Las líneas de fluorescentes llegan a las carreteras españolas: éste es su significado
Las carreteras han evolucionado a lo largo del tiempo no sólo en términos de infraestructura, sino también en la señalización. Si bien las tradicionales líneas blancas continúan delimitando los carriles y los bordes de la calzada, cada vez es más común encontrar marcas viales en una variedad de colores. Estas líneas de diferentes tonalidades cumplen funciones específicas, desde advertir sobre zonas donde está prohibido adelantar hasta mejorar la seguridad de ciclistas y peatones. Ahora, han llegado a España las líneas fluorescentes, las cuales representan un avance tecnológico en la seguridad vial. Su capacidad de autoluminiscencia hace las carreteras más seguras en condiciones de poca luz o climatología adversa.
El uso de líneas de colores en las carreteras es una estrategia innovadora que está transformando la forma en que los conductores perciben su entorno y regulan su velocidad. Desde las líneas fluorescentes que mejoran la visibilidad hasta las marcas rojas que prohíben adelantamientos, cada tiene un propósito específico en la seguridad vial. A medida que la tecnología avanza, es probable que veamos un aumento en el uso de estas señalizaciones para hacer las carreteras más seguras y eficientes.
Nuevas líneas fluorescentes en las carreteras españolas
Uno de los principales problemas en la conducción nocturna es la visibilidad reducida. Aunque la señalización convencional tiene materiales reflectantes, estos no siempre ofrecen una iluminación óptima, especialmente en condiciones meteorológicas adversas. Para resolver este problema, se han desarrollado pinturas con propiedades autoluminiscentes, capaces de absorber la luz solar durante el día y emitirla por la noche.
Este tipo de señalización ya se ha probado en distintos países. En Australia, concretamente en la ciudad de Victoria, se han implementado en algunas carreteras para evaluar su impacto en la seguridad vial. Malasia es otro país que ha apostado por esta tecnología, utilizándola en tramos estratégicos con poca iluminación. Sin embargo, el principal inconveniente de estas líneas es su coste, que puede ser hasta 20 veces superior al de las rayas convencionales.
Líneas rojas
En España, la introducción de líneas rojas en ciertas carreteras tiene un doble propósito: por un lado, recalcar la prohibición de adelantamiento en zonas donde este tipo de maniobra podría ser peligrosa; por otro, generar un impacto visual que induzca a los conductores a reducir la velocidad. La percepción del color rojo se asocia con señales de advertencia y peligro, lo que contribuye a una respuesta inmediata por parte de quienes circulan por la vía. Un ejemplo destacado es la carretera A-355, en Andalucía, donde se pintó una gruesa línea roja entre los dos carriles a lo largo de un tramo de cuatro kilómetros.
Líneas verdes
Otra iniciativa interesante ha sido la implementación de líneas verdes en algunas carreteras españolas, como parte de un experimento impulsado en 2017 por la Junta de Castilla y León en colaboración con la Dirección General de Tráfico (DGT). Estas marcas viales se pintaron en un total de 85 kilómetros en las carreteras CL-615 (Palencia-Guardo) y CL-613 (Palencia-Sahagún). El objetivo de estas líneas es generar una percepción visual de estrechamiento de la calzada para que los conductores reduzcan la velocidad.
Líneas rosas y verdes
El aumento en el uso de bicicletas y patinetes eléctricos ha llevado a la necesidad de regular la convivencia entre distintos tipos de usuarios en los carriles bici. Para ello, se han introducido líneas de colores, principalmente verdes y rosas, con el fin de dividir los espacios y evitar conflictos entre ciclistas, peatones y usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP).
Las bicicletas y los patinetes eléctricos deben circular a la izquierda de la línea rosa, mientras que el lado verde está destinado a corredores y peatones con patines. En algunos casos, estas marcas también sirven para diferenciar las zonas reservadas para ciclistas de las destinadas a VMP, teniendo en cuenta la diferencia de velocidad entre ambos tipos de vehículos.
Ventajas y limitaciones
Las líneas fluorescentes han demostrado ser deran ayuda para hacer las carreteras más seguras. Al modificar la percepción del entorno y la velocidad, pueden contribuir a reducir los accidentes. En los carriles bici, el uso de líneas de colores ayuda a organizar mejor el flujo entre ciclistas, usuarios de patinetes y peatones, haciendo que la movilidad sea más segura para todos.
Sin embargo, uno de los principales inconvenientes es el coste, ya que su aplicación a gran escala puede resultar demasiado cara. Además, estas marcas requieren un mantenimiento frecuente para seguir siendo efectivas, lo que supone un gasto adicional a lo largo del tiempo. Otro factor a considerar es la adaptación por parte de los conductores. No todos están acostumbrados a este tipo de señalización, por lo que al principio pueden generar dudas o confusión.
Aun con estos desafíos, su impacto en la seguridad y la organización del tráfico hace que merezc la pena implementarlas en zonas clave, donde realmente puedan mejorar la movilidad y reducir riesgos.
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