Las anécdotas que marcaron la petición de mano entre Felipe VI y doña Letizia
Terelu Campos fue la primera en desvelar la historia de amor de los Reyes de España
La Reina Letizia ofreció su mejor versión durante su pedida de mano
Este lunes, 6 de noviembre, los Reyes don Felipe y doña Letizia retoman su agenda internacional después de cerrar un mes de octubre en el que la gran protagonista ha sido la princesa Leonor. Desde su jura de Bandera en la Academia General Militar de Zaragoza a comienzos de mes, su debut en una recepción en el Palacio Real o su participación en los Premios Princesa de Asturias en Oviedo -por última vez antes de cumplir la mayoría de edad-, Leonor ha acaparado todos los flashes en las últimas semanas, sobre todo, el día de su 18 cumpleaños, en el que ha jurado la Constitución ante las Cortes Generales y ha recibido el Collar de la Orden de Carlos III.
La princesa de Asturias ya es oficialmente adulta y puede suceder a su padre en caso necesario, sin que tenga que mediar una regencia, como ocurría hasta ahora. Un hecho que supone un paso atrás para doña Letizia, que ya no tendría un papel decisivo si faltara el jefe del Estado.
Sin embargo, aunque todos los ojos han estado puestos en Leonor, lo cierto es que este otoño también es importante para los Reyes. De hecho, en la última edición de los Premios Princesa de Asturias no dudaron en recrear aquel saludo que protagonizaron cuando ya mantenían una relación, pero nadie era consciente de ello. Fue la primera imagen de ambos juntos antes de que el 1 de noviembre, tras filtrarse el nombre de doña Letizia, la Casa Real anunciara el compromiso.
No obstante, no sería hasta el día 3 cuando se les vería juntos por primera vez ante los medios, coincidiendo con la celebración del cumpleaños de la Reina Sofía con un recital en el Teatro Real y el día 6 se llevaría a cabo la petición de mano en el Palacio de El Pardo. Una jornada que ha quedado grabada en la memoria de la que ahora se cumplen 20 años y de la que recordamos algunos momentos especiales.
Imagen de unidad
No era la primera vez que se veía a don Felipe y a doña Letizia juntos, pero al igual que en su primera salida pública, en la petición de mano, el príncipe y su prometida mostraron una imagen de unidad, al no soltarse de la mano prácticamente en ningún momento. Todavía a día de hoy hay ocasiones en las que se ve a los Reyes del brazo, compartiendo miradas de complicidad que reflejan que siguen tan unidos como aquel día.
Un traje con historia
El traje sastre de Armani que doña Letizia vistió en aquella jornada se ha convertido en todo un símbolo. La Reina ha llevado looks en blanco en otras ocasiones especiales, como en la proclamación de Felipe VI y, más recientemente, su hija mayor, también vistió un sastre blanco el día que juró la Constitución.
Debido a que la noticia del compromiso se anunció con mucha celeridad, doña Letizia apenas tuvo tiempo para instalarse en Zarzuela y tuvo que pedir ayuda a una amiga para encontrar algo que ponerse para la pedida. Solo tres días antes, esta amiga, delegada de Armani, le ayudó en esta tarea y encontraron el traje que se convertiría en casi un icono.
Joyas y otros regalos
Ante las decenas de periodistas acreditados para cubrir la petición de mano, doña Letizia y don Felipe hablaron de los regalos que se habían intercambiado. La todavía periodista enseñó la sortija de diamantes y oro blanco que dejó de llevar tiempo después, mientras que el príncipe de Asturias mostró los gemelos de zafiros que su novia le había obsequiado. Asimismo, comentaron que, más tarde, se iban a dar otros regalos, en concreto, una joya familiar y una joya literaria, tal como reveló doña Letizia. Se trataba de una primera edición del libro de Larra El Doncel de Don Enrique el Doliente en cuyo primer capítulo, curiosamente, aparece el nombre de Leonor.
‘Déjame terminar’
Sin duda, la anécdota de la jornada fue el momento en el que la futura princesa le dijo, entre risas, a su prometido, que la dejase terminar mientras hablaba con los periodistas. Una frase que ha pasado a la posteridad porque nadie habría pensado entonces que a alguien se le habría ocurrido interrumpir al heredero de la Corona.