El ‘sacrificio’ de doña Sofía
La madre de Felipe VI vuelve a dejar sus prioridades a un lado en pos de lo mejor para la imagen de la Institución.
Las apariencias engañan y parece que en el caso de la Familia Real, todavía más. En las altas esferas, el protocolo manda y el deber está por encima de cualquier aspiración personal. Esto es algo que doña Sofía tiene muy claro desde siempre. La madre de Felipe VI es, ante todo, una gran profesional. Hija de rey, esposa de rey, hermana de rey y madre de rey, reina, doña Sofía es perfectamente consciente de que el bienestar de la Corona está por encima de cualquiera de sus deseos. Para ella, ser reina no es un trabajo, es una condición, lo que le hace interiorizar sus obligaciones y entender el sacrificio como algo que a veces es necesario para mantener la estabilidad de la Institución.
El primer sacrificio
Este verano ha sido diferente para doña Sofía. El punto de inflexión que ha marcado la nueva hoja de ruta de la Familia Real fue sin duda la ‘crisis de las reinas’ de la pasada Pascua. Un momento que llevó a replantearse a Zarzuela la estrategia de cara a los españoles, ya que el prestigio recuperado después de la abdicación de don Juan Carlos se fue al traste en pocos minutos. El ‘manotazo’ de doña Leonor a su abuela caló tan hondo en la sociedad española -e internacional- que la propia Emérita tuvo que cancelar sus planes para la semana siguiente al incidente.
EL REY CONSTANTINO, LA REINA ANA MARIA, EL PRINCIPE NIKOLAOS EN LA VIGILIA DE PASCUA EN LA ISLA DE SPETSES. @kostasnikolaos https://t.co/WasOHNYela pic.twitter.com/TdDnLqSXlf
— ISABEL SAAVEDRA (@Isabel_svd) 9 de abril de 2018
Doña Sofía tenía previsto viajar como todos los años a Grecia con su hermana para celebrar la Pascua Ortodoxa, pero una ‘oportuna’ operación de don Juan Carlos permitió que la familia reapareciera unida unos días después de la crisis. Una imagen que pretendía aparentar que el incidente de la seo mallorquina no había tenido mayor importancia y que supuso el inicio de la estrategia de Zarzuela para recuperar el prestigio de la Corona. Sin embargo, la única perjudicada fue la Emérita, que se quedó sin ver a sus parientes griegos.
Marivent ha cambiado
Algo ha cambiado este año para la madre de Felipe VI. Para doña Sofía, Marivent era su refugio, su lugar preferido en la costa española, un lugar que guardaba cierta conexión con su amada Grecia. Sin embargo, este año ya no es lo mismo. Por primera vez, la Emérita ha retrasado al máximo su llegada a la residencia estival de la Familia Real y no se sabe hasta cuándo permanecerá allí con su hermana Irene, quien desde hace muchos años es su mejor compañía.
Este verano, no hay niños correteando por los pasillos de palacio, más allá de la princesa de Asturias o de la infanta doña Sofía. La Emérita no tiene a su lado a sus nietos Urdangarin y no ha habido curso de vela en Calanova. La situación entre doña Sofía y doña Cristina no es buena. La Emérita no ha estado al lado de su hija en estos difíciles meses -al menos que haya trascendido-. No fue a la graduación de su nieto y ni siquiera estaba con ella el día en que el Supremo confirmó la sentencia de Urdangarin. Doña Elena se ha convertido en el nuevo mayor apoyo de su hermana, que cada vez está más lejos de la familia que la vio nacer.
Lejos de los suyos
Pese a que aún no se ha confirmado cuándo abandonarán la isla los Reyes, es muy probable que en los próximos días, doña Sofía se quede sola en Marivent. Bien es cierto que la Emérita siempre ha encontrado cierto sosiego en la isla pero dado que este año ha retrasado tanto su llegada no sería de extrañar que adelante su partida. Dada la delicada situación por la que además atraviesa don Juan Carlos, no resultaría raro que la madre del Rey busque refugio donde mejor se encuentra, en su casa, junto a su familia griega.
Ya en numerosas ocasiones ha tenido que renunciar a pasar tiempo con los suyos por anteponer las necesidades de la Corona. Parece que este verano la tónica va a ser la misma. La Familia Real Griega lleva ya varios días disfrutando de sus vacaciones en la isla de Spetses. Se desconoce si doña Sofía y la princesa Irene se unirán a ellos en los próximos días, al fin y al cabo, ¿qué le queda a la Emérita en Palma?
Una vida al servicio de los demás
La madre de don Felipe ha mantenido a lo largo de sus casi cuarenta años de reinado un perfil bajo, siempre en su lugar y dejando el protagonismo a los demás, haciendo gala de una profesionalidad incomparable. Solo en una ocasión, la Reina demostró un ‘arrebato’ de rabia, cuando don Juan Carlos fue ingresado tras la crisis de Botsuana, que ella llegó al hospital y apenas estuvo treinta minutos con él. Un gesto que muchos interpretaron como una reacción lógica de doña Sofía tras las numerosas presuntas infidelidades del monarca a lo largo de los años. La crisis de Botsuana fue solo el principio de una serie de acontecimientos que terminarían con la abdicación del Rey dos años después.