El día que la Reina Isabel se saltó el protocolo por un desplante de Putin
En general, a los miembros de las distintas casas reales no se les permite hacer comentarios sobre cuestiones políticas o posicionarse de alguna manera. De hecho, reyes, príncipes y demás suelen mantener habitualmente una actitud neutral, sin implicarse con unos u otros. Esto es algo que la Reina Isabel en especial sabe hacer con maestría, sin quedar mejor con una parte o peor con otra. Sin embargo, el reciente conflicto en Ucrania ha hecho a muchos posicionarse en contra del ataque ruso, por ejemplo, los duques de Cambridge, que han mandado mensajes de apoyo a los ciudadanos ucranianos.
Ahora que gran parte de la población mundial se ha declarado en contra de las maniobras de Putin, cabe recordar algunos episodios que el mandatario vivió con distintos líderes, como la Reina Isabel o el príncipe Carlos.
La Reina Isabel con Putin. / Gtres
No es habitual que la Reina haga comentario alguno sobre los líderes mundiales, pero parece que en el pasado sí lo hizo tras un encuentro con Vladimir Putin. La monarca se ha reunido con el mandatario en varias ocasiones. El más memorable de todos los encuentros tuvo lugar en el año 2003, durante una visita de Estado de Putin al Reino Unido.
Putin es conocido por su tendencia a no calcular bien los tiempos o por retrasarse de manera intencionada -algo que no se sabe con certeza- pero, lo cierto, es que el mandatario ruso no tuvo reparos en hacer esperar a la Reina Isabel durante casi un cuarto de hora. Sin duda, un detalle que está muy mal visto en el Reino Unido, donde se hace gala del sentido de la puntualidad, máxime cuando se trata de un encuentro con la monarca.
La Reina Isabel con Putin en una cena de gala. / Gtres
Una actitud que, sin duda, no gustó a la Reina Isabel que, a pesar de todo, se mostró absolutamente profesional y sin hacer comentarios. Sin embargo, mientras transcurría el encuentro, el mandatario ruso vivió un tenso momento cuando uno de los perros de del entonces ministro del Interior le gruñó. David Blunkett lo contó en una entrevista a la BBC, en la que dijo que la única vez que había conocido a Vladimir Putin su perro empezó a ladrar muy fuerte.
Como era de esperar, el ministro se disculpó con la Reina: “perdón, Majestad, por los ladridos del perro”. Sin embargo, Blunkett no podía haber esperado la respuesta de la monarca: “los perros tienen instintos interesantes, ¿no es así?”, dijo la soberana, en una clara alusión a Putin, de manera sutil y velada. Un comentario que, en cualquier caso, supuso una ruptura del protocolo, ya que a la Reina no se le permite hacer manifestaciones sobre sus preferencias políticas.
La monarca en un encuentro europeo. / Gtres
Años después, en 2014, la Reina se sentó lejos de Putin en una reunión con motivo de la conmemoración del Día D en Francia. Numerosos líderes se dieron cita en el Chateau de Benouville en Normandía. Un encuentro que tuvo lugar poco después de que el príncipe Carlos también se saltase el protocolo al comparar el gobierno de Putin con el régimen nazi.
Dadas estas circunstancias, la tensión era más que evidente en la reunión. De hecho, a pesar de que la Reina estaba cerca de Putin, fueron otros mandatarios los que le ayudaron a bajar unos escalones.
En 2018, Rusia emitió una serie de críticas en contra de Isabel y el Reino Unido. Por ejemplo, uno de los aliados de Putin, el senador Aleksey Pushkov, dijo que el monarca trataba la bebida como una ‘ceremonia’, y acusó a la entonces Primera Ministra, Theresa May, de tener adicción al brandy.
Detalles que dejan claro que la relación entre la Reina y el presidente ruso de momento no ha llegado a la cordialidad, aunque la monarca siempre haya actuado con la máxima educación y profesionalidad.