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Ni Diana, ni Kate, ni Meghan, Isabel II es la auténtica ‘reina’ de la espontaneidad

Solo la princesa Ana se mantiene fiel a la tradición

  • Andrea Mori
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Todos piensan que fue Diana de Gales la que hizo de la naturalidad y la cercanía todo un arte. La esposa de Carlos de Inglaterra se convirtió en la ‘princesa del pueblo’ por su espontaneidad y su capacidad para conquistar los corazones no solo de los británicos, sino del mundo entero, pero lo cierto es que Lady Di no habría podido acercarse tanto al público si alguien antes que ella se hubiera saltado el protocolo.

A día de hoy, en todas las Casas Reales es normal que cada vez que hay un evento, los royals se acerquen a todos aquellos que esperan con fervor su llegada y los saluden, les den la mano e incluso se hagan fotos con ellos (menos en el Reino Unido, que los selfies están prohibidos). Este tipo de actitudes fomenta el aprecio por una institución que tiende a su extinción.

Meghan saluda en un acto / Gtres

Sin embargo, por extraño que pueda parecer, esta costumbre es relativamente reciente. Fue la reina Isabel quien veinte años después de su coronación decidió que era momento de cambiar. Hasta entonces, los reyes no se acercaban tanto al público, ni tampoco le saludaban en persona. Apenas era posible captar una fugaz imagen de ellos desde los coches.

Diana de Gales era una maestra en esta cuestión / Gtres

Ha sido la princesa Ana la que ha contado los detalles que impulsaron a su madre a cambiar de estrategia y lo ha hecho en el nuevo documental de la ITV «Queen of the World». «En teoría no estrechamos la mano, porque no podemos hacerlo con todo el mundo, así que es mejor no empezar», ha dicho la Princesa Real.

Sin embargo, a Isabel II pareció no importarle esto cuando durante un viaje oficial a Australia y Nueva Zelanda en los años 70 decidió que era momento de que la gente pudiera verla más de cerca. «Fue entonces cuando inventó el ‘paseíllo’» , confiesa la Princesa. Fue toda una revolución en aquel momento ya que todo aquel que quisiera tuvo la oportunidad de saludar a la Reina y estrechar su mano -aunque siempre con guantes-.

La reina Isabel inició esta costumbre en los años 70 / Gtres

Aunque su madre se ha convertido en toda una profesional, amén de pionera, en el arte de estrechar las manos del público, la princesa Ana confiesa que ella no lo hace, algo que le ha servido alguna que otra crítica por parte de su familia. Al fin y al cabo, los ingleses no se caracterizan por ser especialmente afectuosos y quizás su temperamento no la lleve a interactuar con el público.

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