Agricultores y conservacionistas se unen para salvar el aguilucho cenizo en España y Portugal
El programa tiene un coste total de casi once millones de euros, financiado en un 75% por la UE, con más de ocho millones de euros.
Conservacionistas y agricultores de Portugal y España se han aliado para salvar al aguilucho cenizo (Circus pygargus) de la extinción en el territorio portugués y en la zona fronteriza entre ambos países.
Un anuncio que se realiza con motivo del Día Mundial de la Conservación de la Naturaleza, que se celebra hoy domingo 28 de julio, en el que las entidades impulsoras de LIFE SOS Pygargus han comunicado la aprobación de este proyecto transfronterizo.
Una iniciativa que ha sido aprobada por el Programa LIFE de la Unión Europea (UE) y que tiene un coste total de casi once millones de euros, financiado en un 75% por la UE, con más de ocho millones de euros.
Ave esteparia
El aguilucho cenizo es un ave esteparia que, según el primer censo de la especie realizado durante el período 2022-2023, está en declive acentuado en Portugal, agravado en los últimos quince años, lo que le pone en riesgo de desaparecer. El proyecto comenzará en septiembre de este año y se implementará entre 2024 y 2030.
El aguilucho cenizo, que tiene el estatus de amenaza «En peligro» en Portugal y está catalogado como «Vulnerable» en España, es una rapaz migratoria que pasa el otoño/invierno en África subsahariana y la primavera/verano en Portugal y España.
El fuerte declive de la población de esta rapaz se debe principalmente a tres factores decisivos que afectan a la especie: la siega adelantada de cultivos de heno (forrajeras) en plena época reproductiva, lo que a menudo destruye involuntariamente sus nidos, huevos y crías con máquinas agrícolas, la pérdida de hábitat asociada a la reducción significativa de las áreas cultivadas con cereales para producción de grano y la depredación.
Papel clave de los agricultores
Al ser una especie que depende de áreas agrícolas para su supervivencia, los agricultores desempeñan un papel clave en su conservación. Entre los principales objetivos del proyecto para los próximos seis años está el mejorar el estado de conservación del aguilucho cenizo en Portugal y en las poblaciones transfronterizas.
También busca adaptar las prácticas agrícolas al ciclo reproductivo de la especie, promoviendo el uso de variedades de cereales y forrajes más compatibles con sus necesidades ecológicas.
Otro de los propósitos es el de reducir significativamente la mortalidad y la destrucción de nidos, con una meta de reducción del 75% en la mortalidad y un aumento del 50% en la población reproductora, y promover la concienciación pública sobre la importancia de conservar al aguilucho cenizo, así como fomentar la cooperación entre Portugal y España para la conservación transfronteriza de esta ave.
Supervivencia y expansión de la especie
El proyecto se llevará a cabo en 49 Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de la Red Natura 2000 y áreas adyacentes en Portugal (23) y España (18 en Extremadura, 3 en Galicia, 4 en Castilla y León y 1 en la Comunidad de Madrid), que albergan la mayor parte de las poblaciones portuguesas y transfronterizas del aguilucho cenizo. Estas áreas son esenciales para la supervivencia y expansión de la especie y para asegurar la conectividad de la Red Natura 2000.
LIFE SOS Pygargus protegerá a una especie amenazada de la fauna ibérica que desempeña un papel fundamental en los ecosistemas, asegurando su buen funcionamiento y beneficiando a las comunidades rurales, especialmente a los agricultores.
Esfuerzo transfronterizo
Así, reúne a conservacionistas, agricultores, entidades públicas y privadas y empresas portuguesas y españolas en un esfuerzo transfronterizo sin precedentes para conservar a esta icónica rapaz de los campos de cereal.
LIFE SOS Pygargus está coordinado por la ONG Palombar – Conservação da Natureza e do Património Rural y cuenta con 17 socios, de los cuales 13 son entidades portuguesas y 4 españolas.
Por la parte española están implicadas Acción por el Mundo Salvaje (AMUS), la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible de la Junta de Extremadura, el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) y la Universidad de Murcia.