Del ‘rifirrafe’ a la unión: Letizia y Sofía se borran el sabor amargo de un duro aniversario

Han pasado dos años ya desde una de las jornadas que marcaron un antes y un después para la Familia Real Española, especialmente para la reina Letizia. El 1 de abril de 2017, como cada domingo de Pascua, los Reyes y sus hijas asistían a la tradicional misa en la Catedral de Palma de Mallorca. Una cita a la que, por primera vez desde su abdicación en 2014, también acudía don Juan Carlos. Doña Sofía, tampoco faltaba al encuentro, de manera que el núcleo central del clan Borbón se concentraba a las puertas de la seo.

Era la imagen de una familia aparentemente feliz que se reencontraba tras el descanso estival. Unos días de asueto en los que, como ya es costumbre, se desconocía dónde habían estado los Reyes y sus hijas. Sin embargo, las apariencias engañan y tras el servicio religioso, a las puertas de la catedral tuvo lugar un episodio que supuso una importante grieta para la Familia Real.

El ‘rifirrafe’

Un desencuentro entre doña Letizia y doña Sofía por una fotografía que la madre de Felipe VI quiso tomarse con la princesa de Asturias y la Infanta y que, a pesar de producirse al final de la misa, no trascendió hasta varios días después, concretamente durante la celebración del servicio religioso con motivo del 25 aniversario del fallecimiento de don Juan de Borbón, que tuvo lugar en San Lorenzo de El Escorial.

El ‘rifirrafe’ dejó ver las tensiones entre doña Letizia y doña Sofía quien, lo único que pretendía era sacarse una fotografía con sus nietas. Un incidente del que también la princesa de Asturias salió perjudicada ya que se vio perfectamente cómo apartaba con cierta brusquedad la mano de su abuela cuando intentaba rodearla para la fotografía. Las imágenes del incidente dieron la vuelta al mundo y las reacciones no se hicieron esperar: pocos días después, doña Letizia era abucheada a las puertas de un acto oficial e incluso Marie Chantal de Grecia criticaba sin pudor su actitud en las redes.

Un cambio de rumbo

La posición por parte de Zarzuela fue muy clara. Se hacía necesario tomar cartas en el asunto para frenar las reacciones y mantener la imagen de la Corona en positivo, sobre todo después de lo que había costado recuperarla tras la abdicación del rey Juan Carlos. Fueron varios los actos que doña Sofía y doña Letizia compartieron para demostrar que el ‘rifirrafe’ había sido un asunto puntual y que su relación era buena. Imposible olvidar a la esposa de Felipe VI abriendo la puerta del coche a doña Sofía en dos ocasiones a modo de disculpa pública, como prueba de que entre ambas hay mucho más que respeto y cordialidad.

Dos años después, doña Letizia ha hecho un gran trabajo para que el ‘rifirrafe’ quede en un mal recuerdo. Aunque no han sido muchos los actos que desde entonces ha compartido con doña Sofía, sí que ha dejado constancia a través de numerosos gestos el respeto y el cariño que tiene a la madre de don Felipe. Prueba de ello no son solo las piezas del joyero que guardan una especial vinculación con doña Sofía que la Reina ha lucido, sino también que doña Letizia ha sorprendido vistiendo prendas que eran del armario de su suegra. A todo esto hay que añadir que durante las los actos que han compartido se las ha visto especialmente cómplices, una clara prueba -al menos de cara al público- de que entre ellas existe buena sintonía.