Tragedia, infidelidades y un sueño truncado: los hitos que han marcado la vida de Estefanía de Mónaco

El 1 de febrero de 1965 en torno a las cinco de la tarde llegaba al mundo la princesa más transgresora de los Grimaldi, Estefanía de Mónaco. La hija menor de Grace Kelly y Rainiero de Mónaco celebra hoy su 60 cumpleaños y puede presumir de una vida llena de historias que contar. Nació con un título bajo el brazo, el de Alteza Serenísima, aunque el pueblo monegasco la conoce como la princesa rebelde, un apodo que se ganó en su juventud. Su vida ha estado marcada por la muerte de su madre, su amor por el circo, una carrera musical truncada y una infidelidad pública. Repasamos la vida de Stéphanie Marie Isabelle Grimaldi.

La tragedia que marcó su vida

Estefanía de Mónaco comenzó a ganarse el título de rebelde sin causa cuando fue expulsada del colegio a los 16 años. La royal estudiaba en el Liceo Dupanloup, un centro católico y privado ubicado en París, que decidió que la princesa no volviera debido a «un comportamiento incompatible con las normas de la institución». Un año después de este incidente, la joven conoció la muerte de cerca. El fatídico 13 de septiembre de 1982, Estefanía viajaba en coche con su madre, Grace Kelly, desde su palacio de verano en Roc Agel hasta Mónaco, cuando el vehículo derrapó y cayó por un barranco terminando con la vida de la mujer de Rainiero.

La royal confesó años después que la culpa le perseguía desde entonces: «Todo el mundo decía que yo estaba conduciendo el coche, que todo era culpa mía y que había matado a mi madre. No es fácil vivir con eso cuando tienes 17 años». Estefanía y sus hermanos mayores, Carolina y Alberto, se apoyaron en su padre para superar la terrible pérdida.

Amante del circo y la música

El príncipe Rainiero trasladó a su hija pequeña el amor por el circo. El royal fundó el Festival Internacional de Circo de Montecarlo, y ahora Estefanía es presidenta honoraria de la Fundación Mundial de Circo. Nunca falla a su cita con el circo en la que se rodea de acróbatas, payasos, magos e incluso elefantes.

Además del circo, Estefanía de Mónaco tenía otra gran pasión: la música. La monegasca quiso ser cantante y llegó al número 1 de LOS40, vendiendo cuatro millones de su tema más exitoso. Su mirada penetrante, su look ochentero y su voz delicada, le llevaron a lo más alto de los rankings musicales pero decidió abandonar esta aventura, a pesar de la insistencia de su gran amigo Michael Jackson, que le animaba a continuar.

Vida amorosa

Estefanía de Mónaco levantaba pasiones desde muy joven. La hija pequeña de Grace Kelly se enamoró del promotor inmobiliario Jean-Yves Lefur, amigo de su hermano Alberto, con el que se comprometió. La prensa destapó que se trataba de un estafador profesional y la princesa canceló la boda y se recuperó de este desamor al lado de su guardaespaldas, Daniel Ducruet, con el que pasó por el altar 1995 y tuvo dos hijos, Pauline y Louis.

Un año después de su boda, el mundo entero fue testigo de la infidelidad del guardaespaldas. Le pillaron practicando sexo con Fili Houteman, estríper de profesión, en las tumbonas de una piscina. La royal se separó en 1996 y se convirtió en madre de nuevo dos años después junto a otro de sus guardaespaldas, Jean Raymond Gottlieb, con el que tuvo a Camille, su tercera hija. Su historial amoroso no termina aquí. También tuvo un affaire con el hijo del ex presidente John Fitzgerald Kennedy, John-John Kennedy, considerado en aquel momento el hombre más sexy del mundo, y otros rostros conocidos como el piloto de Fórmula 1 Alain Prost, Christopher Lamber o Rob Lowe, tuvieron el placer de ocupar su corazón.