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El nuevo Opel Grandland presenta un diseño renovado, más tecnología y unos motores híbridos excelentes

Opel Grandland
Nuevo Opel Grandland

El nuevo Opel Grandland muestra unos cambios significativos sobre la versión lanzada en 2017 y que ha vendido más de 300.000 unidades. A nivel de diseño, las líneas de este SUV, buque insignia de la marca alemana, destaca el Opel Vizor en el frontal, mucho más horizonal –el coche gana en volumen–. En cuanto a tecnología, el Grandland incorpora novedades como los faros LED matriciales o las pantallas de información digitales prácticamente unidas, denominada Pure Panel, que ya montan otros modelos de la marca como el Opel Mokka. El nuevo Grandland presenta, además, como novedad dos motorizaciones híbridas enchufables de 224 y 300 CV, además de dos motores térmicos, de gasolina y diésel, con una potencia de 130 CV.

El nuevo Grandland se ha presentado en sociedad esta semana en Madrid, donde hemos podido tener una primera toma de contacto con el SUV de Opel. Hemos probado tanto la versión gasolina, con 130CV y cambio automático, como el híbrido de 225CV. Y el resultado es una victoria sin paliativos del modelo electrificado. Esto lo corroboran también los datos que hasta el momento ha facilitado la marca y que señala que un 13% de los pedidos realizados del Grandland son de sus versiones electrificadas.

Las dos motorizaciones denominadas Hybrid y Hybrid4 se diferencian en la potencia, 225 y 300 CV, respectivamente, y en que la versión más potente cuenta con tracción 4×4 y con una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,1 segundos. Además, éste cuenta con cuatro modos de conducción –Eléctrico, Híbrido, Tracción total y Sport–. Durante la prueba, hemos conducido en modo híbrido por carreteras reviradas y el comportamiento del Grandland ha sido excelente, con una entrega de potencia inmediata y una suavidad de cambio que no es comparable a las versiones térmicas. El coche se muestra ágil y es muy cómodo de conducir.

La autonomía, si el conductor decide seleccionar el modo eléctrico puro, es de entre 65-55 kilómetros según el ciclo de conducción WLTP2 (69-67 kilómetros según el NEDC1). El motor eléctrico del tren trasero se convierte en generador durante las fases de deceleración y convierte la energía de frenado en corriente eléctrica.

En cuanto a los motores térmicos, el Grandland presenta una versión diésel de 130 asociado a un cambio automático de 8 relaciones realmente eficiente con unos consumos de media de 4,3 l a los 100 km, mientras la versión de gasolina –en manual y automático– con un consumo combinado de 5,5 litros a los 100. Ambos motores son realmente eficientes y con unas emisiones reducidas.

En la comparativa entre térmicos e híbridos con el cambio automático, nos ha parecido mucho más cómodo y eficiente el motor electrificado, no sólo por sus bajas emisiones. El cambio automático es muy suave, la entrega de par es inmediata y el coche tiene un comportamiento más que adecuado para un SUV.

Diseño interior

No hay que olvidar que el Opel Grandland es un coche diseñado y fabricado en Alemania. Su interior no destaca por líneas abruptas ni excesos decorativos. Lo que sí que tiene este Grandland es una novedad que destaca por encima de todo. Opel lo denomina Pure Panel y éste consta de dos pantallas digitales prácticamente unidas, lo que da una unidad al conjunto redonda.

La pantalla del salpicadero se une al sistema de entretenimiento y control de reglajes permitiendo al conductor de un vistazo, sin casi apartar los ojos de la carretera, tener a mano todo lo que necesita. Combina una instrumentación digital de 7 pulgadas con una pantalla táctil a color de tamaño similar para el sistema multimedia de infoentretenimiento que permite controlar los smartphone a través de Apple CarPlay y Android Auto. Opcionalmente la pantalla digital de la instrumentación puede ser de 12 pulgadas y la pantalla táctil a color de 10 pulgadas.

Asientos AGR

Los asientos activos ergonómicos -disponibles opcionalmente en cuero o Alcántara- certificados por la Campaña por unas Espaldas más Saludables proporcionan una buena postura al volante. Estos premiados asientos son únicos en la categoría del Grandland y ofrecen una amplia variedad de ajustes, desde la inclinación eléctrica del asiento hasta el apoyo lumbar electroneumático. Ofrecen calefacción y, con la tapicería de cuero, incluso ventilación.

Tecnología y ayudas a la conducción

Todas las versiones del Grandland cuentan con un nutrido equipamiento. Entre los elementos de serie se encuentran el aviso de colisión frontal con frenado automático de emergencia, la detección de peatones, el aviso de salida de carril, el reconocimiento de señales de tráfico y la alerta de fatiga del conductor, así como el control de crucero con limitador de velocidad.

Como novedad, el Grandland presenta los faros matriciales de LED, con 168 diodos y que permite una visión nocturna totalmente adaptativa, sin posibilidad de deslumbrar al coche que nos precede o a los que vienen de frente. Como complemento en las ayudas a la conducción también destaca el sistema Night Vision que montan otros modelos de las marcas del grupo Stellantis. Se trata de una cámara infrarroja que detecta animales y personas a 100 metros, permitiendo al conductor anticipar cualquier acción para esquivarlos.

Uno de los sistemas que, no por novedoso, nos ha llamado más la atención es el sistema de posición en carretera semiadaptativo. Esta ayuda permite mantener al Grandland en el centro del carril y, al contrario que otros sistemas, no es nada brusco. Nos ha parecido muy suave, lo que evita que los conductores se puedan llevar algún susto, por ejemplo, en el adelantamiento de ciclistas o en carreteras estrechas. El Grandland cuenta también guarda la distancia con el vehículo que le precede.

En definitiva, este nuevo Grandland suma nuevos elementos de diseño y equipamiento que modernizan el SUV de la marca alemana del grupo Stellantis.

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