Europa se rinde a China: los fabricantes de coches piden ahora quitar aranceles por miedo a represalias
La medida entrará en vigor el próximo 5 de julio
La Unión Europea (UE) se dispone a imponer a partir de este jueves aranceles provisionales de hasta un 38% a la importación de coches 100% eléctricos procedentes de China. Una medida que llega tras semanas de contactos infructuosos entre Bruselas y Pekín para buscar una solución a los subsidios que reciben los fabricantes chinos y la presión de los fabricantes automovilísticos alemanes, entre los que destaca el Grupo Volkswagen, Mercedes-Benz y BMW, para la eliminación de estas tasas por el medio a represalias.
Según fuentes cercanas a la negociación, en conversaciones con este diario, desde el anuncio de las nuevas tasas al envío de coches eléctricos chinos, los fabricantes automovilísticos alemanes presionado para que Bruselas cancele su aplicación, ya que consideran que esta no es la fórmula para frenar el avance de empresas como BYD, SAIC o Geely en el Viejo Continente por las represalias.
Las citadas fuentes, señalan que la entrada en vigor de los nuevos aranceles de hasta casi el 38% amenazan con provocar un efecto boomerang con un aumento de las tasas en los envíos a China, donde las marcas de coches alemanas tienen un importante negocio, así como escasez en las fábricas de coches del Viejo Continente por la paralización de los pedidos de piezas fundamentales para el ensamblaje de eléctricos.
Una presión de los fabricantes alemanes en Bruselas que no ha tenido efecto a pesar de las consecuencias que puede tener para la industria de la automoción en el Viejo Continente. Antes esta situación, avisan de que los aranceles son un «callejón sin salida» que dañaría a las empresas globales, ralentizaría la descarbonización al limitar el suministro de vehículos eléctricos a Europa y no haría nada para fortalecer la competitividad de los fabricantes europeos.
En concreto, el valor de las exportaciones de automóviles de pasajeros de Alemania a China el año pasado fue más de tres veces el valor de las importaciones desde China, y el valor de las exportaciones de los proveedores de componentes fue cuatro veces el valor de las importaciones.
Ahora, Bruselas debe, en cambio, centrarse en asegurar el acceso a materias primas críticas -muchas de las cuales están controladas por China- para la industria de vehículos eléctricos de Europa, reducir las barreras de acceso al mercado y crear transparencia en la política comercial proponiendo la creación de un consejo para discutir estos asuntos.
Conversaciones con China por los aranceles
Desde que Bruselas adelantó la inminente imposición de aranceles provisionales, las partes han mantenido contactos técnicos para buscar una solución «eficaz» que ponga fin al ‘dumping’ que denuncian los europeos, pero el diálogo no ha dado frutos. Pekín, de hecho, anunció horas después del anuncio una investigación sobre el sector del porcino europeo en represalia y la Comisión advirtió de que debe seguir las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Entretanto, las consultas con las empresas afectadas directamente han llevado a los servicios comunitarios a introducir ajustes a las tasas planteadas en un primer momento, lo que ha reducido muy levemente los primeros porcentajes conocidos.
La Comisión planeaba imponer aranceles del 17,4% a BYD, del 20% a Geely y del 38,1% a SAIC, pero que tras la revisión se queda en un 19,9% para Geely y en un 37,6% para SAIC; mientras que se mantiene sin cambios el gravamen para la producción de BYD.
También se han reajustado los aranceles a los fabricantes que han cooperado con los servicios comunitarios durante la investigación del 21% al 20,8%, mientras que el resto que no han colaborado estarán sometidos al porcentaje más alto, que pasa de 38,1% a 37,6%.