Las Zonas de Bajas Emisiones quedarán desfasadas y cambiarán radicalmente en el futuro
El cambio no supondrá el dejar de pagar por entrar en las ciudades y originaría más ingresos para las ciudades
En un momento en el que la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son obligatorias por mandato europeo, y su activación en España va especialmente lenta, los expertos vaticinan que van a quedar desfasadas en el futuro y que la forma en la que los ciudadanos van a interactuar con ellas cambiará radicalmente.
Pero si lo primero que has pensado es que van a desaparecer, no te hagas ilusiones, permanecerán, seguirás teniendo que pagar por pasar por estas zonas que pretenden tener un aire más limpio en las ciudades.
Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) de las ciudades influyen en los desplazamientos de los conductores de las ciudades, pero, en la actualidad, tan sólo se han activado en un puñado de los 150 municipios que están obligados a ello.
Desde el 1 de enero en España de este año, todas las localidades de más de 50.000 habitantes, y en aquellos otros municipios de más de 20.000 habitantes que presenten niveles altos de contaminación, están obligadas a implantar Zonas de Bajas Emisiones en el futuro.
Pocas zonas activas
Llama la atención que tan sólo 22 ciudades de las 150 que deben hacerlo han activado estas ZBE con su Plan de Movilidad Urbana Sostenible. El resto de municipios están actualmente en trámite, trabajando para publicar sus restricciones, o pendientes de iniciarlos, aunque ya estén fuera de plazo.
Este retraso puede que tenga algo que ver con la encuesta realizada a principios de junio por el Foro de Movilidad de Alphabet en el que llama la atención los resultados, ya que un gran número de los consultados están a favor de las ZBE, pero casi la mitad no saben qué significa su implantación, unos porcentajes que dan que pensar en que algo no cuadra.
Cambio en las etiquetas de la DGT
A este desarrollo de ZBE en España, se une también las peticiones de distintas organizaciones y entidades que reclaman a la DGT un sistema de etiquetas ambientales distinto al actual que, actualmente, es la fórmula elegida para circular, o no, por las ZBE de las ciudades.
El pasado miércoles, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), volvía a solicitar este cambio con una reflexión: «¿Te parece justo que un coche que contamine menos tenga más restricciones de circulación que otro vehículo más contaminante? A nosotros no, pero está pasando: nos movilizamos para pedir que se revise el sistema de etiquetas ambientales de la DGT y se adapte a las emisiones reales de los vehículos, no simplemente al tipo de motor».
En esta lentitud en la implantación de las ZBE en los municipios y con el desconocimiento de la población sobre esta medida, llama la atención las afirmaciones de Daniel A. Rodríguez, profesor y director del Instituto de Transporte de Berkeley Universidad de California, en el evento De las Zonas de Estacionamiento Regulado a las Zonas de Bajas Emisiones y del Peaje Tradicional al Peaje de Flujo Libre, organizado por el Grupo Eysa.
Modelo desfasado
De este modo, Rodríguez ha señalado que las Zonas de Bajas Emisiones actuales quedarán «desfasadas» debido a que las ciudades crecen de manera diferente con el paso de los años.
En líneas generales, Rodríguez ha afirmado que las ZBE se transformarán durante los próximos años para mejorar la sostenibilidad y la movilidad que pretende alcanzar este modelo y siguiendo los compromisos europeos.
Entre otros detalles, el experto ha subrayado el papel de la tecnología en la modernización y la necesidad de avanzar en la inclusión de medidas más equitativas y adaptadas a todos los ciudadanos.
Pago por uso
Por esta parte, en la conversación sobre el futuro de las Zonas de Bajas Emisiones, Rodríguez ha resaltado como medida la implantación del pago por uso de las carreteras tanto en ciudades como en vías interurbanas, en el que las tarifas dependen de la hora del día, la zona donde se circula, los ocupantes del vehículo y el tipo de coche.
Según ha indicado, este modelo ayuda a financiar nuevas medidas en movilidad. Por ejemplo, las administraciones de Londres o Gotemburgo recaudaron durante el último año entre un 10% y un 50% más en el apartado de movilidad urbana gracias a este modelo.
A su vez, ha destacado que el reto a futuro es considerar la accesibilidad como nuevo paradigma en la planificación de las ciudades y da las Zonas de Bajas Emisiones. A su juicio, esta tiene que estar mucho más adaptada a la realidad de los ciudadanos, que pasan a considerar no ya tiempos de viaje en general, sino el tiempo que tardan en desplazarse a destinos críticos o su lugar de trabajo.
Peajes más sostenibles
Por otro lado, el experto en movilidad, Pedro Puig-Pey, ha añadido que el mundo del peaje «de por sí es actualmente más sostenible» porque ha reducido considerablemente sus infraestructuras.
«Ya no son necesarias las casetas, sino que con pórticos conectados no es necesario hacer que los vehículos se detengan o tengan que esperar con el motor encendido largas colas con el consiguiente impacto ambiental en emisiones», ha explicado.