Premios Princesa de Gerona

El talento joven que impulsa la Princesa Leonor

Gerona
Marc Schneeberger y Silvia Fernández. / FPdGi
  • Andrea Mori
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La próxima semana, el talento joven se convertirá en el protagonista de una de las citas más importantes de la agenda de la Princesa Leonor. Será el 5 de julio cuando se celebre la ceremonia de entrega de los Premios de la Fundación Princesa de Gerona, que este año cumplen ya catorce ediciones. Un evento, junto con otra serie de actividades paralelas con motivo de la entrega de los galardones, en el que, además de la hija mayor de don Felipe y doña Letizia, también van a participar Sus Majestades y la infanta Sofía y que supondrá -si no hay cambios hasta entonces-, la reaparición de Leonor en un acto público, desde que la viéramos por última vez a finales del mes de mayo en la Confirmación de su hermana menor.

La Princesa Leonor en la confirmación de la infanta Sofía. / Gtres

La Princesa Leonor en la Confirmación de la infanta Sofía. / Gtres

Los premios reconocen este año a tres mujeres y dos hombres que han destacado en sus respectivos campos. Se trata de la violinista María Dueñas; el ingeniero y CEO fundador de Open Cosmos, Rafael Jordá; el Doctor en Biomedicina y profesor en Yale, Marc Schneeberger Pané;  la arte terapeuta y fundadora de la Fundación Arte Paliativo, Silvia Fernández Cadevall y la CEO y cofundadora de la red de cuidado infantil Kidogo, Sabrina Habib. Cinco jóvenes talentos que, cada uno desde su ámbito, trabaja para resolver algunos de los retos y problemas más destacados a los que se enfrenta la sociedad actual. Por ejemplo, el acompañamiento a personas con enfermedades crónicas, el cambio climático, la prevención de la obesidad, el fomento de la igualdad de oportunidades etc.

En los días previos a la ceremonia de entrega, este digital ha podido hablar con dos de los ganadores de este año, Silvia Fernández Cadevall, reconocida con el Premio Princesa de Gerona Social, y con Marc Schneeberger Pané, Premio Princesa de Gerona 2023 de Investigación Científica.

Silvia Fernández Cadevall: el arte como terapia 

Silvia Fernández Cadevall, nacida en Tarrasa en 1992, es arteterapeuta y presidenta de la Fundación Arte Paliativo, una organización que surgió a partir de su trabajo de fin de grado, con el objetivo de reducir el dolor emocional de personas con enfermedades avanzadas mediante talleres de expresión artística. «Empecé el primer año sola porque lo hice como trabajo final a raíz de una situación personal, de hecho, mis primeras pacientes fueron mi abuela y  mi hermana», revela Silvia, que recalca que, todas las personas de su equipo, de alguna manera, se han vinculado a este proyecto por vivencias personales o de su entorno, además de porque sientan pasión por acompañar a los pacientes y aliviar la parte más emocional.

Desde Arte Paliativo se busca favorecer el bienestar emocional, espiritual y social de las personas que padecen alguna enfermedad, mejorar sus condiciones de vida procurando la satisfacción de sus necesidades emocionales, espirituales y sociales. Para ello, han creado una red de sinergias y colaboración entre entidades, hospitales, universidades, profesionales sanitarios, educadores sociales y artistas.

Tal como cuenta Silvia, Arte Paliativo nació con el propósito de hacer que la medicina fuera más integrativa, y se atendiera por igual la dimensión emocional, social y espiritual, que la física, la biológica y la médica. La arteterapia está pensada como un complemento que ayuda a que el período que los pacientes pasan hospitalizados o en tratamiento sea más llevadero y, sobre todo, para que puedan extraer aspectos positivos de una situación que de base es negativa.

Su proyecto ha sido reconocido por su constancia, determinación, sensibilidad, humildad y compromiso en el acompañamiento de personas durante la enfermedad y al final de la vida. Además, se ha valorado su esfuerzo para consolidar su proyecto y conseguir, a través del arte, la humanización del entorno sanitario, explican desde la Fundación Princesa de Gerona.

