Madrid controla el preocupante aumento de la procesionaria con drones, trampas y aves
Comunidad y Ayuntamiento de Madrid explican sus estrategias para controlar y eliminar una plaga peligrosa para humanos y animales de compañía
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
Un otoño seco y cálido y un invierno muy suave han acelerado la proliferación de la Thaumetopoea pityocampa, más conocida como oruga procesionaria, una plaga que afecta a los pinares en ciudades y espacios naturales y que está en el foco de la región y la ciudad de Madrid.
La creciente preocupación por la expansión de este insecto que debilita árboles y afecta a animales y humanos está activando todas las medidas y medios posibles en la Comunidad de Madrid y en el ayuntamiento de la capital.
La procesionaria del pino es la oruga defoliadora más conflictiva de los pinares mediterráneos, ya que sus pelos urticantes pueden afectar a las personas y sus mascotas, según la Comunidad de Madrid.
Aumento considerable
Según la Comunidad de Madrid, «la conocida en términos entomológicos como Thaumetopoea pityocampa vive un aumento de su población en los últimos años debido a los otoños cálidos y secos, que les son muy favorables. Son capaces de producir grandes daños en las masas forestales, propiciando la aparición de otras plagas y disminuyendo el vigor del arbolado, al que convierten en más sensible a los incendios».
Estas larvas habitan en bolsones blanquecinos ubicados en los pinos, de cuyas hojas se alimentan. Nacen durante los meses de invierno y el comienzo de la primavera, y empiezan a verse los primeros nidos en los extremos de las ramas.
Cuando las condiciones climatológicas son favorables, bajan al suelo para enterrarse formando una especie de procesión, de ahí el origen del nombre. En verano, culminan la metamorfosis al convertirse en mariposas y reproducirse.
Dron antiorugas
Entre las novedades de la temporada están las pruebas con un dron que detecta la presencia de esta oruga procesionaria en pinos y cedros en la ciudad de Madrid.
El primer vuelo con dron para la detección de bolsones de oruga procesionaria en árboles de gran altura se ha desarrollado esta semana en el parque de la Dehesa de la Villa, con la presencia de las autoridades municipales para comprobar cómo se desarrollan estas labores.
Se trata de un procedimiento experimental para ayudar en las tareas de detección de los técnicos municipales en lugares donde la magnitud de los árboles impide verificar su presencia.
Si el piloto, que se está llevando a cabo en los parques históricos y forestales de la ciudad, ofrece buenos resultados, este dron se podría incorporar en zonas como El Retiro, Casa de Campo, Capricho, Tres Cantos, La Elipa, San José o Dehesa Boyal.
Control y reducción en Madrid
En la actualidad el Ayuntamiento de Madrid está finalizando los trabajos de control y reducción de la oruga procesionaria en los parques y zonas verdes del municipio de Madrid.
Se informa que desde enero, se han retirado 72.907 bolsones, más del triple que el año anterior, y se han colocado 4.578 anillos alrededor de los troncos de los árboles para evitar que las orugas desciendan al suelo, más del doble que en la campaña del año pasado.
Según el consistorio, el tratamiento de la plaga de orugas procesionarias se realiza mediante técnicas respetuosas con el medioambiente. Las actuaciones siempre comienzan en verano y se prolongan hasta el mes de febrero, comprendiendo cuatro actuaciones: trampas de feromonas, aplicación de productos fitosanitarios autorizados mediante endoterapia, retirada de los nidos y colocación de anillos perimetrales en los árboles.
Colocación de trampas
En primer lugar, durante los meses de verano, se implementa la colocación de trampas con feromonas en las zonas verdes municipales, con el fin de atraer y capturar ejemplares macho de la mariposa procesionaria.
Esta estrategia interrumpe el apareamiento de las mariposas hembra, reduciendo así la puesta de huevos y el consecuente surgimiento de orugas. Entre los meses de octubre y noviembre, se lleva a cabo la aplicación de endoterapia en numerosos árboles.
La técnica consiste en la introducción de productos fitosanitarios autorizados en la savia de los árboles mediante pequeños orificios, para que lleguen a las hojas que las orugas consumen y así perecer.
Este tratamiento se aplica selectivamente en ejemplares que presentan dificultades de acceso, ya sea por su altura o por su ubicación en patios interiores o zonas cerradas, y se ha aplicado en 2.530 árboles.
Retirada de nidos
La retirada de los nidos de las orugas se lleva a cabo durante los meses de enero y febrero, utilizando tijeras de pértiga o plataformas de poda para acceder a los bolsones ubicados en las copas de los árboles, principalmente pinos y cedros.
Esta labor representa un esfuerzo significativo y se considera la más efectiva en la eliminación de estos insectos. Durante los meses de enero y febrero se han retirado un total de 72.907 bolsones, más del triple que el año anterior (21.198 nidos en 2023-2024).
Como se ha explicado, la fase final del tratamiento se desarrolla en febrero, cuando se instalan anillos perimetrales alrededor de los troncos de los árboles para evitar que las orugas desciendan al suelo y formen procesiones. En la presente campaña, se han colocado 4.578 anillos, más del doble que el año anterior (1.717 anillos en 2023-2024).
La procesionaria en pinares de Madrid
En este sentido, la Comunidad de Madrid (CAM) se encuentra esta semana en pleno control de la oruga procesionaria en más de 65.000 hectáreas de pinares. Las zonas más afectadas por este insecto son las de Pinus pinaster, del piedemonte de la Sierra de Guadarrama, y Pinus halepensis, presente en el este y sureste madrileño.
La Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, a través de la Dirección General de Biodiversidad y Gestión Forestal con el Cuerpo de Agentes Forestales, despliega un trabajo de observación y seguimiento de esta especie para establecer las medidas, así como el lugar y momento adecuado para evitar su propagación.
Mapas de procesionaria
En la web institucional de la CAM se publican todos los años los mapas de afectación con los índices de presencia, así como las curvas de vuelo, instrumento necesario para planificar los trabajos de control.
Los técnicos de medioambiente y los agentes forestales autonómicos determinan la situación de estos lepidópteros en una zona delimitada y comprueban las distintas acciones para su desaparición, como la aplicación de insecticidas o la instalación de trampas de feromonas.
Además, la instalación de cajas nido y de refugio para aves y murciélagos favorece el fomento de la población de predadores, cumpliendo una acción combinada. Por un lado, las especies de aves insectívoras se alimentan de las orugas durante en otoño, mientras que los murciélagos lo hacen de las mariposas en verano.
Prevención y daños a la salud
El Cuerpo de Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid ofrece recomendaciones para prevenir daños en la salud de las personas y animales de compañía, aconsejando evitar cualquier contacto con nidos y orugas, ya que sus pelos urticantes, que incluso pueden ser trasladados por el viento, podrían provocar reacciones alérgicas en la piel. De ser graves, los afectados deben llamar al teléfono de emergencias 112 o acudir a un centro sanitario.
También no pasear bajo los pinos afectados o cerca de ellos y, en caso de encontrárselas, cubrirse la mayor parte del cuerpo, llevar gorra y gafas y no frotarse los ojos. Si se ha tenido contacto, es conveniente ducharse y lavarse la cabeza lo antes posible y hacer lo mismo con la ropa utilizada.
Los niños deben ir sujetos por los adultos para que no entren en contacto con estos insectos, al igual que los animales de compañía a los que pueden ocasionar graves daños si las ingieren. De ocurrir esta circunstancia, los dueños han de buscar asistencia veterinaria inmediata.