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No es una Navidad fácil para la Casa Real Británica, pero a pesar de las dificultades a las que la familia ha tenido que hacer frente, la institución debe seguir adelante. Esta es una premisa que la Reina Isabel tiene muy interiorizada, y prueba de ello es que poco después de la muerte del duque de Edimburgo el pasado mes de abril, la monarca retomaba sus obligaciones y demostraba así que su compromiso con la Corona es total y absoluto.
Pero más allá de los actos de agenda y otros eventos de carácter oficial, hay una faceta de la monarquía que resulta muy llamativa y a la que no siempre se presta atención. La Casa Real es una auténtica máquina de hacer souvenirs y otro tipo de productos promocionales de la institución. Sin embargo, no se limita solo a tazas, postales, imanes y demás accesorios. El príncipe Carlos, por ejemplo, tiene su propia marca de productos orgánicos y la Reina Isabel no se queda atrás.
Si hace algún tiempo sorprendía con una cerveza artesanal elaborada en una de sus residencias privadas, Sandringham, ahora ha dado un paso más y se ha atrevido con un ‘prosecco’ muy especial. Estas navidades quienes visiten la residencia de Sandringham, podrán llevarse de recuerdo una de las botellas de vino prosecco que la monarca ha puesto a la venta bajo el nombre de Christmas Vintage Prosecco. Un nuevo producto con sello real que ya ha conseguido numerosos adeptos, a pesar de que su precio no es precisamente asequible: 15 libras, unos 18 euros, por 200 mililitros, esto es, poco más de un vaso. “Ha volado de las estanterías”, ha asegurado un empleado al diario The Mirror. La bebida en cuestión, a diferencia de la cerveza de Sandringham, se produce en Italia y tiene un volumen alcóholico del 11%.
Además de este vino espumoso, la tienda de Sandringham ofrece otros productos ‘marca real’, como una cerveza que se produce con una cebada orgánica cosechada en los terrenos de la finca y agua de un pozo cercano o una ginebra que se elabora en la destilería de allí. Sin embargo, y por curioso que parezca, el pasado mes de octubre, después de que la monarca sufriera algunos contratiempos de salud, se informó de que sus médicos le habían dicho que solo debía beber alcohol en ocasiones puntuales. Y es que no hay que olvidar que, a pesar de que la Reina puede presumir hasta la fecha de una excelente salud, los años no pasan en balde para nadie y está al borde de los noventa y seis. Por este motivo, cualquier precaución es poca ya ahora limita la ingesta de bebidas espirituosas a ocasiones especiales, como seguro que ha sido esta Navidad.