Arash AF10, 2.080 caballos andan sueltos
Quizás nos llevemos la sorpresa, pero mucho nos tememos que en este artículo vamos a hablar del súper deportivo más potente de todos cuantos se van a presentar en el Salón de Ginebra, que comienza el próximo 1 de marzo. Se llama AF10, y sus creadores son los británicos de Arash Motor Company, que han recurrido a un espectacular sistema híbrido para superar los 2.000 CV de potencia y dejar a la altura del betún a otros híbridos de altos vuelos como el Ferrari LaFerrari o el McLaren P1.
En primer lugar nos encontramos con un motor térmico de los de toda la vida. Se trata de un V8 de 6,2 litros que tiene su origen en General Motors y que es capaz de entregar por sí solo 900 CV y 1.200 Nm de par. A estas cifras, que ya son capaces de quitarle el hipo a cualquiera, hay que añadir todo lo que dan de sí cada uno de los cuatro motores eléctricos que lleva el coche, situado uno en cada rueda. Los 1.180 CV y 1.080 Nm que aporta esta parte hace que los números totales del Arash AF10 se sitúen en 2.080 CV y 2.280 Nm de par máximo. Sencillamente impresionante. Tanto como las baterías de litio de 32 kWh que alimentan los motores eléctricos, que son los encargados de recargarlas cuando se activa el modo ‘Carrera’ al convertirse en generadores durante las frenadas.
El resultado de todo este compendio tecnológico es un vehículo que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos y de alcanzar una velocidad punta de 323 km/h. Para llegara a estas prestaciones también hay que tener en cuenta el liviano peso del conjunto, algo que se consigue con un bastidor de fibra de carbono y una carrocería de CRPF. Otro de los puntos interesantes de este súper deportivo es la presencia de unos neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 de altas prestaciones, que se alojan sobre unas llantas de 19 pulgadas en la parte delantera y 20 en la trasera.
En principio, los británicos de Arash Motor Company pretenden sacar a la venta dos variantes de este espectacular ASF10. La primera de ellas estaría homologada para la carretera, para lo que estaría provista de un sistema electro-hidráulico cuya finalidad no sería otra que la de elevar el morro lo suficiente para evitar disgusto al entrar o salir del garaje o al afrontar los badenes que pueblan nuestras ciudades hoy en día. En cuanto a la versión de carreras, eliminaría todo aquello que no estuviese destinado a hacer el coche lo más rápido posible, incluyendo además barras antivuelco. En principio, el coche tendrá un precio que rondará el millón y medio de euros, siendo la versión de competición ligeramente más cara que la de calle.