El espectacular rescate joyero de Mary de Dinamarca: la tiara con gemas de Pompeya
El rey Federico y Mary de Dinamarca han arrancado su viaje de Estado de dos días a Finlandia
Para la cena de gala en Finlandia, Mary de Dinamarca ha lucido una tiara de oro amarillo
El rey Federico y Mary de Dinamarca han arrancado este martes su viaje de Estado de dos días a Finlandia, centrado en fortalecer la cooperación bilateral en defensa y resiliencia ante los crecientes ataques híbridos en la región del Báltico. La visita oficial ha comenzado con una ceremonia de bienvenida a los monarcas daneses ofrecida por el presidente finlandés, Alexander Stubb, y su esposa, la británica Suzanne Innes-Stubb, en el Palacio Presidencial de Helsinki. El mismo enclave donde horas más tarde se ha celebrado una cela de gala para el que la etiqueta marcaba vestido de gala, condecoraciones y tiara.
Acaparando todas las miradas de los allí presentes, Mary de Dinamarca ha lucido una tiara de oro amarillo adornada con gemas antiguas. Esta joya histórica perteneció a la reina Carolina Amalia, esposa de Christian VIII, quien gobernó Dinamarca entre 1839 y 1849. Con este gesto, la esposa de Federico X no solo ha rendido homenaje a la historia de la realeza danesa, sino que también ha reafirmado su conexión con el legado de la Casa Real en un evento de gran relevancia diplomática.
La tiara en cuestión está decorada con once gemas engastadas, adquiridas por Christian VIII durante un viaje a Italia en 1819, donde visitó Roma y yacimientos arqueológicos como Pompeya. Estas piedras reflejan el estilo clasicista de la época y fueron concebidas para el uso diario, en contraste con las más ostentosas joyas de diamantes. Según la Casa Real danesa, la pieza «destaca por su elegancia atemporal y su conexión con la historia cultural europea», aportando un toque distintivo al atuendo de la reina Mary en la gala.
El look completo de Mary de Dinamarca en Filandia
Para complementar su elegante elección de joyas, la reina Mary ha lucido un brazalete que perteneció a la princesa Vilhelmine Marie y fue un obsequio de su esposo, Federico VII, quien lo adquirió durante un viaje en 1828. Elaborado en oro y engastado con piedras semipreciosas extraídas de la región del Vesubio, la pulsera fue presentada en una caja con una emotiva inscripción en francés: «C’est du sommet du Vésuve enflammé que mon cœur vole à toi», que en español significa «Es desde lo alto del ardiente Vesubio que mi corazón vuela hacia ti».
En cuanto al estilismo, la Mary de Dinamarca ha optado por un vestido del diseñador danés Jesper Høvring, una pieza con un llamativo estampado en tonos otoñales como naranja, ocre, mostaza y marrón, que forman un patrón de hojas. El diseño destaca por su elegante escote en V, mangas transparentes y una falda de corte trapecio que realza su silueta. Esta no es la primera vez que lo luce, ya que hizo su debut con él en la cena de Año Nuevo de 2019, reafirmando así su apuesta por la moda sostenible y el uso de prendas icónicas de su vestuario.
En esta ocasión, la esposa del rey Federico ha incorporado un fajín en tono mostaza, resaltando su silueta y armonizando con los tonos del vestido. Además, ha lucido la banda azul marino de la Orden de la Rosa Blanca de Finlandia, un honor concedido por el país anfitrión.