María Cano: «La moda sostenible se vincula al medioambiente, pero se olvida de la parte social»
Entrevista a María Cano, fundadora de Canussa
Los residuos de la cosecha del caqui llegan a ser un nuevo material que da como resultado un complemento de moda circular y vegana que, transformado gracias al buen hacer de un oficio artesano en desaparición, la marroquinería, se convierte en una alternativa sostenible al cuero.
Este proceso, del residuo vegetal a un tarjetero libre de plásticos y sin químicos, es el resultado del trabajo de María Cano, una valenciana que primero creó en 2017 la marca Canussa y hace poco más de dos años agregó a su actividad un laboratorio.
Objetos con valor
Crear objetos a partir de residuos que tengan mucho valor, es lo que que nos recalca constantemente en la entrevista la fundadora de Canussa. Con dos actividades, primero con la creación de la marca de moda sostenible y, después, con el laboratorio Canussa Lab, tiene muy claro el papel del ecodiseño en los procesos de revalorización y la importancia de que, además de proteger el medioambiente, debe de tener un componente social.
María creó la firma desde cero, sin tener conocimiento del mundo de la moda, una ingeniero informática que veía que su actividad laboral estaba ligada a estar contantemente llevando su ordenador.
Desde cero
«Me costaba mucho encontrar complementos que funcionaran para poder llevar el ordenador, que fueran bonitos y prácticos. No veía una fórmula que me convenciera para transportarlo», nos cuenta María.
Y, de esta forma, se embarcó en un proyecto en el que «tuve que aprender todo desde cero. No tenía ni contacto ni conocimiento. O sea, todo lo que no se tiene que hacer, lo hice yo», añade al explicar cómo inició su idea.
Emprendedora nata, esta valenciana creó Canussa en 2017, una empresa que tiene el sello de artesanía de la Comunidad Valenciana y tiene el compromiso de producir en la región.
Diseño consciente
Tras los inicios creó en 2023 Canussa Lab, el laboratorio de innovación para impulsar la transición hacia la economía circular transformando residuos en productos de valor con un diseño consciente y funcional.
Ahora mismo son cuatro personas trabajando con distintos talleres artesanales especializados en marroquinería para cada complemento, para bolsos, cinturones y ahora el tarjetero.
OKGREEN: ¿Por qué surgió Canussa y cuál ha sido la evolución de la empresa desde que la creaste?
MARÍA CANO: En principio fue como una necesidad personal ya que me costaba mucho encontrar un bolso que fuera bonito y que fuera funcional a la vez. Eso desde el punto de vista, de la marca de moda. Me surgió la idea hacer bolsos aunque no vengo del mundo de la moda, soy ingeniero y bueno, me metí en el mundo de la moda porque tenía ganas de crear un proyecto que tuviera un impacto positivo, medioambiental y social.
Por un lado, tener un bolso bonito y práctico, y luego, desde el punto de vista de sostenibilidad, a mí como consumidora, me llamaba mucho la atención cuando miraba las etiquetas, de los productos, sobre todo de marcas premium, y veía que estaban hechas en Bangladesh.
Me sorprendía que, teniendo en España algunos de los mejores marroquineros del mundo la mayor parte de las marcas estén produciendo en Asia. Esto es un poco desde el punto de vista social, que quería crear una marca que fuera diseñada pero que también fuera made in Spain.
Y desde el punto de vista de la utilización de materiales, una vez me que sumergí en el mundo de la moda y empecé a ver un poco las barbaridades que se hacen y el impacto medioambiental que hay detrás de la utilización, por ejemplo, de la piel o de otros materiales, tuve claro que quería cambiarlo.
Quería crear una marca que tuviera un impacto positivo. Esto fue en 2017. Desde entonces la marca ha ido evolucionando y lo que hicimos hace dos años desde Canussa Lab.
