibrio lejos del ruido mediático gracias a una propiedad de alto nivel situada en una zona muy codiciada por las celebridades más reservadas. Esta residencia, ubicada en una urbanización del norte de la capital, destaca por sus dimensiones, por la privacidad y por el entorno natural que ofrece, alejado de los focos y del bullicio.

A diferencia de las mediáticas urbanizaciones de La Finca o La Moraleja, cuyo nombre suele asociarse inmediatamente a futbolistas, empresarios y celebridades, la urbanización donde Kiko Hernández mantiene una de sus viviendas pasa más desapercibida. Este complejo residencial, conocido como Valdelagua, se encuentra en una zona privilegiada a las afueras de Madrid, entre San Agustín de Guadalix y Colmenar Viejo, a unos 30 kilómetros del centro de la ciudad. Lo que la hace única no es solo su ubicación, sino la tranquilidad que la rodea, en pleno contacto con la naturaleza y con acceso restringido.

Valdelagua fue concebida en los años 80 como un proyecto ambicioso para ofrecer chalets independientes de gran tamaño dentro de parcelas extensas, muchas de ellas con más de 2.500 metros cuadrados de terreno. Hoy en día, sus viviendas alcanzan precios que oscilan entre los 600.000 euros y más de un millón y medio, dependiendo de su orientación, dimensiones y características. La propiedad de Kiko Hernández cuenta con 700 metros construidos, distribuidos en varias plantas y diseñada para proporcionar comodidad y discreción a partes iguales.

La urbanización de Kiko Hernández

La vida en esta urbanización está pensada para quienes buscan un entorno seguro y funcional. Valdelagua ofrece una larga lista de servicios pensados para el disfrute familiar y el bienestar personal: instalaciones deportivas como pistas de tenis, pádel, fútbol y baloncesto, espacios comunitarios como piscina, gimnasio y club social, así como zonas verdes extensas donde es habitual ver a vecinos practicando senderismo o paseando en total tranquilidad. El complejo donde vive Kiko cuenta con vigilancia permanente y acceso restringido, lo que ha sido un factor clave para atraer a residentes que valoran la privacidad por encima de todo.

Gracias a estas características, no resulta sorprendente que Kiko Hernández haya escogido este entorno como una de sus bases cuando se encuentra en Madrid. El colaborador de televisión, que compagina su vida en Melilla junto a su marido Fran Antón y sus dos hijas, necesita una residencia que le permita conciliar su vida familiar con sus compromisos profesionales en la capital. El fácil acceso al aeropuerto de Barajas le facilita los traslados semanales que realiza para participar en Tentáculos, el programa de Ten en el que colabora actualmente.

La elección de Valdelagua como lugar de residencia no ha sido exclusiva del ex concursante de Gran Hermano. A lo largo de los años, otros rostros conocidos de la cultura, el entretenimiento y el deporte han fijado también su residencia en esta zona residencial. Entre los más destacados se encuentran figuras como Rocío Carrasco, Penélope Cruz, Javier Bardem, Olga Viza o Luis Tosar. Todos ellos comparten la preferencia por un entorno que permita compaginar una vida pública notoria con una esfera privada lo más protegida posible.

A diferencia de otras zonas donde los medios suelen captar imágenes de celebridades entrando y saliendo de sus casas, en Valdelagua se ha impuesto una cultura de discreción. Esta forma de vivir, alejada del exhibicionismo habitual en otros puntos calientes de Madrid, ha convertido esta urbanización en un refugio de alto nivel, poco conocido por el gran público pero muy valorado entre quienes saben moverse con cautela.

La casa de Kiko Hernández en Madrid

El chalet de Kiko Hernández no es un símbolo de estatus. Se trata de una vivienda concebida para ser práctica, cálida y cómoda. Distribuida en varias plantas, cuenta con amplias zonas comunes, habitaciones luminosas, jardín privado y probablemente un sistema de seguridad interna reforzado, como es habitual en las construcciones de la zona. Este tipo de casas permiten tanto la convivencia familiar como la organización de reuniones privadas, algo que el presentador valora especialmente cuando alterna largas jornadas de grabación con momentos de descanso junto a su familia.

Además, la cercanía con enclaves naturales como el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares proporciona un respiro inmediato al ritmo acelerado que impone la televisión. En ese entorno, alejado de cámaras y micrófonos, Hernández puede desconectar sin renunciar a las comodidades de una gran ciudad. Este equilibrio entre lo urbano y lo rural, lo privado y lo funcional, ha sido determinante en su decisión de mantener esta residencia.

Con el paso de los años, el colaborador se ha vuelto más reservado en lo que respecta a su vida privada, especialmente desde que es padre. Valdelagua, con su entorno protegido, sus servicios exclusivos y su ubicación estratégica, responde a esas nuevas prioridades vitales. Aunque su residencia habitual está en Melilla, esta propiedad en Madrid cumple una función esencial: permitirle trabajar sin renunciar a un entorno de confianza, donde la discreción es norma y no excepción.