La reina Isabel, obligada a bajar el ritmo de trabajo por salud: así será su nueva agenda
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La reina Isabel se ha visto obligada a hacer un parón en la frenética agenda que estaba manteniendo en las últimas semanas. A sus 95 años y tras unos meses complicados debido a la muerte del duque de Edimburgo y a los continuos vaivenes que ha experimentado la imagen de la Corona, la monarca ha tenido que bajar el ritmo por prescripción facultativa. La pasada semana, fuentes oficiales del Palacio de Buckingham confirmaba que la Reina cancelaba su presencia en Irlanda del Norte por consejo de los médicos y revelaba además que había pasado una noche en el hospital para someterse a unas pruebas. Aunque no se han ofrecido más detalles sobre el estado de la soberana, a principios de esta semana, Isabel II retomaba su agenda institucional de manera telemática, algo que lleva haciendo desde que estalló la pandemia.
Vestida de amarillo y con una gran sonrisa, la Reina recibía en audiencia virtual desde el Castillo de Windsor al embajador de la República de Corea. Sin embargo, esta aparente vuelta a la normalidad no es tal como parece. Poco después de que cumpliera con este compromiso se confirmaba que Su Majestad no estará la semana próxima en la cumbre del clima que va a celebrarse en Glasgow, debido a que sus médicos le han recomendado que guarde reposo. Una decisión que la soberana ha aceptado con ciertas reticencias, debido a su férreo compromiso con la institución, aunque tiene pensado grabar un vídeo para que se proyecte durante el evento.
No obstante, este parón va a significar un cambio de tercio para la rutina de la monarca. Según se ha podido saber, a partir de ahora su agenda se va a ver reducida y, además, no está previsto que acuda sola a ningún acto más. Algo que, por otra parte, resulta bastante comprensible dada su avanzada edad y si se tiene además en cuenta que su marido, el príncipe Felipe, tomó la decisión de dar un paso atrás y retirarse de la vida institucional a los 95 años. Una realidad que Isabel II no contempla en ningún caso, como tampoco ceder el testigo a las nuevas generaciones, aunque ahora no le quede más remedio que bajar el ritmo.
Así las cosas, según ha confirmado el diario The Telegraph, la monarca continuará cumpliendo con algunos compromisos institucionales, pero lo hará acompañada de otro miembro senior de la familia real. Una decisión que obedece a los inconvenientes que trae consigo la cancelación de actos en caso de que Isabel II se encuentre indispuesta, algo que queda solventado con la presencia de otro royal, que, en caso de que no ocurra ningún contratiempo, servirá de apoyo para la soberana. Lo más habitual es que quienes ejerzan este papel sean la princesa Ana, los condes de Wessex, la duquesa de Cornualles, el príncipe Carlos o los duques de Cambridge aunque en un caso extremo podrían hacerlo otros miembros de menor rango, como el duque de Kent, que ya acompañó a Su Majestad en el último Trooping the Colour.