Cómo sobrevivir 300 días sin agua potable en España
Los 80.000 habitantes de la zona norte de Córdoba cambian drásticamente sus hábitos diarios por no poder utilizar el agua contaminada que sale de sus grifos
La situación se ha hecho viral y ha tenido repercusión gracias a los vídeos de África Villén, una vecina que relata cómo convive día a día con esta situación
Cómo es vivir tu día a día sin agua potable. Es lo que muestra en su cuenta de Instagram África Villén, una pozoalbense que habita en el entorno de los valles de Los Pedroches y Guadiato. No hablamos de una ficción, es una realidad que los habitantes de esta zona al norte de la provincia de Córdoba sufren desde hace meses.
El vídeo en formato story de África, refleja la rutina diaria a la que se enfrentan unos ciudadanos que ya llevan casi 300 días sin agua potable, una situación que probablemente podrían sufrir más personas ante la palpable sequía que azota distintos puntos de España, con restricciones y medidas cada vez más severas.
El post de Instagram, que ya tiene miles de corazoncitos, relata cómo «desde el día 17 de abril (de 2023) los Valles de Los Pedroches y Guadiato no tenemos agua potable», cuenta esta vecina que lleva ya varias publicaciones denunciando esta calamidad.
Encuentro con Teresa Ribera
África, fotógrafa de profesión, confiesa a OKGREEN sentirse «súper abrumada, porque no esperaba para nada» la respuesta a un vídeo que hizo «para solidarizarse con los vecinos, los amigos y la familia» desde su cuenta de Instagram en la que va colgando consejos sostenibles.
Su papel en visibilizar este problema la ha llevado incluso a ser invitada en la reunión que se realizó el pasado jueves con la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en el Guadiato, con la plataforma Unidos por el agua.
Un encuentro «muy corto» en el que se expuso la problemática y las soluciones que esta plataforma cree que son mejores «en detrimento de otras medidas que se proponen desde otras administraciones, para que éstas no sean un parche para ahora, que sirva en el tiempo», resume Villén.
No apta para consumo
Volviendo al 17 de abril de 2023, la fecha en la que la Consejería de Salud andaluza determinó que el agua que salía de los grifos en ambas comarcas no era apta para el consumo humano, una decisión que llega a afectar a unos 80.000 habitantes de estas comarcas.
Un día en el que llegó un cambio vital que supuso modificar durante muchos meses numerosos hábitos que eran normales hasta entonces, como beber o cocinar el agua que sale del grifo.
El problema proviene del pantano de La Colada que suministra agua a las comarcas, un lugar que ahora presenta algas con un nivel de Carbono Orgánico Total (COT) que está muy por encima de lo permitido.
El COT está provocado por la propia descomposición de las materias orgánicas en el agua o puede ser provocada por compuestos orgánicos producidos por algunas industrias.
Soluciones sin precipitaciones
Este problema desembocó en la movilización ciudadana que ha llegado a constituir una plataforma, Unidos por el agua, que se ha manifestado en Córdoba y que une a los alcaldes de la zona por encima de las ideologías.
Todos reclaman una solución que está tardando en llegar y que pasa, según los expertos, en invertir 15 millones de euros para instalar una depuradora y construir una conexión entre este pantano y el de Puente Nuevo.
Una solución que parece llegará en marzo, casi un año después del inicio del problema, y que también se fía a que haya más precipitaciones, que caiga agua del cielo, algo que parece muy improbable.
Improbable por el periodo de sequía y porque el volumen de precipitaciones necesario para superar esta situación «tendría que haber llegado en otoño y en una cantidad que hace que no se ve el Los Pedroches y en Guadiato desde hace 80 años», nos traslada África.
Vida en modo ahorro
Actualmente el agua que llega a las casas no es apta para el consumo humano, de manera que no la pueden beber ni usar para cocinar. Ahora, para paliar la situación, dependen de los camiones cisterna que aparecen seis días a la semana para poder tener unas mínimas condiciones de recursos hídricos para sobrellevar esta carencia.
Prácticamente 300 días (sobre)viviendo «porque el pantano del que bebíamos se quedó sin agua, hicieron un trasvase desde otro pantano y, ¡sorpresa!, no era apta para consumo humano debido a los vertidos que en ese pantano se hacían… la historia es larga…», sigue contando África desde su cuenta.
«Con ese agua nos duchamos, ponemos lavadoras y regamos los campos (los que pueden). ¿En qué se traduce esto? Opinad vosotros», relata y pide Villén en su perfil personal, en el que incluso aparece su madre lavándose los dientes en modo ahorro, sin desperdiciar ni una gota.
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Agua potable en camiones
«Acompáñame y descubre cómo es vivir un día sin agua en el Valle de Los Pedroches», es la invitación de África para mostrar los cambios que afectan a sus rutinas, el estar sin agua potable relatando que debe «ducharse, lavarse las manos o lavar la ropa con agua contaminada, porque no nos queda otra».
El primer acto matinal es el de recoger el agua de la ducha en un cubo hasta que salga caliente porque «estamos en sequía» y hay que reaprovecharla de alguna manera. Y así, África nos muestra cómo tiene que lavarse los dientes, limpiar los alimentos, cocinar o rellenar su botella de beber reutilizable con agua que ha acopiado en garrafas de cinco litros.
El llenar las garrafas es otra aventura, ya que tiene que desplazarse en coche hasta la cita con el camión cisterna porque no viene todos los días a todas horas, según afirma, y cuenta que hay que organizar la agenda «para ir un día a la semana con el cántaro a la fuente» y rellenar más de 10 garrafas.
Problemas en la piel
Le preguntamos a África qué es lo que más hecha de menos en su día a día y nos responde que «sobre todo, poder ducharte con agua limpia, porque afecta al pelo y en la piel es horrible. Eso lo hemos notado mucho, una barbaridad».
«De hecho, he comentado ya con varias personas que tienen piel atópica y lo están empezando a notar y les están empezando a salir ronchas. Tengo testimonios de madres que han bañado durante un tiempo a sus bebés, y te estoy hablando de bebés de cinco meses, con este agua, y están los pobrecitos comidos de ronchas, eccemas. Algunos han tenido que ir a Córdoba al hospital lo estaban pasando muy mal», puntualiza Villén.
Clamar al cielo
Para darle una dimensión a este problema que relata África y que se ha hecho viral, ella nos recuerda en cada momento que los 80.000 vecinos de la zona tienen en sus grifos agua contaminada y qué tienen que hacer para adaptarse a una situación que dura casi un año.
Y, mientras tanto, esperan a que llegue la solución definitiva, organizando actividades reivindicativas, adaptando su vida y clamando al cielo con cierta ansiedad esperando unas lluvias que no llegan como desearían.