La verdad sobre el rostro de Vladímir Putin: ¿retocó su imagen con cirugía?
A sus 72 años, el presidente de la Federación Rusa presume de un aspecto que desafía la edad
Hablamos con dos expertos en medicina estética para desvelar los secretos detrás de su rostro

Es difícil no notar los cambios, aunque él mismo ha creado una imagen tan pulida de sí mismo que se convierte en el centro de los análisis de los observadores. Desde su peinado pulido hacia atrás, parece que cada gesto está cuidadosamente calculado. No es de extrañar, considerando que el presidente lleva años cultivando una imagen de dureza y control absoluto, lo que inevitablemente hace que cualquier detalle sobre su apariencia sea examinado con lupa. Aunque el hombre de poder de Rusia se mantiene firme en su liderazgo, parece que no ha dejado de lado algunos retoques para mantener esa imagen de invencibilidad.
La imagen de Putin bajo la lupa: lo que dicen los expertos
Su médico personal asegura que el buen aspecto de Vladímir se debe al ejercicio, masajes y la ingesta de infusiones con miel. Sin embargo, es difícil no pensar que hay algo más. Es perfectamente plausible que, además de un estilo de vida saludable, el ruso haya recurrido a la medicina regenerativa, muchas de cuyas técnicas están permitidas en su país, pero que en países como España están prohibidas. ¿Inyecciones de placenta? Quizás. ¿Un retoque en su rostro? No nos sorprendería en absoluto.
El caso es que, al ver al político, no solamente parece no aparentar la edad que tiene, sino que hay algo en su apariencia que da la sensación de que algo ha sucedido en los últimos años que ha hecho que Putin se haya vuelto a encontrar con la mejor versión de sí mismo. A pesar de la «dureza» de su imagen, los pómulos siguen intactos, y el tercio inferior de su cara parece tan firme como cuando tenía 40 años. No es difícil imaginar que estos volúmenes tan bien conservados podrían deberse a algún «retoque».


Por supuesto, todo esto son especulaciones. En un intento por desvelar el misterio, Look contactó con el Dr. Ernesto Pérez Hernández, médico estético de la Clínica FEMM, quien nos dio su diagnóstico sobre lo que podría estar ocurriendo en el rostro del presidente ruso. Según el cirujano, la mayoría de los expertos coinciden en que podría haberse sometido a una blefaroplastia, esa intervención destinada a retirar el exceso de piel en los párpados. Pero, por supuesto, no todo se queda ahí. Algunos no dudan en afirmar que el presidente podría haberse hecho un lifting, o incluso una lipotransferencia, que básicamente consiste en usar su propia grasa como relleno para algunas áreas del rostro. Y, por si fuera poco, también hay quienes aseguran que Putin podría haber recurrido a injertos capilares.
Sin embargo, el médico no se conforma con estas hipótesis y añade que es muy posible que la calidad de la piel del mandatario haya mejorado con peeling o el uso de equipos médicos avanzados como láser o radiofrecuencia. En su opinión, los tratamientos más probables para el presidente ruso serían el uso de esteroides, neuromoduladores y algún tipo de tratamiento con inductores de colágeno, con lo que habría logrado un “envejecimiento controlado”. Ahora bien, revisando su historial fotográfico, parece bastante evidente que ha sido fiel a los tratamientos estéticos, con una estrategia enfocada en mantener un aspecto hierático, indiferente e imperturbable, casi como si quisiera evitar transmitir cualquier tipo de emoción… lo que, por cierto, ha logrado con éxito. Nos guste o no, esa es la imagen que proyecta.


Cristina Solymosi, directora de Ma Belle Clinique, corrobora este análisis y destaca que la estética de Putin se mantiene bastante natural, sin excesos ni cambios drásticos. «Es una combinación de pequeños retoques bien dosificados y tratamientos de mantenimiento que han logrado un envejecimiento controlado», explica la experta. En cuanto a su piel, Solymosi señala que su rostro se ve «bastante terso para su edad». Aquí es donde, según nos cuenta, entran los tratamientos de radiofrecuencia, láser o ultrasonidos focalizados, que ayudan a estimular el colágeno y mantener la firmeza de la piel. No es que haya abusado de los rellenos, pero parece claro que ha mantenido el volumen en ciertas zonas estratégicas, como los pómulos y las sienes, evitando así un aspecto demacrado.