El CSIC alerta de la venta masiva de aves protegidas y en extinción por internet y redes sociales
Los loros, las cacatúas, los gorriones y los canarios son las aves más vendidas por internet y las redes sociales
La venta de aves por internet y las redes sociales han sido analizadas durante un año por un equipo de investigadores y sus preocupantes resultados han sido divulgados en un estudio publicado en la revista Ardeola.
El estudio, en el que participan el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y el Real Jardín Botánico (RJB-CSIC), ambos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), destaca que Facebook es la red social con mayor porcentaje de ventas.
Lo más llamativo que se ha detectado por parte de este equipo de investigadores es que, entre las especies comercializadas, algunas no cumplen la normativa de tráfico de especies, lo que supone un peligro potencial para la conservación de estos animales y de sus entornos.
Cada vez más frecuente
«El tráfico de especies on line es cada vez más frecuente, por lo que es necesario prestar atención al tipo de animales que se están vendiendo, especialmente en redes sociales» señala Mario Díaz, investigador del MNCN-CSIC.
Por su parte, la investigadora Nura Elkhouri- Vidarte, del RJB-CSIC, señala que «en este estudio, nos centramos en el caso de las aves, quisimos analizar si su venta está muy extendida en España y si se relaciona con la popularidad de cada especie».
El seguimiento de estas ventas y publicaciones ha sido realizado durante todo un año, analizando los posts relacionados con anuncios en las redes sociales X (Twitter), Facebook, YouTube e Instagram.
Facebook, la más utilizada
«En total, encontramos 11.332 posts y confirmamos que se vendían 313 especies diferentes de aves, observando que la red social más utilizada para ello es Facebook», informa Mario Díaz.
Desde el CSIC afirman que el número de ventas de cada especie está directamente relacionado con la popularidad del ave en las que «los órdenes más representados fueron el de los Psittaciformes, donde se incluyen los loros y las cacatúas, y el de los Passeriformes, que engloba aves como los gorriones, los canarios o los jilgueros. Esto se puede deber al atractivo del color de los loros y de los cantos de los paseriformes», detalla Díaz.
La preocupación reflejada en el trabajo de investigación se traduce en que un porcentaje de las especies observadas están protegidas, en peligro de extinción o son invasoras, según sus autores.
El peligro de las especies invasoras
El objetivo también se dirige a detectar los posibles peligros para la naturaleza que tiene la comercialización de animales por internet que repercute en un problema como el de las especies invasoras.
Los datos proporcionados en el último Informe de la evaluación sobre las especies exóticas invasoras y su control distribuido por la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa Sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) arroja visos de ser preocupantes por provocar «cambios drásticos en la biodiversidad y en los ecosistemas» inducidos por las especies invasoras.
Los 143 estados miembros de la IPBES, entre los que se encuentra España, concluyeron que, en 2019, aparte de los cambios drásticos en la biodiversidad y los ecosistemas, el costo económico mundial de las especies exóticas invasoras superó los 423.000 millones de dólares anuales y los gastos se han cuadruplicado, al menos cada década, desde 1970.
Seguimiento de la comercialización
«Este potencial incumplimiento de las leyes de tráfico de animales establecidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) hace necesario que haya un seguimiento de esta comercialización para poder establecer las medidas de conservación necesarias» apunta Laura Martín Torrijos, investigadora del RJB-CSIC.
El trabajo también concluye que el monitorear regularmente la venta de aves por ciertas redes sociales e internet puede proporcionar información valiosa sobre la demanda y el mercado de especies de especial interés para la conservación, permitiendo prever y reducir el impacto negativo causado por su venta.