El Rey Felipe junto a Silvia Fernández Cadevall. / Casa Real

A pesar de que, en principio, se pueda pensar que la arteterapia está dirigida más a acompañar a enfermos en procesos terminales, Silvia recalca que no siempre es así: «El paraguas es muy amplio, es verdad que a veces acompañamos a final de vida, pero no siempre. También enfermedades crónicas, de larga duración, sobre todo. No nos especializamos en ninguna patología en concreto», comenta en conversación con este portal.

De la misma manera, son varias las herramientas con las que los arteterapeutas cuentan para llevar a cabo su labor. No solo recurren a la pintura, a la escritura o a otro tipo de manualidades, sino que cada vez tienen más recursos a su alcance, porque intentan adaptarse a la persona, siempre desde la prudencia, la empatía y la comprensión. Silvia explica que, a través de la arteterapia, los pacientes aprenden a gestionar muchas de las emociones que surgen de los procesos de enfermedad y se generan sensaciones positivas. Por ejemplo, hay personas que han perdido la vista, pero que son capaces de componer música, pacientes que por una enfermedad tienen limitaciones físicas pero que, gracias a la arteterapia toman el control de determinados procesos.

A pesar de que acompañar a los pacientes y a su entorno es una tarea bonita, a veces puede resultar algo complicada: «Lo más difícil quizás es cómo tú te colocas en la situación del otro», explica Silvia que insiste en que, al final, como profesionales, también son personas y hay temas o situaciones que pueden afectar más. «Para mí, lo más difícil ha sido siempre cuando había cosas que yo me tenía que trabajar», sentencia. Por eso, sostiene que es muy importante cuidarse, normalizar que los profesionales también tienen que ir a terapia y apoyarse en el equipo: «Tenemos que cuidarnos para poder cuidar».

No obstante, algunas experiencias son muy enriquecedoras. Silvia recuerda el caso de una paciente que había perdido la vista y que incluso le decían sus cuidadores que iba a ser complicado conseguir nada de ella: «Le preparé una caja de texturas, entré despacio, con un tono de voz suave, porque hay que acercarse con prudencia y respeto. Ella estaba asustada, pero empezó a experimentar poco a poco y fue un proceso muy bonito en el que con otras compañeras estuvimos acompañando a esta niña durante mucho tiempo. Acabó cosiendo sin ver, o incluso correteaba por los pasillos», ha comentado la arteterapeuta.

Aunque en principio no se esperaba conseguir el premio, Silvia sostiene que está muy agradecida porque les ha dado mucha visibilidad y es algo que hacía mucha falta. Ahora tienen el objetivo de seguir ampliando su red para poder ir acompañando a más personas y que se sumen más empresas, fundaciones… En estos momentos, en el equipo cuentan con ocho mujeres y voluntarios que les ayudan, pero que no realizan directamente las intervenciones.

A pocos días de la ceremonia de entrega de los galardones, Silvia está muy emocionada y afronta con ilusión el encuentro con la Familia Real. La especialista tuvo la oportunidad de coincidir con don Felipe en Zaragoza, que le felicitó por el reconocimiento y le habló sobre la implicación de la Reina Letizia en temas de sanidad, sobre todo, a través de organizaciones como FEDER. Aunque todavía no ha podido ver a la Princesa Leonor, Silvia reconoce que tiene muchas ganas de poder intercambiar opiniones con ella y compartir sus inquietudes sobre cuestiones relacionadas con la medicina, sobre todo porque su mayor deseo es seguir creciendo y poder acompañar cada vez a más personas.

Marc Schneeberger y la ‘lucha común’ con doña Letizia

Tiene 36 años, vive en Estados Unidos y su objetivo principal es investigar cómo funciona el cerebro en situaciones de obesidad, porque ésta tiene un gran impacto en nuestra sociedad. Marc Schneeberger es licenciado en Farmacia y doctor en Biomedicina, así como profesor en la Universidad de Yale y ha sido reconocido con el Premio Fundación Princesa de Gerona de Investigación Científica de 2023, «por su brillante trayectoria y liderazgo internacional, el impacto de su investigación y sus aportaciones en el descubrimiento de una nueva región del cerebro clave para el balance energético y la plasticidad neurovascular».

Su trabajo intenta describir cómo el sistema nervioso controla el balance energético y el metabolismo, comunicándose con múltiples tejidos periféricos. Entender mejor estos procesos es fundamental para resolver situaciones patofisiológicas, como la obesidad, de alta incidencia en sociedades como la nuestra, de hecho, España está en el número uno en Europa en cifras de obesidad infantil. Encontrar nuevas dianas moleculares para tratamientos que ayuden a paliar y controlar una enfermedad tan compleja como la obesidad, es uno de sus hitos.