Tenemos como dos patas, lo que es la marca de moda y en 2022 lanzamos lo que es el Lab, para poder ayudar a las empresas con todo lo que hemos aprendido en el ámbito del diseño, del ecodiseño, del desarrollo de producto, de diseño para lo que es la revalorización del residuo textil, del plástico…
P.: Para resumir, por un lado vendéis moda y, por otro dais soluciones a las empresas con los residuos…
R.: Sí, está la marca de moda, que está orientada al consumidor de moda, tanto on line como tienda física… También desde la marca tenemos regalos corporativos, para empresas que quieren hacer un regalo con impacto social.
Luego desde el Lab tenemos un enfoque hacia empresa. Lo que hacemos es ayudar a las empresas que tienen residuo textil o plástico, que son residuos que muy difíciles de reciclar o que directamente no se pueden reciclar porque son mezclas, son pequeñas cantidades. Ahí es donde entramos nosotros.
Preguntamos qué necesidad tienes en tu empresa a nivel de producto. Ayudamos a las empresas con su propio residuo. Es decir, cogemos el residuo de la empresa y se lo devolvemos ya transformado en productos que la empresa necesite. No es que queramos crear otra necesidad que no exista no, lo que hacemos es identificar una empresa que tiene unas necesidades a nivel de producto. Puede ser mobiliario o puede ser regalo corporativo. Y les ofrecemos soluciones sostenibles.
P.: Un ejemplo de una acción de este tipo con una empresa…
R.: Hemos hecho un producto para una empresa que necesita pizarras. Transformamos un residuo en ese objeto de valor para una empresa que tenía un residuo plástico que no conseguía reciclar. Por un lado, tenía ese problema. Y luego, por otro lado, al año consume una cantidad grande de pizarra para sus almacenes y lo consumía con plástico virgen ABS.
Lo que hemos hecho es transformar su plástico, en pizarras para sus almacenes. Entonces, por un lado, hemos dado una solución a un residuo que normalmente acabaría en el vertedero. Evitamos que ese residuo vaya al vertedero y, por otro lado, evitamos que consuma materias vírgenes innecesariamente.
Otro ejemplo que tenemos, por ejemplo, el caso de Más Móvil, en el que tenían mascarillas nuevas de las del Covid que no sabían qué hacer con ellas. Las mascarillas son una mezcla de composición muy difícil y que acabarían en el vertedero de todas formas, no había otra salida. Nosotros lo que hicimos es valorizarlo con un regalo corporativo para los empleados haciendo el utilizando, digamos, nuestro diseño de Closset, un colgador de bolsos o mochilas ideal para la oficina, bici o patinete…
P.: ¿Cómo surgen este tipo de sinergias?
R.: Nosotros somos empresa BCorp, estamos dentro de lo que es la comunidad de empresas BCorp donde estamos muy bien relacionados. Nos contactan empresas que nos conocen, saben lo que hacemos, y que tienen ese problema de residuos y quieren que les ayudemos.
Además, soy también con socia de DIRSE que es la asociación de Directivos de Sostenibilidad. Estamos ahí, en la Cámara de Comercio de Valencia, en el portal de sostenibilidad…
De alguna forma nos movemos dentro de lo que es el entorno de directivos en sostenibilidad, de empresas que tienen el propósito de tener un buen impacto.
P.: Lo último que habéis creado ha sido un tarjetero muy especial…
R.: Es un tarjetero que parece hecho de piel… En los inicios de Canussa queríamos ofrecer calidad… En términos de sostenibilidad se habla mucho de materiales reciclados, etcétera. Pero dentro de lo que sería moda circular, para nosotros también es muy importante la durabilidad.
La piel es uno de los materiales por excelencia, que se han utilizado durante décadas. Nosotros lo que decidimos es utilizar alternativas veganas a la piel, es decir, con un material que fuera tan resistente como la piel, usando las mismas técnicas artesanales.
En el caso de ese tarjetero se han utilizado las técnicas de marroquinería. Entonces, tenemos la parte de calidad que asegura el made in Spain, la experiencia que tenemos aquí en España de hacer marroquinería de mucha calidad, mucha durabilidad, aunque nosotros lo hemos hecho con materiales que son alternativas a la piel.
