El SAF ya es una realidad: el impulso hacia una aviación europea más sostenible
José Ramón Bauzá, presidente de Aviation Tourism Forum
José Ramón Bauzá, conocido en Europa como «el padre del SAF» además del español que ha marcado las reglas de la sostenibilidad de la aviación moderna a nivel mundial, escribe en OKDIARIO sobre este combustible sostenible destinado al sector aeronáutico.
El 1 de enero de 2025 marcará un antes y un después para la aviación en Europa, ya que a partir de esa fecha es obligatorio el uso de combustibles sostenibles de aviación, conocidos como SAF (Sustainable Aviation Fuel), en un paso decisivo hacia la descarbonización del sector aéreo y la consecución de los ambiciosos objetivos climáticos europeos.
Este avance no sólo pone a Europa a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático, sino que también refleja un arduo proceso legislativo que ha durado casi cinco años y que he tenido el honor de liderar como redactor de la normativa a nivel europeo.
Combustible que reduce emisiones
Hasta la fecha, las estrategias para lograr la descarbonización del sector aéreo eran puramente disuasorias e implicaban directamente impacto económico la industria, que obviamente repercutía sobre el bolsillo del consumidor final. Era el caso del impuesto al queroseno o del famoso ETS, pago la compensación de emisiones.
Pues bien, el SAF es el verdadero descarbonizador porque reduce emisiones por composición química en lugar de por disuasión por el uso del avión por una cuestión de incremento de costes.
Es decir, llenamos el depósito con un combustible que realmente reduce emisiones, no reducimos emisiones porque se vuele menos porque es más caro volar. Eso, además de irreal, sería injusto, ya que penalizaría más a las personas con menor capacidad económica.
Materias primas sostenibles
El SAF es un combustible de aviación elaborado a partir de materias primas sostenibles, como residuos agrícolas, aceites usados o biomasa, que puede reducir hasta en un 80% las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de su ciclo de vida.
Este impacto es esencial para un sector que, aunque está señalado por muchos colectivos como el mayor contaminante de CO₂, tan sólo representa aproximadamente el 2,5 % de las emisiones globales del mismo.
En un contexto donde la demanda de vuelos sigue creciendo y las tecnologías como los aviones eléctricos aún están en desarrollo, el SAF emerge como una solución inmediata para mitigar las emisiones sin comprometer la conectividad global.
Reducir emisiones netas de GEI
La normativa que introduce el SAF forma parte del reglamento RefuelEU Aviation, un pilar central del paquete climático europeo Fit for 55, cuyo objetivo es reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en un 55 % para 2030.
El camino hacia la aprobación de esta normativa les puedo asegurar que no ha sido nada fácil. Como redactor de la legislación ha habido que poner de acuerdo a seis grupos políticos, veintisiete países, tres instituciones europeas y a todas ellas al mismo tiempo con los actores de la industria aérea: aerolíneas, aeropuertos, petroquímicas, operadores logísticos, industria aeronáutica…
Por eso era imprescindible una transición equilibrada que no sólo garantizara la sostenibilidad, sino que también protegiera la competitividad del sector aéreo europeo frente a regiones mundiales con regulaciones menos estrictas y donde no es de obligado cumplimiento como es el caso de Estados Unidos, Oriente Medio, China o India.
Sostenibilidad y viabilidad
Tras meses de intensas negociaciones en el Parlamento Europeo y con los Estados miembros, el reglamento fue finalmente aprobado el 18 de octubre de 2023.
La normativa establece un calendario progresivo para el uso obligatorio de SAF, comenzando con un 2% en 2025 y alcanzando el 70% en 2050, asegurando así un equilibrio entre sostenibilidad y viabilidad económica.
Con esta regulación, Europa se posiciona como líder en la transición hacia una aviación más sostenible. Sin embargo, este avance también plantea desafíos, especialmente en términos de costes. Actualmente, el SAF es más caro que el combustible fósil, lo que supone una barrera para su adopción masiva.
Seguridad jurídica
Una de mis mayores obsesiones era dotar de seguridad jurídica a la normativa para favorecer la inversión de la iniciativa privada porque, ¿quién va a invertir en un proyecto si antes de ver una oportunidad visualiza la amenaza del cambio de opinión del político de turno?
Además de la seguridad jurídica, para superar este obstáculo, el reglamento también incluye incentivos para la investigación y producción de SAF dentro de Europa. De hecho, fomenta la colaboración entre gobiernos, aerolíneas y fabricantes para garantizar que la transición no sólo reduzca emisiones, sino que también cree empleo y fomente la innovación tecnológica.
Aunque la transición al SAF representa un desafío económico, también abre una ventana de oportunidad. Europa puede liderar el mercado global de combustibles sostenibles, atrayendo inversiones y fortaleciendo su posición competitiva frente a otras regiones.
España como hub europeo de SAF
Tanto es así, que sin ningún tipo de duda, España debería convertirse en el mayor hub europeo de producción de SAF, independientemente del color político del gobierno que en ese momento ostente esa responsabilidad.
Por eso mismo, la implementación del SAF es un claro ejemplo de cómo las políticas públicas pueden impulsar cambios significativos en sectores industriales clave.
La introducción del SAF no sólo es un avance en la lucha contra el cambio climático, sino también una oportunidad para redefinir el futuro de la aviación, pero donde todos los actores han tenido la oportunidad de definir cómo y de qué forma llevarlo a cabo en franca colaboración con la administración pública.
Liderazgo europeo
Para mí ha sido la misma base de colaboración público-privada que llevé a cabo durante mi etapa como Presidente del Gobierno de las Islas Baleares al aprobar la Ley General Turística, que redactamos de la mano del sector y que ha sido un referente nacional e internacional en el ámbito turístico, precisamente porque lo hicimos juntos, de la mano.
A partir de 2025, el sector aéreo europeo no sólo enfrentará el reto de reducir emisiones, sino también de demostrar que la sostenibilidad y la competitividad pueden ir de la mano. El liderazgo europeo en esta transición podría inspirar a otras regiones del mundo, consolidando a la UE como un modelo global de innovación climática.
El SAF de aviación es más que un combustible; es un símbolo del compromiso de Europa con un futuro más limpio y responsable. Gracias al trabajo legislativo que hicimos y aprobamos en el Parlamento Europeo y al esfuerzo colectivo del sector, la aviación tiene ahora la oportunidad de convertirse en un ejemplo de sostenibilidad.
Oportunidad única
No es sólo un compromiso, sino una oportunidad única para transformar la industria. Este cambio requiere innovación tecnológica, inversiones significativas, ajustes normativos y, sobre todo, la colaboración de todos los actores del sector, desde aerolíneas y aeropuertos hasta fabricantes y proveedores de combustible.
Es un esfuerzo colectivo que implica superar barreras económicas y técnicas, al tiempo que se construyen modelos que aseguren la escalabilidad y la viabilidad del SAF a largo plazo.
Aerolíneas, fabricantes, reguladores y consultores especializados estamos desempeñando un papel clave en esta transición, ayudando a trazar rutas claras y estrategias sólidas que permitan avanzar de forma escalonada y eficiente.
En un mundo donde volar será siempre necesario, Europa demuestra que se puede hacer con conciencia ambiental, de la mano del sector y sin dejar a nadie atrás.
José Ramón Bauzá
Ex Presidente de las Islas Baleares
Presidente de Aviation Tourism Forum