En conversación con LOOK, el investigador comenta cómo recibió la noticia del premio y qué repercusión está teniendo en su trabajo. «Nos citaron a los cinco finalistas y presentamos cada uno nuestro proyecto. No imaginaba que me hubieran concedido el premio a mí, la verdad es que es una plataforma muy buena para el trabajo que nosotros hacemos», explica Marc, que revela que, aunque su estudio se centra en la obesidad, el objetivo final es intentar entender cómo funciona el cerebro en situaciones basales normales, para saber por qué se producen desequilibrios.

En la actualidad, la obesidad se ha convertido en uno de los problemas más graves de la población aunque, en realidad, el porcentaje de personas que son obesas por un defecto genético es muy bajo. Por eso, es muy importante todo lo que tenga que ver con los hábitos alimentarios y el fomento de las rutinas saludables. «Somos lo que comemos, así que, mejor que comamos bien», sentencia el investigador, que procede de una familia vinculada a la hostelería, que le inculcó la importancia de alimentarse bien. «Mi padre es cocinero y siempre me ha gustado mucho la cocina. Cuando me propusieron estudiar cómo se regula el peso corporal lo tuve claro. De la sinergia entre mi pasión por la alimentación y la ciencia, encontré mi vocación: estudiar cómo funciona el cerebro en situaciones de obesidad», revela Marc. Para él, desde que era un niño, la comida rápida era algo que no estaba en su dieta, de la misma manera que intenta mantener costumbres similares para educar a sus dos hijos pequeños.

El investigador recalca que, en el fondo, los seres humanos no hemos evolucionado tanto y que no estamos pensados para perder peso, sino todo lo contrario. Sin embargo, sí podemos cambiar nuestras rutinas, sobre todo, en edades tempranas, para poner límites a la obesidad. Algo a lo que no ayuda el hecho de que las pantallas se hayan convertido en el foco central de casi cualquier actividad. «El aislamiento social ha hecho aumentar la obesidad y somos el país de la UE con niveles más altos en obesidad infantil».

El Rey Felipe con Marc Schneeberger en Lugo. / Casa Real

A pesar de que siempre se habla de las bondades de la dieta mediterránea, no se practica tal como se debería. «La gente tiene menos tiempo para alimentarse bien, para educar en este aspecto y también influye el estrés laboral y la crisis económica». Sin embargo, según un estudio, entre el nacimiento y los ocho años es cuando podemos definir cómo será nuestro metabolismo, que permanece más o menos estable hasta casi los 80 años. Por eso es tan importante invertir en educación alimentaria.

Una cuestión en la que doña Letizia, como embajadora de la FAO para Nutrición, está absolutamente volcada. «Que la Reina esté tan implicada y que actúe de embajadora de la FAO es importante. Creo que la población general no es consciente de los números y si no se actúa de forma inmediata, llegará un momento en el que estaremos descontrolados», revela Marc, que ha contado a LOOK que, en su encuentro con don Felipe, le comentó precisamente la vinculación de la Reina con estas cuestiones.

El Rey Felipe con Marc Schneeberger en Lugo. / Casa Real

Aunque en estos momentos reside fuera de España, el investigador espera poder volver en algún momento a casa. «Creo que es importante salir al extranjero, porque uno adquiere nuevas perspectivas, pero en España y fuera de España los niveles de financiación para investigación son diferentes. Fuera hay menos limitaciones y se pueden desarrollar ideas de más alto riesgo, por lo que resulta más atractivo. La ciencia es buena, la formación también, pero creo que la estrategia de financiación para poder desarrollar esa formación es mejorable», asegura.

Precisamente, la Fundación Princesa de Gerona busca fomentar el talento joven y evitar estas fugas de cerebros que supongan pérdidas de capital humano para nuestro país. Una cuestión con la que, según cuenta el investigador, don Felipe está especialmente volcado y que será la Princesa Leonor la que tome las riendas en el futuro. «En el poco tiempo que hablé con don Felipe sí comprobé que está muy implicado con estos premios, quiere fomentar el talento de los más jóvenes y eso se nota», sentencia.

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