5 consejos para conducir seguro cuando hay heladas
El invierno es la época más peligrosa del año para echarse a la carretera. Y de entre todas las inclemencias meteorológicas que nos podemos encontrar, hay una que eleva más que ninguna el riesgo al volante, las heladas. Las placas que suelen formarse en el suelo no se ven por normal general, y provocan pérdidas de control que generalmente son muy difíciles de recuperar. Por ello vamos a darte cinco consejos útiles para prevenir problemas o, en el peor de los casos, enfrentarte a ellos.
¿Cuándo aparecen las heladas en la carretera?
La aparición de placas de hielo en la carretera no es exclusiva de zonas de montaña. Siempre hay que estar atentos a ellas cuando la temperatura es menor de cuatro grados, especialmente si transitamos por una carretera sombría donde la humedad haya podido causar estragos.
La prevención, clave para evitar accidentes
Con Internet a nuestra mano en cada momento del día es más que sencillo planificar nuestras rutas sin riesgo. Entérate si las carreteras por las que vas a circular presentan algún tipo de anomalía en forma de heladas. En tal caso, trata de evitarlas tomando un camino alternativo o esperando a las horas centrales del día, cuando el sol tiene más fuerza y ayuda a derretir las placas de hielo.
¿Qué precauciones debo tomar al volante si sospecho que hay hielo?
Si crees que puede heladas en la carretera debes tomar una serie de precauciones extra respecto a las habituales. La más importante es reducir tu velocidad, porque puedes perder adherencia de forma repentina. También debes aumentar la distancia de seguridad con el coche de delante, sin olvidar circular en marchas largas para evitar que un exceso de potencia te haga patinar. Los movimientos de volante y las maniobras con los pedales han de realizarse con una suavidad extrema. Por último, evita pegarte demasiado al margen interior de la carretera, pues es una zona crítica en este sentido.
¿Y si mi coche pierde adherencia?
Pisar una placa de hielo puede suponer la pérdida de agarre del coche respecto al piso. En el caso de que el coche se vaya de morro (que no gire a pesar de que sí lo hagamos con el volante) debemos levantar el pie del acelerador y pisar muy suavemente el freno hasta que recuperemos la adherencia. Si se nos va la trasera, debemos girar el volante en el sentido contrario al que apunte nuestro morro -hacer un contravolante-. Es importante reaccionar rápido, pero con calma.
Que tu coche esté preparado para el invierno
Todo lo que te hemos contado hasta ahora no tiene mucho sentido si tu coche no está en buen estado. Lo ideal, dado que el invierno es la época más dura del año, es que revises los puntos clave del vehículo antes de que el frío entre de lleno. Si no, aún estás a tiempo de comprobar que puntos críticos como la batería o las luces funcionan correctamente. También han de estar en perfecto estado los neumáticos, y si estos son de invierno, mejor. Además, no está de más que tengas unas cadenas en el maletero, aunque sean de las de tela. Te pueden sacar de un apuro.