El bonito detalle que la reina Camila ha tenido con el rey Carlos en el hospital
El monarca británico, a sus 75 años, ha sido intervenido de la próstata
La reina Camila no se separada de su marido, el rey de Iglaterra
Mostrando una tranquila sonrisa y vestida en tonos claros, la reina Camila ha llegado al hospital donde está ingresado su marido, Carlos III de Inglaterra, después de ser operado de la próstata. La operación ha salido bien, todo está en orden y en los próximos días le darán en alta. Pero tiene que estar 15 días de baja, descansando y centrándose en su recuperación, por eso es tan importante el gesto que ha tenido la consorte: no separarse de él.
La reina Camila ha demostrado que está a la altura de las circunstancias, de hecho en las dos siguientes semanas el peso de la Corona británica caerá sobre ella. El príncipe Guillermo también tiene potestad para sustituir a su padre, pero él tiene sus propios problemas. El heredero debe cuidar de la princesa Catalina, quien se ha sometido a una intervención abdominal. Ella también está bien, aunque su situación es más preocupante porque la Casa Real lleva un tiempo sin pronunciarse.
El gesto de la reina Camila, el de ir a visitar a Carlos III con total normalidad, es importante por ese motivo. Ha dado normalidad a la situación y su rostro demuestra que no hay ningún problema añadido. La cuestión es que con Catalina no está habiendo la misma transparencia. Es cierto que los Windsor emitieron un comunicado desmintiendo que la princesa padeciera cáncer, pero no se ha vuelto a saber nada más.
El gesto de la reina Camila en The London Clinic
The London Clinic ha sido el centro que ha elegido Carlos III para someterse a su operación de próstata, una operación provocada por un motivo benigno que los médicos no han tardado en controlar. Eso sí, en cuanto se lo detectaron decidieron operarle con cierta urgencia.
Su mujer le ha visitado en varias ocasiones, no se separa de él y está muy tranquila. El soberano pretende recuperar su actividad en la Corona cuanto antes, debido al vacío de poder que ha generado su problema de salud, pero todavía debe esperar.
El matrimonio real fue trasladado desde su residencia en Clarence House hasta The London Clinic de forma discreta, tanto es así que no llevaban escolta policial. Las visitas de la consorte se están dando en la misma línea: sin llamar la atención y en un tono discreto.
El estado de salud del rey Carlos
Carlos III está basando su reinado en la transparencia, por eso el Palacio de Buckingham ha ido transmitiendo información puntual para que nadie dudase de su estado de salud. El soberano ha aprovechado para mandar un mensaje importante: dar visibilidad a la importancia de someterse a controles rutinarios para detectar a tiempo las anomalías.
“Como miles de hombres cada año, el rey necesita someterse a un tratamiento por un agrandamiento de la próstata. La condición de Su Majestad es buena y acudirá al hospital la próxima semana para una intervención correctiva”, informaron fuentes oficiales.
Las últimas imágenes del monarca están fechadas el 22 de enero, por eso es tan importante que su mujer hay reaparecido con total normalidad. Su sonrisa le ha delatado. Ha entrado en The London Clinic en un coche oficial acompañado del personal del palacio.