Se compra ocho Porsche 911 por 5,6 millones de euros
Qué delicia debe ser tener el dinero por castigo. Especialmente si una de tus pasiones son los coches deportivos. Ambas características las cumple un ciudadano alemán cuya identidad desconocemos, pero que sabemos que coleccionar vehículos de alto calado es lo suyo. Desde ahora cuenta con ocho unidades más en su colección. Ocho variantes del Porsche 911 a cada cual más espectacular. Pero, ¿cómo surge esta historia?
Ni más ni menos todo se debe al amor que tiene nuestro amigo por el modelo más mítico de la marca alemana. Eso, unido a una cuenta bancaria sin muchas apreturas ha logrado que se junten en un solo garaje varios de los Porsche 911 clásicos más deseados de todos. Ocho en total, como os decíamos. ¿Su precio? En total ha rondado los 5,6 millones de euros.
El más caro de todos los coches comprados es un 993 GT2 del año 1995. Solo por esta unidad, el anónimo comprador tuvo que desembolsar 2,2 millones de euros. De locos. No menos impresionante es la cifra pagada por el 964 Turbo S Lightweight del año 1993, joya que se fue hasta los 1,15 millones de euros. Con este precio, además, esta unidad se sitúa como la más cara de la historia de su generación.
En tercer y cuarto lugar se sitúan un 964 Carrera RS del año 93, cuyo precio se ha ido hasta los 845.000 euros, y un Carrera RS Clubsport, por el que se han desembolsado 476.000 euros. Como curiosidad, debes saber que son dos vehículos tremendamente exclusivos, existiendo en todo el mundo 55 y 10 unidades respectivamente.
El resto de los 911 adquiridos alcanzan precios más bajos, aunque todavía inalcanzables para la mayoría de los mortales. Tenemos un 993 Turbo S del año 1998 por el que se han pagado 370.000 euros, un 911 Carrera RS 2.7 Lightweight por 275.000 euros, un 930 Turbo de 1977 que ha costado 160.000 euros y, el más barato, un 930 Turbo de 1989 por 110.000 euros.
Noticias así solo logran despertar un sentimiento de envidia en nosotros. Y no sana, precisamente. Pero solamente imaginar que abrimos la puerta de nuestro garaje y encontrarnos con semejante colección nos debería arrancar la más sincera de las sonrisas.