Cómo actuar correctamente si viene una ambulancia por detrás
Todos nos hemos enfrentado alguna vez a una situación que genera bastante riesgo en la carretera. Estamos en pleno trayecto hasta nuestro destino cuando una ambulancia nos pide paso con prisa desde detrás. ¿Cómo tengo que actuar? Sí, hay que dejar paso, pero ¿de qué forma?
Las luces y sonidos -o solo las luces, ojo- de una ambulancia, o de cualquier vehículo de emergencia, significan que debemos darles paso prioritario. De nuestro buen hacer depende en gran parte el éxito o el fracaso de su misión, teniendo en cuenta que en estas situaciones el tiempo es, más que nunca, oro. El Reglamento de Conductores (RGC) establece que los vehículos prioritarios siempre “tendrán prioridad de paso sobre los demás vehículos y otros usuarios de la vía cuando se hallen en servicio de urgencia”. Además, tenemos que tener en cuenta que los conductores de estos vehículos tienen potestad para infringir todas las normas de tráfico.
Sabiendo esto, lo primero de todo es controlar nuestros nervios, ya que solamente así tomaremos las decisiones adecuadas. La primera de ellas es tener claro que tenemos la obligación de colaborar. Por ello, estaremos atentos de por dónde viene la ambulancia en cuestión para, posteriormente, decidir hacia dónde nos apartamos para cederle el paso. Si es necesario parar nuestro vehículo, lo haremos. Eso sí, para evitar que esta conducta ‘antinatural’ provoque más problemas que soluciones, hemos de seguir siempre una serie de recomendaciones. Son las siguientes:
- Mantenga su trayectoria.
- Aminore progresivamente la velocidad, sin frenadas bruscas.
- Observe, señalice y muévase hacia un lado si es posible.
- Si no puede apartarse, mantenga la calma y no haga maniobras inesperadas para el resto de usuarios de la vía.
- Obedezca las instrucciones del personal de emergencias, en su caso.
Lo más importante en estos casos, además de mantener la calma como te decíamos, es reaccionar con naturalidad. Solamente así podremos lograr que el resto de conductores puedan intuir más o menos los movimientos que vayamos a hacer. El sentido común, como casi siempre, es el mejor de los aliados cuando una ambulancia se nos acerca por detrás en la carretera.