Beber para conducir es bueno
Seguramente estés impactado por el titular de esta noticia. Lo entendemos. Pero no, en MotorAffinity no te estamos incitando a lo que crees. Y es que todo en esta vida tiene una explicación lógica. La que da sentido a este texto es una serie de pruebas realizadas por el European Hydratation Institute -EHI-, que les han valido para firmar un estudio llamado ‘Deshidratación y Conducción’.
Las pruebas, realizadas gracias a un completo simulador en el Reino Unido, demuestran de una forma muy clara que un conductor que no se haya hidratado debidamente comete el doble de errores que uno que sí lo haya hecho. La clave está en mantener un equilibrio entre lo que se ingiere y lo que se gasta, logrando entonces un equilibrio que permite que nuestro cuerpo funcione al 100% de sus posibilidades.
El estudio hace además una comparación muy interesante. Aquellos conductores que se ponen al volante sin haberse hidratado de manera correcta tienen un comportamiento mientras conducen muy similar al de una persona con un nivel de alcohol en sangre de 0,8 gramos por litro. Lentitud en las reacciones, falta de atención… todos los síntomas coinciden.
Además del riesgo que supone al volante, una hidratación incorrecta puede traer consigo problemas de salud. Por ejemplo, una deshidratación leve -que viene a ser la pérdida de entre el 1 y el 2% del agua del organismo- trae consigo una drástica reducción de nuestras capacidades físicas y cognitivas. Incluso puede derivar en problemas cardiovasculares o de termorregulación. Si pasamos esa barrera y entramos en el terreno de una deshidratación grave, podemos empezar a notar dolores de cabeza, somnolencia e incluso dificultad de concentración.
No obstante, y aunque parece obvio, no queremos que nadie confunda esto con el consumo de alcohol. Es cierto que una cerveza bien fría con este calor ‘hidrata’ mejor que cualquier otra cosa, pero solo has de tomártela si no vas a conducir. Hay que tomarse esto muy en serio, sobre todo después de los datos que arrojó la última campaña de control de la DGT. Durante la misma, que duró una semana, un total de 1.978 conductores dieron positivo por alcohol. De ellos, 1.796 fueron detectados en controles preventivos, 99 tras haber cometido una infracción, otros 72 tras implicarse en un accidente y 11 más por presentar síntomas evidentes de ingesta de alcohol. Y ya no es por los problemas legales que te puedes llegar a buscar con una conducta de este tipo. Ni tan siquiera porque tú mismo sufras un accidente. En el fondo se puede tomar hasta como una cuestión de respeto. Compartes carretera con multitud de conductores cada día, así que lo mínimo es que no tengas conductas que puedan poner en riesgo su salud de forma tan gratuita.