La Comunidad de Madrid convierte el cultivo de la jara en una actividad económica rentable
Después de cinco años de trabajo, con la mecanización de la cosecha de jara se ha aumentado la eficiencia y calidad de los productos derivados de esta planta silvestre
La jara, el arbusto perenne que está profusamente presente en muchos espacios naturales del ecosistema mediterráneo, puede llegar ser una actividad económica rentable si se trabaja de una forma controlada.
Este arbusto, también conocido como jara pringosa, negra o de las cinco llagas, mide desde metro y medio a tres metros de altura y despide un fuerte olor a ládano.
Tras cinco años de proyecto, la Comunidad de Madrid ha convertido el cultivo de la jara negra (Cistus ladanifer) en una actividad económica rentable, con el proyecto Biocistus 4.0, liderado por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).
Mecanización de la cosecha
El consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, ha presentado en Berzosa del Lozoya (Madrid) los datos concluyentes de una iniciativa, que ha sido posible gracias a la mecanización de la cosecha y la aplicación de las tecnologías de la información, que han aumentado la eficiencia y calidad de los productos derivados de esta planta silvestre.
Novillo ha agradecido a todas las personas implicadas «su apoyo y dedicación, que han permitido este gran avance». «Biocistus 4.0 finaliza hoy con unos resultados verdaderamente alentadores, en los que se ha demostrado que es posible transformar el cultivo de la jara negra en una actividad beneficiosa y respetuosa con el medio ambiente», ha asegurado.
Sembrando la jara se puede extraer productos de gran pureza -al evitar la mezcla con otras plantas asociadas que crecen de manera silvestre- y de alto valor añadido, con múltiples aplicaciones en las industrias de la perfumería, cosmética, farmacéutica y producción animal.
Propiedades del ládano
Así, la goma o ládano es un excelente fijador con aromas reminiscentes de ámbar gris. Por su parte, el aceite esencial tiene propiedades astringentes, fotoprotectoras, cicatrizantes y biocidas con lo que se podría emplear en la formulación de cremas de belleza para eliminar manchas y daños en la piel.
Como muestra, el IMIDRA ha elaborado una crema obtenida a partir de hidrolato de la jara que, además de las propiedades como fijador de perfume de la esencia, actúa como calmante y antimanchas para el tratamiento cutáneo.
Revitalizar la Sierra Norte
Desde la Comunidad de Madrid se destaca que además del potencial económico y ambiental, otra de las aportaciones más destacadas de Biocistus 4.0 es su contribución a la revitalización de las zonas rurales con terrenos de menor valor agrícola, como es el caso de la Sierra Norte.
En esta área se concentran grandes extensiones de jara negra, donde el IMIDRA ha desarrollado la tecnología para pasar de una recolección silvestre de esta especie, o incluso del nulo aprovechamiento, a su explotación agrícola.
Paralelamente, se ha presentado también la nueva fase de este proyecto denominada Agrocistus, que tiene como objetivo ampliar horizontes y explorar el potencial de diversas especies de esta misma familia.
Industria e innovación
Con ello, continuará la labor de valorización y aplicaciones industriales de los bioproductos derivados de estas plantas, con un enfoque en la aptitud y la innovación.
Se trata de una etapa en la que tendrá relevancia la participación activa de la industria, el marketing y las estrategias de comercialización, para «asegurar el éxito y la viabilidad de los productos desarrollados», ha indicado Novillo.
Potenciar su cultivo
De forma pareja, se trabajará en la transferencia de conocimiento a los agricultores de estos pueblos, para potenciar la puesta en cultivo de esta especie con los híbridos desarrollados en el IMIDRA.
En definitiva, son «ejemplos claros del poder de la colaboración, la innovación y del compromiso de la Comunidad de Madrid en el desarrollo de oportunidades», ha destacado.
El proyecto Biocistus 4.0 ha contado con la colaboración de la Universidad Politécnica de Valencia, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) y diversas empresas.
Jara pringosa
La jara se llama «pringosa» por la sustancia que segrega el ládano, que es similar a un aceite. Esta sustancia se ha utilizado tradicionalmente para fijar mejor los perfumes y que de hecho se sigue utilizando por los mejores perfumistas del mundo.
Antiguamente, para recoger las hojas de esta planta, se soltaban ovejas contra los matorrales de jara. Las hojas se quedaban pegadas a la lana y después solo había que cepillar a los animales para recogerlas.
Este arbusto sabe imponerse a otras especies, ya que, cuando llueve, sus semillas caen al suelo y germinan con rapidez, impidiendo que crezcan otras plantas. Además, la jara tiene una alta adaptación al fuego por tener una semilla muy resistente. Los municipios madrileños con más jarales son El Atazar, Patones o Robledillo de la Jara.