Victoria de Suecia en el punto de mira por un presunto ataque a la privacidad de su hija Estelle
La heredera al trono de Suecia suele compartir a través de las redes detalles del día a día de sus hijos, así como llevarlos a algunos actos oficiales casi desde su nacimiento.
No es habitual que Victoria de Suecia se encuentre en el centro de las críticas, y mucho menos por su forma de educar a sus hijos. La heredera al trono sueco es una de las royasl que más suele exponer a su familia a través de los distintos canales que tiene a su alcance. Una forma de que los ciudadanos los conozcan y de que la monarquía sea una institución cercana. Pero no todas las casas reales siguen el mismo criterio en lo que respecta a los más pequeños de la familia. A diferencia de lo que ocurre en Suecia, por ejemplo, en España, don Felipe y doña Letizia siempre han preferido que sus hijas llevaran una vida lo más normal posible, alejadas de los focos hasta que la Princesa ha tenido que iniciar su actividad institucional.
Precisamente la forma en la que la princesa Victoria tiene de gestionar la exposición de sus hijos la ha puesto en el punto de mira en los últimos días. La hija de los reyes Carlos Gustavo y Silvia compartía en redes el pasado fin de semana unas fotografías y un vídeo familiar con motivo del inicio del adviento, en el que se veía al núcleo de la familia en su residencia, en uno de los salones, decorado ya para estas fiestas. Unas imágenes que han avivado la polémica sobre la excesiva presencia pública de la hija de la Princesa. Una actitud que ha sido criticada en varias ocasiones por organismos como la Asociación Republicana, que no entienden que Estelle deba estar presente en algunos actos oficiales cuando apenas es una niña y que consideran que se están violando varios artículos de la Convención sobre los Derechos del Niño, como el derecho a la privacidad y la protección contra toda forma de explotación al hacer que asista a actos oficiales.
Así lo ha afirmado recientemente una de las integrantes de dicha asociación, Yasmine Larsson, a quien desde la oposición -la Asociación Monárquica- han respondido de la siguiente manera: “utilizar a una niña como la princesa Estelle como una especie de murciélago para un debate político no es serio ni respetuoso. Es irracional sostener que la princesa Estelle se vería perjudicada por su crianza y el papel que tiene, más bien resulta un pretexto para intentar defender su idea para conseguir que se establezca una república”.
De lo que no cabe duda es de que tanto Estelle como su hermano, el príncipe Óscar son, de los royals de la nueva generación, dos de los que más exposición mediática tienen en todos los canales. No solo porque participan con cierta asiduidad en actos o citas de carácter oficial, sino porque su madre busca la manera de compartir imágenes de ciertos momentos de su día a día para compartirlos a través de las redes y hacerlos así más cercanos. Nada que ver esta actitud con la de otros royals como los propios Felipe y Letizia o Máxima y Guillermo de Holanda, que miden cada aparición de sus hijas y controlan de cada una de las publicaciones que se hacen en torno a ellos. O los propios duques de Sussex, que tienen una guerra abierta con diversos medios en torno a informaciones y fotografías que se han publicado sobre ellos en el pasado y que no están dispuestos a repetir.