Cerca de casa y en un lugar muy conocido: la ‘vuelta a la normalidad’ de Ana Obregón
Tras pasar el verano en la casa familiar de Mallorca, Ana Obregón regresó hace unos días a Madrid para comenzar una nueva etapa de su vida en la que su hijo, Álex Lequio, sigue muy presente.
Tras el verano más complicado de su vida, Ana Obregón comienza el otoño como una nueva etapa. Estos últimos meses, la actriz ha encontrado su refugio en la casa familiar de Palma de Mallorca, donde acompañada de quienes más la quieren ha vivido el luto tras el fallecimiento de su hijo, Álex Lequio. Ahora ha llegado el turno de volver a casa, a Madrid, donde aterrizó hace unos días para empezar una nueva rutina y regresar a la casa en la que tantos buenos momentos pasó al lado de su hijo.
De momento, la actriz ha optado por salir a lugares que están muy cerca de su casa, el club de golf La Moraleja, donde puede relajarse y volver a ver a sus amigos de siempre, pues lleva años siendo socia. De hecho, la semana de Ana ha comenzado en el club, donde no solo se puede practicar el deporte que lleva en su nombre, sino también disfrutar de sus muchos restaurantes, del gimnasio, el spa o la peluquería.
Sus dos hermanas, Amalia y Celia, se han convertido en sus grandes apoyos en estos momentos, hasta el punto de que se fue a vivir con ellas tras perder a Álex, pero poco a poco está volviendo a ser independiente, un rasgo que la ha definido toda su vida. De hecho, este lunes Ana Obregón ha llegado al centro de ocio conduciendo su propio coche, un Mercedes de tres puertas, con el rostro muy serio y oculta tras unas gafas de sol y una mascarilla, ambas de color negro. En estos momentos, se puede decir que se ha convertido en su refugio, pues no es la primera vez que se la ha visto acudir en los últimos días, ya que allí puede desconectar durante un rato.
El pasado 13 de septiembre se cumplieron cuatro meses de la muerte de Álex Lequio y su madre volvió a las redes sociales para mandarle un mensaje que emocionó a todos sus seguidores y a los que conocían y querían al joven. «(…) Convertida en un pozo infinito de tristeza se que algún día nos volveremos abrazar y a sonreír. Volveremos a vivir. Aquí o allí. Siempre juntos. Porque el cordón umbilical que une a una madre y a un hijo no lo puede separar nada. Ni la muerte», escribió junto a una fotografía en la que aparecen juntos y muy felices poco después de la graduación universitaria de Álex. «Tu felicidad y mi orgullo de ese momento jamás lo olvidaré», asegura.