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Esto es lo que dice un mecánico sobre dejar la marcha del coche metida cuando aparcas

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Aparcar el coche puede parecer una tarea rutinaria y sin complicaciones, pero lo cierto es que hay detalles que, si no se tienen en cuenta, pueden afectar la salud mecánica del vehículo a largo plazo. Una de las dudas más habituales entre los conductores es si es conveniente dejar una marcha puesta al aparcar, o si es mejor dejar la palanca de cambios en punto muerto. Pues bien, esta decisión, por simple que parezca, puede tener más consecuencias de las que imaginamos.

La costumbre de dejar una marcha metida, ya sea en primera o marcha atrás, tiene su lógica: se busca evitar que el coche se desplace involuntariamente, especialmente si se encuentra en una pendiente. Sin embargo, según expertos del mundo del motor y mecánicos profesionales, esta práctica tan extendida podría estar provocando un desgaste innecesario en el sistema de transmisión del vehículo. Lo que muchos consideran una medida preventiva, en realidad puede convertirse en una fuente de problemas mecánicos que, con el tiempo, se traducen en costosas reparaciones.

¿Debo dejar una marcha puesta al aparcar el coche?

Cuando metemos una marcha y apagamos el motor del coche, lo que estamos haciendo es mantener conectados ciertos engranajes y piezas dentro de la caja de cambios. Si el vehículo se encuentra en una pendiente, toda la masa del vehículo empuja contra esas piezas internas. En otras palabras, es como si estuviéramos forzando al motor a sostener el peso del coche sin necesidad.

Los componentes internos de la caja de cambios (como los sincronizadores, los engranajes y los rodamientos) no están diseñados para soportar esa presión de forma continua mientras el coche está inmóvil. Están pensados para funcionar en movimiento, bajo lubricación y condiciones dinámicas. Cuando están detenidos, sin aceite en movimiento, esa presión extra puede acelerar su desgaste.

Otro de los grandes riesgos de dejar una marcha puesta al aparcar es lo que puede ocurrir si, por accidente, otro coche golpea el nuestro. Si el coche tiene una velocidad metida, ese impacto se transmite directamente a través de las ruedas, los ejes de transmisión y, finalmente, llega a la caja de cambios.

En un escenario como este, la fuerza del golpe puede causar daños en los palieres, los engranajes o incluso fracturas internas en la transmisión. El resultado: una avería importante que puede requerir la sustitución de piezas costosas o, en el peor de los casos, la reparación completa de la caja de cambios.

Por el contrario, si el coche está en punto muerto, esa misma energía no encuentra un camino directo hacia los mecanismos internos del motor. Se disipa con mayor facilidad y no se concentra en una zona tan delicada como la transmisión.

Freno de mano

Teniendo todo esto en cuenta, la recomendación que dan los expertos es clara: utiliza siempre el freno de mano. Este componente del vehículo está específicamente diseñado para mantener el coche inmovilizado cuando no está en uso. Funciona bloqueando las ruedas traseras mediante un sistema de cables o actuadores eléctricos (en el caso de los frenos de mano electrónicos).

Además, el freno de mano trabaja independientemente del sistema de transmisión, lo que evita que haya piezas mecánicas soportando un peso innecesario. Es un sistema que, si se mantiene en buen estado y se utiliza correctamente, ofrece una sujeción firme y segura incluso en calles con mucha pendiente.

Es cierto que, en vehículos muy antiguos o con un mal mantenimiento, el freno de mano puede perder eficacia con el tiempo. En estos casos, los expertos justifican el hecho de meter una marcha como medida adicional. Sin embargo, lo ideal es no tener que recurrir a ese plan B. Si notas que el freno de mano no retiene bien, lo más sensato es llevar el coche al taller para una revisión.

Consejos prácticos

Aparcar de forma segura no solo protege tu coche, sino también a los demás:

  • No importa si estás en una calle llana o en una pendiente. El freno de mano está diseñado para inmovilizar el vehículo cuando no está en uso. Es tu primera línea de defensa contra cualquier movimiento inesperado.
  • A menos que te encuentres en una pendiente muy pronunciada y el freno de mano no esté funcionando bien, lo ideal es dejar la palanca en punto muerto. Así, reduces el desgaste de la transmisión.
  • Si notas que pierde efectividad o necesitas subir mucho la palanca para que funcione, llévalo a revisión. Un freno de mano eficiente es fundamental para tu seguridad.
  • Gira las ruedas hacia la acera en bajadas o subidas. Este simple gesto crea una barrera natural que puede evitar que el coche ruede si algo falla.

Aparcar correctamente es más importante de lo que parece. Evitar dejar una marcha puesta y confiar en el freno de mano no solo previene daños, sino que también prolonga la vida útil del vehículo. Y recuerda: los buenos hábitos al aparcar pueden ahorrarte futuras averías y costosas reparaciones.

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