Aceite de motor: problemas comunes y las soluciones más sencillas
El aceite del motor es una pieza fundamental para garantizar un buen rendimiento del vehículo
Gran parte de las piezas interiores del motor necesitan ser lubricadas por el aceite
Confirmado por los expertos: la frecuencia con la que debes cambiar el aceite del coche para evitar disgustos
El aceite del motor es uno de los componentes más importantes del vehículo. Es esencial para el correcto funcionamiento de un motor de combustión interna. Su principal función es reducir la fricción entre las partes móviles del motor, además de enfriarlo, limpiarlo y protegerlo contra el desgaste, la acumulación de residuos y la corrosión. Por ello, debe estar siempre en buenas condiciones para garantizar un rendimiento óptimo y, sobre todo, para alargar la vida de nuestro ‘amigo de cuatro ruedas’.
Si el aceite no se cambia regularmente, o si el nivel del mismo es bajo, pueden ocurrir varios problemas en el motor, como por ejemplo un desgaste prematuro de las piezas por falta de una lubricación adecuada, un sobrecalentamiento del motor por la falta de regulación de la temperatura, se acumularán residuos en el motor que pueden obstruir los conductos y dañar componentes críticos y, en casos extremos, puede provocar incluso un fallo total del motor, lo que sería muy costoso de reparar.
Gripado del motor por aceite
El motor tiende a griparse cuando las partes móviles, como son los pistones, bielas o el cigüeñal, se bloquean debido o bien a la fricción excesiva o a la falta de lubricación constante. Hay que destacar que una avería de este tipo puede ser perjudicial para el devenir de este elemento, además de tener un coste excesivamente alto. Concretamente, este problema sucede cuando hay un exceso de fricción o temperatura.
No obstante, el gripado de un motor no suele pasar desapercibido, y hay ciertos signos que indican que el motor podría estar a punto de griparse: el primero de ellos son los sonidos extraños que provienen del interior del elemento debido, tal y como hemos indicado anteriormente, a la falta de lubricación. Asimismo, tendrá una pérdida de potencia considerable y será mucho más lento (suele ocurrir cuando las piezas se bloquean o no se mueven con libertad).
El olor a quemado también puede ser sinónimo de que algo no va correctamente en el motor, lo cual puede producir humo blanco o negro y un fuerte olor a aceite quemado. Por otro lado, si el motor se detiene de forma repentina es señal de que el gripado está cercano (en ocasiones no hay marcha atrás). Se detiene porque las piezas internas se han bloqueado y no dan para más ante la falta de lubricación. Por último, si el motor se sobrecalienta en exceso nos indicará que todo no está funcionando de forma correcta.
Para prevenir el gripado del motor habrá que realizar un mantenimiento exhaustivo del vehículo y mantener sobre todo en buenas condiciones el aceite, además de cambiarlo con cierta regularidad. Revisar el sistema de refrigeración, evitar condiciones extremas durante la conducción y atender a las señales de advertencia, entre otras, podrían ser algunos de los aspectos que te ayuden a ahorrar unos euros de tu bolsillo.
¿Qué hacemos si el motor se ha gripado? Pues bien, hay dos opciones: un arreglo total o parcial. Si el daño no es demasiado grave, es posible realizar reparaciones en los pistones, bielas o cojinetes. Si el problema es demasiado grave, habrá que reemplazarlo por completo.
Cadena de distribución sin aceite
Si la cadena de distribución de un motor se queda sin aceite o no recibe la lubricación adecuada, el motor puede sufrir graves consecuencias. Este elemento es una de las piezas más importantes, pues sincroniza el movimiento de los pistones y las válvulas, permitiendo que el motor funcione correctamente.
Al igual que otras piezas internas, necesita lubricación para reducir la fricción y el desgaste. Sin suficiente aceite o si el mismo se encuentra sucio o deteriorado, la cadena puede sufrir problemas importantes y, por lo tanto, te tocará acudir al taller más cercano para reparar el daño. Las señales más comunes de que este componente no está funcionando correctamente son las siguientes:
- Desgaste prematuro de la cadena de distribución
- Ruidos y funcionamiento irregular
- Rotura de la cadena de distribución
- Desajuste de la sincronización del motor
- Fugas de aceite o pérdida de presión
- Aumento de temperatura en el motor
Nivel bajo de aceite en el motor
Poseer un nivel bajo de aceite en el motor es un problema serio que puede tener consecuencias graves para el funcionamiento y la longevidad del mismo. Cabe destacar que es fundamental para lubricar las piezas móviles, reducir la fricción y disipar el calor generado durante la combustión. Si el nivel de aceite es bajo, no podrá cumplir adecuadamente estas funciones, por lo que puede llevar a una serie de daños graves que citaremos en las próximas líneas.
- Desgaste excesivo de las piezas internas
- Aumento de la temperatura del motor
- Una fricción excesiva y daño en los cojinetes
- Pérdida de potencia y eficiencia
- Daño en la bomba de aceite
- Fugas de aceite
- Ruidos completamente extraños en el motor
- Provocará fallos en el sistema de distribución
- Alta probabilidad de dañar gravemente el motor y dejarlo totalmente inactivo.