Empiezo a creer que es mentira o la operación programada del rey Juan Carlos
Martes, 20 de agosto. Suena mi móvil. Van a operar al rey Juan Carlos en el hospital Quirón. Me incorporo de golpe en la hamaca y el libro que leía entregada en la playa, justo antes de que sonara la llamada, se me escurre entre los dedos. ¿Cuándo?, pregunté ávida de más información. Sería el lunes 26, e ingresaría el fin de semana anterior. Recogí el libro de la arena e inevitablemente tuve que abandonarlo. Un alto en vacaciones, pero la noticia lo merecía. Faltaban 6 días para la operación, según me dijeron, y había que ponerse en marcha.
Confirmo que en el hospital ya habían comenzado los preparativos y se limpiaban más de lo habitual puertas y ventanas, se acordonaban plazas para varios coches y se reservaba, en la planta cero, 5 habitaciones y una suite, la misma que ocupó Ronaldo, mejor dicho, Georgina, cuando dio a luz. La información era buena, pero nadie parecía saber nada. Ni rastro en la página web de Casa Real, nada en periódicos ni en digitales; ninguna publicación. Los Reyes, en destino desconocido, la Reina Sofía, en Palma de Mallorca y el Rey padre, confirmado, en Madrid.
Dos días después, el jueves 22, Casa Real hace público que don Juan Carlos se sometería a una operación quirúrgica cardíaca el sábado, 24 de agosto, y que ingresará en el hospital el mismo día de la intervención. Mi fuente me asegura que estaba previsto que fuera el 26 y entiendo entonces que, quizá, se habría adelantado un par de días, sin más. Resultaba raro que programaran la intervención para un sábado, si realmente estaba prevista, y aún más, que el ingreso, anunciado oficialmente para el mismo 24, se adelantara también a la tarde del día anterior.
“Nadie sabía nada de nada y no porque fuera secreto sino porque no estaba tan programada como han dicho”, me explican desde el anonimato. Acabáramos, pues. Casa Real informa de la operación sin dar detalles, solo incide en que se programó tras la última revisión médica que aseguran pasó don Juan Carlos los pasados 10 y 11 de junio. No hay más datos. El rey padre no tiene agenda desde que el día 2 de ese mismo junio abandonara la actividad pública e institucional, por tanto, es fácil mantener que la operación quirúrgica está programada.
Pero cuando realmente no encajan las piezas es cuando me dicen que también adelantó la vuelta de su último viaje a Mallorca. Había pasado unos días relámpago a finales de julio, cuando visitó la Academia de Tenis y Fundación de Rafa Nadal. Doña Sofía le acompañó entonces y en el almuerzo que compartieron con los Nadal, tras visitar las instalaciones deportivas. Se reunieron quince comensales, entre ellos, uno de los íntimos amigos del rey, el empresario, Miguel Arias. Don Juan Carlos y Doña Sofía llegaron en un Volvo XC90, pero, aunque también se marcharon el mismo automóvil, el Mercedes color verde de la reina estuvo puntual a la salida del restaurante, quizá para planes posteriores por separado. Esa escapada le supo a poco y el padre del Rey quiso volver en agosto. Llegó a Palma tras participar, entre el 1 y 9, en el campeonato Mundial de Vela, disputado en Hanko (Finlandia) donde su Bribón 500 Movistar volvió a ganar. Me cuentan que solo estuvo día y medio, del 10 al 12 de agosto, pero que tenía previsto disfrutar de la isla más tiempo. En ese día y medio sí coincidió con don Felipe, quien cenó con el músico Jaime Anglada y otros amigos en Caballito de Mar. (La reina Letizia y las infantas ya no estaban en la isla). A pesar de haber comentado que esta vez se iba a quedar unos días más, adelantó su vuelta a Madrid.
El verano ha sido movido para don Juan Carlos: no quiso perderse la regata Trofeo Almirante Rodriguez Toubes y la segunda semana de julio viajaba a Sanxenxo junto a la reina Sofía. También asistió a la cena homenaje al buque escuela Juan Sebastián Elcano, que se celebró en el Real Club Náutico. Pocos días después recaló en Palma de Mallorca, voló hasta Finlandia y de nuevo vuelta a Mallorca. La semana del 12 de agosto, regresaba a Madrid. Una semana después supe que le operaban y desde luego, no pensé que fuera nada serio tras su no parar veraniego. ¿Realmente se programó que viajara tanto antes de operarse?
Intento confirmar con Prensa de Casa Real en qué centro realizaron al rey Juan Carlos la revisión que aseguran pasó en junio y en la que se le programó la operación de corazón para dos meses y medio después. Me dicen que no lo recuerdan y que consultarían. La respuesta tarda y 2 horas después llega: fue en la misma Quirón y me aseguran que se publicó. Al no haber encontrado ninguna reseña al respecto, pido que me indiquen dónde encontrarla. Me sorprenden de nuevo con un “como no era un acto oficial, no tendremos constancia de agenda”. Es lo que hay.
Tras una operación de 5 horas en la que le implantaron 3 baipás para compensar el bloqueo coronario que sufría, don Juan Carlos se recupera ya en planta, tras pasar por la UCI dos días. Nadie de su familia estuvo con él antes de entrar en el quirófano. ¿Así se programó? El rey Felipe acudió al hospital junto a su madre, la reina Sofía, el pasado sábado 24, unas 3 horas después de comenzar la intervención. Ambos interrumpieron sus vacaciones. Doña Sofía voló desde Palma donde tenía previsto quedarse hasta el día 25. Don Felipe, desde su destino secreto. Los demás, irían llegando. ¿Operación programada? Esa es la versión oficial, pero nos falta información.
Me consuela saber que don Juan Carlos sí ha podido prever que le lleven sus propias sábanas al hospital y también que puedo retomar el libro de Carlos Mayoral que leía feliz cuando aquella llamada me puso en alerta: ‘Empiezo a creer que es mentira’ (Círculo de tiza). Una maravilla. | [LEER MÁS: El plan secreto de las infantas Cristina y Elena]