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Crema de zanahorias y mango

La crema de zanahorias y mango es una alternativa al gazpacho muy saludable. El sabor de esta sopa fría no dejará a nadie indiferente. El dulzor de las zanahorias combina perfectamente con el mango, aportando una gama de sabores que es única y muy original. Disfrutar de un plato que además de hacer que nuestras papilas gustativas estén al máximo nivel de placer, nos cuidará por dentro. Con la llegada del verano un ingrediente como la zanahoria es perfecta para cuidar nuestra piel y ojos frente a las agresiones externas. El mango es una fruta que, aunque no sea autóctona, tiene unas propiedades muy beneficiosas. Si quieres cuidarte, comiendo bien, toma nota de esta receta.

Ingredientes:

Cómo preparar crema de zanahorias y mango:

  1. Esta crema de zanahorias y mango tiene el reto de tener todos los ingredientes a mano, una vez estemos listos, tardaremos menos de 30 minutos en tenerla lista. Empezamos con el apio, quitaremos las hebras y lo picaremos bien, podemos reservar unos trocitos para decorar el plato.
  2. Seguimos con las zanahorias, las pelaremos y las picaremos finitas. Para que se hagan más rápidamente, puedes rallarlas, quedarán todos los trozos iguales y tardará mucho menos en cocerse.
  3. En un cazo con agua pondremos el apio picado y la zanahoria. Añadimos un poco de sal y dejamos que se cuezan a su ritmo. Depende del tamaño tardarán como unos 15 minutos en estar en su punto.
  4. Mientras se preparan el apio y las zanahorias nos centraremos en el mango. Esta fruta dulce suele ser bastante grande, para esta receta le queremos dar un toque de dulzor, pero sin pasarnos. Cogeremos una pieza grande y la partiremos por la mitad, utilizaremos únicamente esta parte para trabajarla. La cortaremos en trozos más o menos iguales, los pondremos en el vaso de la batidora.
  5. Cuando estén listos la zanahoria y el apio, escurriremos bien estos dos ingredientes y los pondremos con el mango. Le añadiremos un poco de jengibre rallado para darle un poco de sabor picante.
  6. Trituraremos todo hasta conseguir una masa uniforme, para darle un punto de ligereza añadiremos la nata de cocina. Puedes optar por poner leche desnatada, quedará un plato más ligero o directamente poner agua, no se notará ningún sabor, mantendrá la gama de sabores original.
  7. Esta crema estará mejor fría, la podemos servir directamente de la nevera. La dispondremos en cuencos individuales, por encima de los cuales iremos poniendo unas semillas de girasol con algunos trozos de apio. Estará deliciosa.