El ciclo sin fin del reciclaje de los envases de vidrio
Reciclar vidrio es fundamental para conservar el entorno, reducir las emisiones de CO2 y ahorrar recursos naturales
En 2023 se cumplen 25 años desde que el reciclaje de envases de vidrio se convirtiera en un servicio público en nuestro país. Para conmemorar este «verde» aniversario vamos a acompañar al envase de vidrio en su particular viaje circular.
Todos tenemos un contenedor de vidrio cerca de nuestra casa. Según datos de Ecovidrio, la entidad sin ánimo de lucro que gestiona el reciclaje de envases de vidrio en España, nuestro país es uno de los países mejor contenerizados de Europa.
Pero, ¿qué ocurre cuando depositamos un tarro, botella o botellín en uno de los míticos iglús verdes que ocupan todos los pueblos y ciudades? Tras el característico sonido al romperse o chocar con otros envases acumulados, los envases de vidrio comienzan su recorrido circular.
El proceso del ciclo sin fin
1) Los residuos de envases de vidrio se recogen en camiones, que suelen ser específicos para este material (el vidrio suele viajar solo) o tener compartimentos por dentro para diversas fracciones de residuos. En cualquier caso, los residuos de envases de vidrio no se mezclan con otros materiales durante su transporte. Nadie deshace el trabajo tan importante de separación que hemos hecho desde casa.
2) Los residuos se trasladan a una de las 15 plantas de tratamiento repartidas por todo el país. Es en esas plantas donde se produce la verdadera magia y la separación selectiva que hemos hecho en origen se convierte en reciclaje.
3) En las plantas tiene lugar un proceso de limpieza y fragmentación del residuo. Este proceso es mecánico y no usa ni una gota de agua ni productos químicos.
En la planta se usan imanes, cribas, corrientes de foucalt y ¡mucho movimiento! para eliminar todo aquello que no es vidrio, como las etiquetas, las tapas, los tapones, los collarines de algunas botellas o las bolsas de plástico. Eso sí, estos objetos que no son vidrio se almacenan y trasladan para su posterior reciclaje. ¡No se desaprovecha nada!
4) Es cierto que son pocos los «impropios» (cosas que no deberían estar allí) que se encuentran en el contenedor verde, lo que nos confirma que los ciudadanos tienen muy bien asimilado el funcionamiento de este contenedor
¡Recuerda! Al verde van botellas, botellines, frascos y tarros (todo lo que lleva tapa, tapita o tapón). Es importante que no deposites objetos de cerámica (platos, tazas), ya que son muy complejos de separar en las plantas y pueden dañar los nuevos envases de vidrio que se fabrican a partir de vidrio reciclado.
5) Tras su ajetreado vaivén en la planta de tratamiento, por fin obtenemos el preciado tesoro que es el vidrio reciclado o calcín. De residuo a recurso, el calcín sirve como materia prima secundaria para fabricar nuevos envases de vidrio. De hecho, un envase puede llevar hasta un 90% de calcín en su composición.
6) Este recurso se traslada a las fábricas vidrieras para elaborar nuevos envases. Todo el calcín producido en España se usa para fabricar envases nuevos en nuestro país (y un pequeño porcentaje en Portugal). Es decir, el círculo del reciclaje de vidrio se cierra en la península.
7) Este proceso puede producirse infinitas veces sin que el material pierda sus propiedades, ya que el vidrio es reciclable al 100%. El vidrio reciclado se destina a la fabricación de nuevos envases (de la cuna a la cuna). ¡Es por ello que decimos que es un reciclaje perfecto y el mejor ejemplo de economía circular!
8) Al emplear este material reciclado, evitamos colmatar vertederos con recursos de gran valor y extraer recursos de la naturaleza (arenas, calizas…). Además, el uso de calcín permite a las vidrieras ahorrar energía y emitir hasta un 50% menos de CO2 a la atmósfera.
Esto es gracias a que el calcín es un «vidrio precocinado», que funde en los hornos vidrieros a menor temperatura que las materias primas de la naturaleza.
9) Ya tenemos un envase nuevo a disposición de las envasadoras para rellenarlo con sus productos y llegar de nuevo a los consumidores.
10) En España reciclamos 7 de cada 10 envases de vidrio que se ponen en el mercado. Debemos estar orgullosos, pero podemos seguir mejorando y parecernos más a algunos países de Europa, como Bélgica o Suecia con tasas por encima del 90%.