Pura excentricidad

Mohamed VI, un armario millonario para acabar pareciéndose a Kiko Rivera

Un doble armario para un solo rey: discreto en Occidente, extravagante en las calles de su país

Mohammed ben al-Hassan al-Alawi subió al trono el 23 de julio de 1999, tras el fallecimiento de su padre, el rey Hasán II

Mohamed VI en una foto de Redes Sociales.
Mohamed VI en una foto de Redes Sociales.
  • Rosa Torres
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Desde su llegada al trono el 23 de julio de 1999, tras la partida de su padre, Hasán II, Mohamed VI no solo se comprometió a modernizar Marruecos y promover reformas políticas y sociales, sino que también dejó claro que su armario iba a ser parte de esa transformación. Porque si algo ha demostrado el monarca marroquí en estos 26 años es que no solo gobierna con firmeza, sino que también desfila con audacia. Su estilo es un auténtico despliegue de opulencia y creatividad, un homenaje al «más es más», que no teme fusionar lo tradicional con lo contemporáneo.

Pero ojo, el que fuera marido de la princesa Lalla Salma tiene un truco bajo la manga, o mejor dicho, un doble armario. En Occidente, se deja ver elegante y contenido, dominando el arte de la discreción sofisticada. Sin embargo, cuando se trata de recorrer las calles de su país, el rey abandona toda timidez y se convierte en un ícono de estilo extravagante, combinando colores vibrantes, patrones atrevidos y accesorios que gritan personalidad. Porque para él, la moda no es solo cuestión de apariencia, sino un lenguaje propio.

Un tuit habla del estilo de Mohamed VI de hace un par de años.

Un tuit habla del estilo de Mohamed VI de hace un par de años.

Hubo una época, allá por 2013, en la que Mohamed VI parecía más una estrella de reguetón en ascenso que un monarca. En las redes sociales lo apodaban el «Kiko Rivera marroquí», y no sin razón. Sus looks eran una declaración de libertad sartorial: camisetas de tirantes con estampados tie-dye, otras decoradas con la icónica hoja de marihuana fusionada con la bandera de Estados Unidos, y unos vaqueros desgastados que dejaban claro que no se tomaba la moda demasiado en serio.

Mohamed VI con uno de sus amigos vestido de calle. (Foto: Redes Sociales)

Mohamed VI con uno de sus amigos vestido de calle. (Foto: Redes Sociales)

Su pecho peludo asomaba sin complejos, las gafas de sol se convertían en su corona informal, y las chaquetas de cuero y las camisas desenfadadas completaban un estilo que decía claramente: «Soy el rey, pero también soy uno más». A pesar de que su fortuna personal ronde los 5.700 millones de euros, Mohamed VI parecía más interesado en proyectar una imagen de cercanía, eligiendo ropa de calle que le permitiera mezclarse con su pueblo. Este cambio de estilo no únicamente respondía a una transformación personal, sino también a un concepto de «rey de los pobres», alguien que, sin renunciar a su estatus, optaba por la humildad visual para acercarse a la gente común.

Lujo, excentricidad y alta costura: el armario real de Mohamed VI

Aunque a primera vista su estilo pueda parecer caótico, la verdad es que rey alauí cuida cada detalle de sus estilismos como un auténtico maestro del escaparatismo. Es un hombre que entiende que el poder también se viste, y lo hace a su manera. Trajes a medida que parecen estar pintados sobre su figura, camisas de estampados tan llamativos que podrían usarse como banderas, y pañuelos de bolsillo que asoman con descaro, desafiando la discreción.

Pero no se confundan: cada una de sus combinaciones está perfectamente calculada. En Occidente, el monarca cambia de piel como un camaleón de alta costura, transformándose en un modelo de elegancia clásica: trajes sobrios, corbatas perfectamente anudadas y zapatos italianos que brillan como un espejo. Porque para él, la moda no es solo una cuestión de estilo, sino una declaración diplomática.

Mohamed VI con un traje de cuadros perfectamente pulido. (Redes Sociales)

Mohamed VI con un traje de cuadros perfectamente pulido. (Redes Sociales)

Claro que ser un monarca excéntrico no sale barato. Los rumores dicen que su vestuario tiene un coste anual de dos millones de euros. Y no es difícil creerlo cuando te enteras de que un abrigo hecho a medida por un sastre londinense le costó la nada despreciable suma de 39.021 libras esterlinas (46.354,59 euros). Sus debilidades son claras: zapatos italianos de punta afilada, tiendas de lujo como las de Gianfranco Ferré en París y Milán, y una colección de pisacorbatas de oro, algunos adornados con el escudo del reino o con sus iniciales.

¿Las gafas de sol? Otro de sus caprichos, tanto que las usa incluso en actos oficiales, donde más de uno se ha quedado perplejo. Pero él se justifica con un argumento irrefutable: salud. Después de todo, en 2017 fue intervenido para extirparle un tumor benigno del ojo izquierdo. ¿Y los relojes de lujo? Mejor dejamos eso para otro capítulo, porque ese es un mundo aparte.

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