La eólica desafía a Trump: levantará un megaparque en las inmediaciones de su campo de golf
El proyecto, que prevé construir más de 300 aerogeneradores, se autorizó justo después de que Trump arremetiera contra las eólicas


La fobia de Donald Trump contra la energía eólica empezó en Escocia frente a uno de sus campos de golf hace 14 años, cuando se levantaron dos parques eólicos cerca de uno de sus campos de golf, uno justo enfrente y otro algo más alejado.
Las fotos de Trump jugando al golf con los molinos de fondo en su campo escocés de Aberdeen se han convertido en una de las imágenes más icónicas en relación con la guerra total que el presidente norteamericano mantiene con las renovables.
Trump, el golf y la eólica
En esta lucha, la última noticia contra la eólica del Gobierno de Donald Trump ha sido la de retirar la autorización para construir los parques eólicos marinos de New England Wind 1 y 2, ubicados en el Estado de Massachusetts, en los que participa la filial americana de Iberdrola, Avangrid.
Durante su última visita a Escocia, en la que Trump inauguró su tercer campo de golf escocés, el presidente de Estados Unidos expresó en una reunión con los líderes europeos que las turbinas eólicas son «muy destructivas» y aseguró que no se autorizarán más construcciones de este tipo en Estados Unidos.
La retirada de la autorización de dos megaparques eólicos marinos de Iberdrola en EEUU vuelve a poner en el foco la fobia del presidente Donald Trump a todo lo que sean las energías renovables, en concreto a los dos proyectos eólicos que le instalaron cerca de su campo de golf.
«Detener los molinos de viento»
El pasado mes de julio instó a las autoridades europeas a «detener los molinos de viento», argumentando que están causando un daño significativo a sus naciones. Estas declaraciones se produjeron en la antesala de una reunión sobre las políticas arancelarias con la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Fue el avance de lo que le ha pasado ahora a Iberdrola en Estados Unidos, pero confirma la determinación de Trump de apostar por los fósiles y dejar de lado a las renovables, no sólo en su país, también a nivel global.
Órdenes ejecutivas
Una de las primeras órdenes ejecutivas que firmó el 20 de enero, tras su toma de posesión, fue la de declarar la Emergencia Nacional Energética y otra para «liberar» la producción energética del país.
Posteriormente, en abril, Trump firmó una orden a la que llamó Cero regulaciones para liberar la energía estadounidense y con ella exigió a diez agencias y subagencias que en menos de un año eliminen las regulaciones energéticas existentes, a favor «de la abundancia energética, no de su eficiencia».
Arruinan campos y valles
«Es muy triste. Se ven molinos por todas partes desde el aire, arruinando sus hermosos campos y valles y matando a sus aves. Y si se colocan mar adentro, arruinan sus océanos. Deténganlos», reclamó Trump en su visita a Escocia.
Sin embargo, parece que estas advertencias no han llegado a los oídos de las autoridades escocesas y del Reino Unido, que han aprobado un megaparque eólico cerca del campo de golf de Aberdeen, gestionado por su compañía Trump Golf.
Escocia desafía a Trump
El 31 de julio de 2025, pocos días después de la salida de Trump del país, el gobierno escocés autorizó la construcción del parque eólico marino Berwick Bank, justo tras las declaraciones de Trump y después de una década de meticuloso trabajo de desarrollo.
Según lo previsto, este megaparque será uno de los más grandes del mundo, tal y como detalla SSE Renewables, la empresa impulsora del proyecto, que detalla que el parque eólico podría incluir hasta 307 turbinas. La ubicación prevista para Berwick Bank está frente a la costa de Dunbar, a unos 128 kilómetros al sur de Aberdeen y del campo de golf de Trump.