Entonces, por un lado, tenemos el exterior, que está realizado a partir de residuo de caqui de la Comunidad Valenciana… Son materiales que intentamos que sean de proximidad, lo más cercanos posible a Valencia. Si no son de Valencia, lo más cercano entonces, en este caso es un material que se obtiene en la Comunidad Valenciana… Y, por otro, el forro es de algodón, reciclado.
Lo que tiene de especial este producto es que hemos conseguido desarrollar un tarjetero de mucha calidad con materiales orgánicos, de origen orgánico, de residuos.
En resumen, en el caso del caqui, es un residuo que en la comunidad valenciana se genera mucho, y hemos apostado por la continuidad de un oficio que tiene muchas décadas y que está desapareciendo porque muchas marcas se están yendo a producir fuera.
P.: Das el ejemplo de los caquis, ¿estamos ante otra forma de ver los materiales donde el concepto vegano está irrumpiendo?
R.: Nosotros en realidad no fabricamos el textil, lo que hacemos es probar diferentes materiales. Este es un tema importante el que has tocado y por eso también surgió Canussa Lab. Estamos en constante en contacto con todas las teorías que hay de textiles, proyectos, startup, de dónde surgen materiales innovadores. Entonces tomamos este material que realmente surge, digamos, de una necesidad que encuentra.
El material del tarjetero se llama PersiSkin y surge como una de las opciones como alternativa vegana a la piel. Lo que nos gusta concretamente es que es un residuo de Valencia y la durabilidad.
Nosotros trabajamos con otros materiales, por ejemplo, a base de maíz, de residuo de maíz que en este caso no es que esté solucionando un problema específico, como puede ser el del caqui pero vamos, que estamos en constante testeo de materiales.
Ahora mismo estamos en un proyecto europeo que estamos trabajando para desarrollar un bolso que sea cien por cien compostable con una startup en el Reino Unido.
P.: ¿Crees que se entiende en España el concepto de moda sostenible? ¿El concepto de sostenibilidad ya está desgastado?
R.: Sí, de hecho, nosotros intentamos ya evitarlo. Cuando nacimos estábamos catalogados como más sostenibles a raíz del Covid. Sí que hubo como un boom en el sentido de que todas las marcas decían ser sostenibles.
Ahora, con la nueva normativa de greenwashing, sí que es verdad que va a ser mucho más difícil para las marcas. Yo intento ya no utilizarlo, pero ya no es moda. Yo creo que en general, la palabra sostenibilidad creo que es muy subjetiva. Creo que hay que empezar a hablar de hechos, incluso de moda circular….
Es un tema complejo porque se puede estar haciendo la parte de calidad muy bien, pero luego a nivel de materiales no… Yo veo que la palabra sostenibilidad o el concepto de moda sostenible son complejos porque hay mucha confusión.
Hay gente que piensa que si un producto es made in Spain ya es sostenible y si es made in China no es sostenible. Pues tampoco es así. Nuestra apuesta como marca es made in Spain. También se piensa como sostenible cuando son materiales orgánicos, por ejemplo una camiseta que es algodón orgánico sostenible. Bueno, depende en qué condiciones laborales se hace…
Según nuestra experiencia la moda sostenible se vincula a la parte medioambiental, pero se olvida mucho la parte social. ¿Cómo se ha producido esa prenda? ¿Bajo qué condiciones laborales?
Yo creo que en España nosotros lo notamos porque vendemos más fuera de España que en España. Sí que notamos que el consumidor nórdico, por ejemplo, que es un consumidor mucho más formado, cuando compra un producto, analiza mucho, la composición o la etiqueta donde se ha producido.
En mi opinión sí que es verdad que en España queda trabajo por hacer de concentración, también de poder adquisitivo porque realmente, los costes de los materiales son mucho mayores.
