En la ciudad, en el campo o en casa, ¿dónde respiramos más microplásticos?
Los microplásticos y los nanoplásticos ya están por todas partes y ya sabemos cuánto y dónde más son inhalados por los seres humanos
El creciente interés social e investigador acerca de la repercusión de los microplásticos en el entorno y en nuestras vidas, unido a la necesidad por conocer y avanzar en el conocimiento de su impacto en los seres humanos, está en el foco de las preocupaciones sobre un material que nos rodea durante todo el día.
Todo este interés se dispara cuando ocurren sucesos como el de los pélets en Galicia, en el que millones de diminutas bolitas de plástico aparecieron en playas gallegas y del Cantábrico. La contaminación generada por plásticos por el ser humano traspasa multitud de barreras que finalmente están conectadas en el ciclo de la vida.
Desde su producción, pasando por su distribución y consumo, llega a insospechados lugares del planeta, se cuela en el agua y en la alimentación de los seres vivos, muchos de ellos que son parte de nuestra dieta.
El plástico está en el aire
Los microplásticos y los nanoplásticos están presentes en nuestra vida más de lo que pensamos… por lo que conocer qué cantidad pulula por nuestro alrededor, de qué tipo son y dónde son más frecuentes es una circunstancia que nos debería interesar.
Pero el microplástico también está en el aire, tal y como explicó a OKGREEN la bióloga marina Anna Bozzano, hace unas semanas con motivo de los famosos pélets. Bozzano nos afirmaba en una entrevista que «respiramos más microplástico del que podríamos ingerir a través del pescado». En ella nos comentaba que es evidente que los microplásticos están en todas partes, pero que su repercusión en la salud todavía está por dilucidar, a pesar de encontrarse en nuestros cuerpos.
De la misma opinión es Giuseppina Zuri, que en el marco del proyecto CSIC V Edición Yo investigo. Yo soy CSIC, que reconoce que los microplásticos existen, están y los podemos atrapar para conocer cuántos hay en el aire nos rodea, que respiramos.
¿Qué respiramos?
Zuri, como becaria doctoral de La Caixa en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del Consejo Superior de Investigaciones científicas (CSIC) en Barcelona, está en ello con el proyecto de investigación ¿Qué respiramos?, que ya tiene resultados sobre su concentración y su origen.
Y así, Giuseppina ha difundido un vídeo explicando uno de los objetivos de su tesis que va dirigida a identificar microplásticos en el aire en diferentes áreas como ciudades, pueblos y zonas rurales, identificando también las fuentes de emisión.
Y para ello se puso a cazarlos, con filtros en puntos muy distintos. Giuseppina nos explica que «la elección de estas regiones fue realizada por el hecho de que Cataluña y Cerdeña se encuentran entre las regiones más y menos densamente pobladas de Europa».
Estas circunstancias «podrían representar un punto de partida para aclarar si el nivel de microplásticos en el aire está relacionado con la densidad de población».
Filtros que atrapan microplásticos
Y así, por ejemplo, se dispusieron filtros en la travesera Gracia-Augusta y en el parque Güell, y en un pueblo de Cerdeña llamado Ploaghe en los que se tomaron muestras a distintas horas, unos 2 metros cúbicos de aire durante tres horas.
Las muestras se recogieron entre Barcelona y Das, en Cataluña, y en Ploaghe, en la ciudad de Alghero, y en la aldea de Sa Segada, en Cerdeña. Y así llegaron los resultados que fueron escudriñados y recopilados a través del microscopio de Zuri, una italiana que reside en Barcelona.
La investigadora explica a OKGREEN que «la cantidad de partículas detectadas en cada filtro osciló, en general, entre 10 y 255 partículas por metro cúbico de aire, y en Cataluña el número de partículas era hasta 6 veces mayor que el de Cerdeña».
Nilón y el poliacrilonitrilo
En Cataluña, la concentración de microplásticos en el aire varía de 3 a 13 microplásticos por metro cúbicos de aire, y en Cerdeña de 0 a 3 por metro cúbico. Por lo tanto, una mayor población o una mayor actividad humana se asocia con un mayor número de microplásticos.
Y entonces, ¿qué tipos de microplásticos respiramos? La investigadora nos explica que «los polímeros plásticos llegan al aire desde una variedad de fuentes como los vertederos, a través del agua e, incluso, de las telas, como por ejemplo nuestra ropa».
Entre los microplásticos identificados con mayor frecuencia están el nilón y el poliacrilonitrilo, ampliamente utilizados como las fibras en prendas de vestir, que se desprenden de nuestra ropa, así como en la industria automotriz». Por lo que ya tenemos dos fuentes muy comunes en nuestras vidas y que nos hacen inhalarlo.
Están por todas partes
«Los resultados muestran que los microplásticos están presentes en el aire, pero no disponemos de datos suficientes y concluyentes sobre los posibles efectos sobre la salud humana en las concentraciones encontradas», confiesa Zuri, que aclara que «también hay que tener en cuenta que sólo una fracción de los microplásticos del aire, los nanoplásticos, se inhalan o se ingieren».
Pero el principal resultado es que «por lo tanto, no encontramos ningún lugar completamente libre de microplásticos», están por todas partes, en mayor o medida, cuando más actividad humana hay y más tráfico rodado existe, en las horas punta.
Zuri nos explica que a la hora de determinar cuántos microplásticos respiramos «hay que tener en cuenta las diferencias individuales porque, por ejemplo, los niños tienen una frecuencia respiratoria más alta en comparación con los adultos, por lo que la cantidad de microplásticos inhalados por kilo de peso corporal es mayor para ellos. Algo parecido ocurre con las personas que practican deporte, tienen mayor frecuencia respiratoria».
Cuánto plástico respiramos
Cada año un adulto puede inhalar unos 8.000 microplásticos por kilo de peso corporal si pasa ocho horas al aire libre, en el peor de los casos. Pero si tenemos en cuenta los estudios realizados en las casas, esta cifra se eleva a 71.000 microplásticos, por lo que entonces se sabe que en el interior de nuestros hogares los respiramos más.
Entre las soluciones para luchar contra él, debemos superar barreras como una legislación que regule decididamente su control y generar un consumo más consciente en la sociedad.
Consumo consciente
Entre estas medidas de erradicar los microplásticos que respiramos están el decidir su exclusión en nuestros hábitos y comprometernos su uso o abuso, evitando los plásticos de un solo uso, eligiendo materiales que se puedan reciclar más fácilmente, evitando de comprar ropa innecesaria o utilizar transporte público.
«En el futuro, nos gustaría crear una base de datos sobre el seguimiento medioambiental de los microplásticos teniendo en cuenta las zonas costeras y del interior, ciudades y pueblos para tener una visión completa de la situación» nos adelanta Zuri hablando del futuro recorrido de su investigación.