Utilizan pruebas PCR para luchar contra el comercio ilegal de aletas de tiburón
Esta parte de los escualos es muy apreciada gastronómicamente por países asiáticos y es la causa de su pesca descontrolada
El contrabando de aletas de tiburón es una actividad que está mermando las poblaciones de esta especie, ya que es considerada como una práctica de pesca indiscriminada, que no respeta especies amenazadas.
La forma de su comercialización ilegal se realiza mayoritariamente mediante la cruel fórmula del aleteo, es decir, se realiza el corte de las aletas del tiburón mientras están vivos y, después, se arrojan al mar los ejemplares para que mueran lentamente. Una práctica que ahora está prohibida en alrededor del 70% de los países y territorios de ultramar.
La razón de esta criminal práctica es la de obtener la carne de las aletas de tiburón para preparar la popular sopa que lleva el nombre de esta parte de su cuerpo, muy valorada en países asiáticos, donde su consumo es apreciado y marca la diferenciación social, además de ser una práctica cultural enlazada con la medicina tradicional.
Pesca ilegal y cruel
El contrabando de la aleta de tiburón es perseguido internacionalmente, aunque es muy difícil la lucha contra este tipo de comercio ilegal y su control y regulación están reconocidos por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flores Silvestres, CITES son sus siglas en inglés.
La convención CITES regula y controla el comercio de especies en el peligro en extinción, en la que están incluidas muchas especies de tiburones, y trata de poner el foco y frenar la pesca ilegal y la ablación de las aletas del animal que son muy apreciadas en naciones como China, Hong Kong y Singapur.
Millones de tiburones
En 2019, al menos 79 millones de tiburones murieron en pesquerías, y al menos 25 millones de ellos pertenecían a especies amenazadas, cifras que se han mantenido estables o incluso han aumentado en la última década, según recoge la revista National Geographic recogiendo un artículo de Science.
Pero las normas que han reducido la frecuencia del cercenamiento de las aletas no han servido realmente para salvar más vidas de tiburones, según informa un equipo internacional de investigación en la revista Science.
Pruebas PCR
Un avance significativo se ha producido en el territorio autónomo de Hong Kong donde en 2025 se comenzará a usar un peculiar método que va a resolver muchos trámites y tiempos de espera.
Se trata de una prueba PCR rápida que podría reducir el tiempo requerido para identificar las especies de aleta de tiburón en sus aduanas, una medida que tiene como objetivo fortalecer la lucha contra el contrabando y la sobreexplotación de la fauna marina.
La nueva tecnología permitirá a las autoridades actuar con mayor rapidez y eficacia en la detección de actividades ilícitas, contribuyendo así a la conservación de la biodiversidad.
Identificación de tiburones
El Departamento de Agricultura, Pesca y Conservación de Hong Kong está mejorando una metodología innovadora para la identificación de tiburones en colaboración con el Laboratorio Marino y Acuario Mote, ubicado en EE.UU., que ha facilitado de manera gratuita el equipo y los reactivos necesarios.
De acuerdo con la entidad, «ante el incremento del control de especies de tiburones, los investigadores han desarrollado un método denominado código de barras de tubo cerrado, que se basa en la técnica de PCR».
Este enfoque no implica la secuenciación del ADN, sino que utiliza reactivos con sondas genéticas, lo que permite obtener resultados en un plazo mínimo de dos horas y reduce de manera significativa el tiempo de respuesta en la identificación de muestras de aleta de tiburón, consideradas un manjar en algunas partes de China.
Resultados rápidos
Ivonne Higuero, secretaria general de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), exhortó al sector privado a reforzar sus iniciativas en la lucha contra el tráfico de especies durante su reciente visita a Hong Kong, en una entrevista con el diario local South China Morning Post.
«Tradicionalmente, al sospechar de una especie, es necesario enviar muestras para análisis genéticos, un procedimiento costoso y prolongado. Con este nuevo sistema, se podrá efectuar el examen in situ con el equipo adecuado y obtener resultados casi de inmediato», señaló Higuero, comparando esta metodología con las pruebas empleadas durante la pandemia de covid-19.
Control de su comercio
En noviembre del año pasado, un total de 146 especies de tiburones y rayas fueron incluidas en el Apéndice II de la CITES, una categoría que abarca especies que, aunque no están necesariamente en peligro de extinción, requieren control en su comercio.
Las autoridades de Hong Kong se adhieren a dichas regulaciones, dado que China es firmante de la convención. En lo que va del año, las aduanas han llevado a cabo al menos ocho incautaciones de aletas de tiburón, de las cuales cinco superaron el millón de dólares hongkoneses en valor de mercado (123.333 euros, 128.618 dólares estadounidenses).
Durante una mesa redonda organizada por la organización WWF en Hong Kong, Higuero instó al sector empresarial local a aumentar sus esfuerzos en la lucha contra el tráfico de especies salvajes, enfatizando su papel fundamental en este desafío.
Rastreo de criminales
«No podemos dar por hecho que los gobiernos resolverán todos los problemas ambientales, sus recursos son limitados, tanto en términos humanos como financieros», afirmó.
Además, destacó la importancia de colaborar con el ámbito financiero en investigaciones, lo que podría facilitar el rastreo del flujo de dinero de los comerciantes y revelar cómo los grupos criminales generan ingresos, así como si estas ganancias se utilizan para financiar otras actividades delictivas.