Una Europa indecisa podría abrir las puertas a la amenaza de los químicos tóxicos
Cerca de 500 organizaciones firman una declaración muy crítica con la Comisión Europea
Los firmantes aseguran que el derecho a la salud frente a los tóxicos es uno de los derechos amenazados
Estados Unidos podría verse beneficiado de esta mayor permisividad con los tóxicos

La Comisión Europea pretende desmantelar leyes que protegen derechos básicos, como el derecho a la salud frente a los riesgos que entrañan los tóxicos, entre otros. Así lo denuncian las 470 organizaciones europeas que han firmado una declaración conjunta muy crítica con el Ejecutivo comunitario.
Los firmantes lamentan en dicho texto que Europa se esté embarcando a un «ritmo sin precedentes» en una «nueva carrera hacia el abismo», mediante la supresión o debilitamiento de normas «que protegen los derechos laborales y sociales, los derechos humanos, los derechos digitales y el medioambiente».
«Las regulaciones que nos protegen a todos de los excesos de la avaricia corporativa, que garantizan que podamos respirar aire limpio y llevar una comida saludable a la mesa de nuestras familias, están en la cuerda floja», se advierte en el citado documento.
Hogar sin tóxicos
Entre las entidades firmantes de esta declaración se encuentra la iniciativa Hogar sin tóxicos, que colabora con el European Environmental Bureau (EEB) en la difusión de las problemáticas relacionadas con la contaminación ambiental producida por sustancias tóxicas de origen sintético.
Para Carlos de Prada, responsable de la campaña española, «suprimir o aligerar el control público de una serie de actividades empresariales entraña riesgos importantes».
«Con la excusa aparentemente razonable de simplificar la normativa y eliminar burocracia superflua, la agenda de desregulación de la Comisión es un auténtico caballo de Troya que amenaza con desmantelar o debilitar algunas importantes leyes que hoy protegen la salud de millones de ciudadanos frente a los riesgos de las sustancias tóxicas a las que se exponen cotidianamente y que, como alerta la comunidad científica, ocasionan un problema de salud pública de primer orden», insiste de Prada.
Cambio de rumbo
En 2020, la Comisión Europea presentó su Estrategia de Productos Químicos para la Sostenibilidad, con la que se comprometió formalmente a mejorar la regulación de productos químicos de la UE.
Planes que se han ido postergando debido a las presiones de la industria química, «intensificadas desde 2022 con la coartada de la crisis por la guerra de Ucrania», aseguran desde Hogar sin tóxicos.
Como resultado de estas presiones, el Ejecutivo comunitario ha retrasado la adopción de medidas tan demandas como la revisión del Reglamento REACH, la principal ley comunitaria de productos químicos.
Pesticidas
«La postura de la Comisión también ha cambiado radicalmente en relación con los planes de reducción del uso de pesticidas, a pesar de que también se trataba de un compromiso formal contraído con la malograda Estrategia de la Granja a la Mesa del Pacto Verde Europeo», sostiene Hogar sin Tóxicos.
En opinión de Carlos de Prada: «A lo que se asiste ahora con la desregulación es algo aún más grave. No se trata sólo de no mejorar las deficientes normas existentes, sino del temerario desmantelamiento de las mismas al dictado de algunas grandes corporaciones, desoyendo la voz de la ciencia y de las entidades que defienden el interés público. Algo que podría equipararnos a países con bajísimos estándares de protección de la salud frente a los riesgos químicos, lo que representaría un retroceso de décadas».
Hogar sin tóxicos cita varios ejemplos de desregulación en esta materia:
- Mayor permisividad en el control de algunas sustancias cancerígenas en los cosméticos.
- Debilitamiento de la obligación de informar debidamente sobre los peligros de las sustancias tóxicas en el etiquetado de productos químicos.
- Eliminación de requisitos ambientales de la Política Agraria Comunitaria (PAC).
- Debilitamiento de la normativa de pesticidas.
- Inadecuada evaluación de los riesgos asociados a los PFAS o tóxicos eternos.
Costes futuros
Las organizaciones firmantes de la declaración critican que la Comisión esgrima «el falaz argumento», según su visión, de que la desregulación mejorará la competitividad cuando, en realidad, «el coste económico y social de dicha desregulación sería mucho mayor que el de tener unas adecuadas reglas de juego, sin contar con el daño hecho a la democracia y a las normas que han de distinguir a una sociedad realmente avanzada», lamentan.
Por otro lado, como han señalado diferentes organizaciones, «la regulación que se quiere eliminar o debilitar –como se ha visto con el Reglamento REACH de productos químicos u otras normativas– no ha supuesto hasta ahora ningún freno a la competitividad real de la industria europea que, de hecho, es la primera exportadora de productos químicos a nivel mundial y en los que la UE tiene un notable superávit comercial».
«La falsedad de que proteger a las personas y al medioambiente hoy es demasiado costoso, tendrá mañana un coste irreversible en nuestra salud, seguridad, derechos, igualdad y libertades», sentencia la declaración.
Estados Unidos
Uno de los grandes beneficiados de la desregulación en materia de protección frente a la polución química sería Estados Unidos, sostiene Hogar sin tóxicos.
La campaña acusa al país norteamericano de chantajear con los aranceles para «poder exportarnos productos alimentarios que hoy la legislación de la UE no considera saludables como, por ejemplo, carne hormonada o alimentos contaminados con residuos de pesticidas prohibidos en la UE», remarca.
«La industria química de EE.UU. también tiene fuertes intereses en los PFAS, los tóxicos eternos que han contaminado vastas extensiones de Europa. No verían con buenos ojos que la UE adoptase medidas que restringiesen demasiado estas sustancias contaminantes», interpretan desde la citada campaña.