Grifos tóxicos: La UE podría retrasar las medidas para controlar las sustancias peligrosas en el agua
Esta demora en la actuación contra los contaminantes del agua podría ser de al menos 10 años
Los PFAS han sido vinculados a graves problemas de salud, incluyendo cáncer y problemas endocrinos
Denuncian falta de actualización de la lista de contaminantes del agua vigilados por la UE

Pesticidas, PFAS, restos de productos farmacéuticos… el agua que bebemos a diario no está exenta de riesgos. Un problema que podría ir a más, ante la postura tomada por el Consejo de la UE, que pretende demorar el control efectivo de dichos compuestos químicos.
Así lo aseguran Hogar sin Tóxicos y Ecologistas en Acción en una carta que han remitido al Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) para pedirle que se oponga a los planes europeos, que podrían congelar la adopción de medidas contra los tóxicos señalados hasta el año 2039.
El tema será debatido a mediados de este mes de junio entre el Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea y la Comisión Europea.
Carlos de Prada, responsable de la iniciativa Hogar sin Tóxicos, que colabora con la European Environmental Bureau (EEB) en la difusión de esta problemática, espera que las instituciones europeas aprovechen estas conversaciones para rectificar.
Salud y medioambiente
«Es importante que se controlen los tóxicos en el agua lo antes posible para evitar consecuencias negativas no sólo sobre el medioambiente, sino también sobre la salud humana, ya que algunas de estas sustancias, como los PFAS, pueden atravesar los sistemas de depuración y de tratamiento del agua potable urbana y llegar a nuestros grifos», alerta de Prada.
El responsable de Hogar sin Tóxicos considera que las presiones para esta posible demora obedecen a una serie de intereses.
Según sus propias palabras: «Un motivo de este intento de retrasar 10 años más el momento en que las aguas tengan que cumplir una serie de normas en relación con esos contaminantes químicos es que, sin esas normas, los Estados no se verán obligados a adoptar medidas ni tendrán que enfrentarse, por ejemplo, a las industrias que contaminan las aguas».
Falta de control
Por su parte, Koldo Hernández, coordinador del Área del Agua en Ecologistas en Acción, recuerda que se trata «de contaminantes tóxicos que, a pesar de llevar mucho tiempo presentes en las aguas, habían escapado al debido control oficial y sin que se hayan acometido medidas adecuadas sobre ellos».
«Por ello, retrasar más de una década la obligación de que las aguas cumplan los requisitos de calidad química exigibles en relación con estos contaminantes críticos atenta contra la salud pública. El estado de contaminación actual de las aguas es tan preocupante que España debe ser uno de los Estados que lidere la toma de medidas de protección con la mayor premura, sin retrasarlo diez años más», añade Hernández.
Planes de cuenca
Ambos portavoces hablan de un posible retraso de más de diez años en la aplicación de una serie de normas para frenar la contaminación producida por una serie de sustancias tóxicas en las aguas.
En octubre de 2022, la Comisión Europea presentó una propuesta que incorpora nuevos umbrales legales para productos farmacéuticos, un grupo de PFAS y varios pesticidas, cuestión que debería llevar a que los Estados miembros actuasen para reducir la presencia de estas sustancias.
Esta exigencia tendría, además, que quedar reflejada en los planes hidrológicos de cuenca para el próximo período (2028-2033).
Según los firmantes de la carta al MITECO, los países están presionando para posponer cualquier medida de control sobre los contaminantes citados hasta, al menos, los planes de cuenca del período siguiente (2034-2039). Si fuera así, durante todos esos años los gobiernos sólo estarían obligados a monitorizar la presencia de estos contaminantes en las aguas.
PFAS
«Si el control de estas sustancias no se incluye en los próximos planes de cuenca, ello puede llevar a que no se adopten las debidas medidas para reducir su presencia, lo cual puede tener efectos negativos tanto en los ecosistemas como, por ejemplo, en la calidad del agua del grifo, favoreciendo que los europeos podamos seguir expuestos innecesariamente y durante mucho tiempo a tóxicos como algunos PFAS», insiste de Prada.
«Las autoridades deben escuchar la voz de la ciencia, como la de los más de 450 científicos que el pasado mes de marzo se pronunciaron para exigir medidas inmediatas contra los químicos permanentes y otros contaminantes en las aguas de la UE», añade el responsable de Hogar sin Tóxicos.
Contaminantes para siempre
Los PFAS (compuestos perfluorados y poliflurorados), popularmente conocidos como contaminantes para siempre por su alta persistencia y carácter bioacumulativo, han sido asociados en multitud de estudios con efectos negativos sobre el sistema inmunitario, el peso al nacer, el desarrollo infantil o el hígado, además de estar relacionados con el aumento del colesterol sérico.
También han sido vinculados a cánceres de riñón y testicular, infertilidad y enfermedad tiroidea. Especialmente preocupante es la capacidad de muchas de estas sustancias de afectar al sistema hormonal (disrupción endocrina), lo cual implica que estos daños sobre nuestra salud pueden darse incluso a concentraciones muy bajas.
Falta de actualización
Según la Agencia Europea de Medioambiente, «sólo un tercio de aguas superficiales de la UE se encuentran en buen estado químico». Sin embargo, Hogar sin Tóxicos considera que estos datos no revelan el alcance real de la contaminación, ya que la lista de contaminantes que se analizan para evaluar ese estado químico es limitada y está desactualizada.
«Muchas sustancias que podrían estar presentes ni siquiera están reguladas. Sobre las que sí lo están, la ciencia se plantea, con frecuencia, algunas dudas», advierte de Prada.
«Por ejemplo: ¿Se ha evaluado el efecto cóctel, se ha tenido en cuenta que aquellas sustancias que son alteradoras hormonales pueden causar efectos a concentraciones delirantemente bajas? No se puede responder a la pregunta de si el agua es segura de forma generalizada. Dependerá de cada caso concreto y requeriría un análisis detenido», sostiene el portavoz.
Cientos de sustancias
Un informe reciente del Centro Helmholtz de Investigación Ambiental encontró más de 500 sustancias químicas nocivas en cursos de agua de toda Europa, y el 41% de las muestras contenían entre 51 y 100 sustancias químicas diferentes.
«Por ello es importante que se incremente el número de compuestos cuya presencia debe ser controlada. La UE tiene la obligación de ir actualizando las normas cada seis años, incorporando nuevas sustancias prioritarias», según de Prada.
Dicha obligación no se ha cumplido: las últimas actualizaciones se realizaron en 2013, en el caso de las aguas superficiales, mientras que en 2014 tuvo lugar la última modificación de las normas relativas a las aguas subterráneas.