Los materiales, digamos, sostenibles o reciclados tienen un coste mucho mayor y la producción local es mucho mayor. Entonces sí que nos encontramos con consumidores que quieren consumir una forma más responsable, pero no pueden.
Para ello también está la segunda mano por pusimos una sección de Second life, de segunda mano, de productos que se han utilizado poco tiempo y están en muy buenas condiciones para ser más accesibles
P.: Tú creaste la empresa desde cero, eres nativa en moda circular sostenible. Las empresas de moda que llevan años y que no lo son, y tendrán que llegar les va a resultar muy complicado. ¿Es más fácil nacer sostenible o crecer y transformarse para ser sostenibles?
R.: Uy, es una pregunta muy… A ver. Sí que es verdad que nosotros hacemos ya muchas cosas por inercia. … Pero cambiar la cultura a una empresa es muy difícil…. Sí que es cierto que por las nuevas normativas ya no hay elección, ya no es quiero o no quiero. Es que es un tema ya legal y que las empresas van a tener que cumplir con ciertas obligaciones.
Lo que nosotros hemos observado es que ya han incorporado esa figura de director de Sostenibilidad para que se asegure, digamos, que la empresa cumple con todas estas normativas, pero quizás sigue sin incorporarse en el ADN de la propia empresa, en la cultura de la propia empresa.
Luego en el ámbito del ecodiseño queda muchísimo trabajo por hacer. Por eso también creamos el Lab porque creemos que no hay una solución todavía mágica a día de hoy del residuo posconsumo, la cantidad de residuo posconsumo que hay, del que tan sólo se recicla a día de hoy un uno por ciento, cuando ha salido una nueva normativa que obliga a hacerse cargo del residuo.
Nosotros también estamos ayudando a esas empresas, grandes empresas de la moda que están buscando soluciones y no saben cómo hacerlo
Desde nuestra experiencia con el ecodiseño, veo que hay mucho trabajo por hacer, lo positivo es que con las nuevas normativas ya no es una elección. O sea, que las marcas lo tienen que hacer.
P.: Acerca del plástico, un material controvertido en la moda… Su reutilización o qué con este material, si se tiene que desechar completamente ore aprovechar el que hay y no seguir produciéndolo.
R.: Creo que hay que diferenciar entre el plástico de un solo uso y el plástico de larga duración. Esto es lo primero, porque se ha demonizado mucho el plástico. Cuando el plástico es un material que se puede regenerar se puede volver a convertir. Es muy duradero.
De hecho, estuve viendo un estudio de una silla en el que si medimos el impacto real de una silla, por ejemplo, de madera y una silla de plástico en términos de durabilidad, si analizamos la vida del producto que se utilice mucho a la intemperie, pues el plástico es la mejor opción.
Creo en el plástico bien utilizado en la moda. No es lo mismo un bolso que no va a la lavadora que una camiseta que está en contacto con la piel y que además va a la máquena de lavar. Entonces hay unos microplásticos que acaban en el mar…
Yo diría que depende. No diría optaría totalmente por su eliminación, porque para determinados usos la durabilidad es importante. De hecho, uno de los inconvenientes que tienen todos los materiales orgánicos muchas veces es la durabilidad. Y dentro de lo que es economía circular estamos hablando mucho de de alargar la vida del producto. Entonces el plástico está bien utilizado para determinados usos, hasta que no salga un bioplástico duradero.
Hay que encontrar una alternativa ya para el plástico de un solo uso, De hecho, nosotros no utilizamos absolutamente el plástico. El tema está en otros usos como en objetos que necesitan mucha durabilidad. Pero ahí, como dices, hay debate.
Estamos colaborando con universidades y, ahora en marzo arrancamos un programa con la PAM donde vamos a trabajar con la Universidad Politécnica de Valencia y con varias empresas de Latinoamérica para desarrollar precisamente soluciones para el plástico. Nosotros aportaremos ahí esa experiencia en revalorización o en diseño.