Ni pirámides ni faraones: la Reina Letizia eclipsa El Cairo con su visita más impactante
La Reina Letizia visitó la Ciudad de los Muertos en El Cairo, donde inauguró una exposición fotográfica
El Rey Felipe VI inauguró el Foro Empresarial Hispano-Egipcio
Por la tarde, ambos se reunieron en Luxor para presidir la inauguración de la nueva iluminación del templo de Hatshepsut


La Reina Letizia se convirtió en la gran protagonista del tercer día del viaje de Estado de los Reyes a Egipto al adentrarse en uno de los lugares más singulares y desconocidos de El Cairo: la Ciudad de los Muertos. Acompañada por la viceministra de Turismo y Antigüedades, Yomna Elbahar, la esposa del Rey Felipe VI inauguró en el centro cultural de la Fundación Sultán Al-Ashraf Qait Bay una exposición fotográfica que refleja la convivencia entre vida y muerte en esta histórica necrópolis habitada por miles de familias. Con esta visita, la Reina no solo puso el foco en el valor cultural y artístico de la muestra, sino también en los proyectos sociales que la Cooperación Española impulsa en el barrio para mejorar las oportunidades de mujeres y niños.
La exposición, fruto del trabajo conjunto del fotógrafo egipcio Mohamed Mahdy y la española Laura Silleras, explora con sensibilidad la vida cotidiana en la necrópolis. Retratos íntimos de familias, escenas de juego infantil entre tumbas o huellas de la presencia humana componen un relato visual que invita a reflexionar sobre la dignidad y la resiliencia en un entorno marcado por la escasez. La Reina recorrió la muestra con interés, consciente de que este proyecto es mucho más que una propuesta artística: es una reflexión sobre la memoria, la identidad y la fortaleza de quienes viven en condiciones extremas.
La Reina Letizia en El Cairo. (Foto: Gtres)
El recibimiento no pudo ser más emotivo. Un grupo de jóvenes beneficiarios de los programas de la Fundación ofreció un concierto de percusión que llenó de música el acto. La Reina Letizia, fiel a su estilo cercano, saludó uno a uno a los niños y posó con ellos para una fotografía que quedará como símbolo del encuentro. Como gesto de apoyo, lució unos pendientes elaborados en el taller local Mishka, donde mujeres del barrio trabajan en la producción de joyería y marroquinería artesanal dentro de un proyecto financiado por la Cooperación Española. Su elección de complementos fue, una vez más, una declaración de compromiso: no se trataba solo de moda, sino de diplomacia cultural.
Durante la visita, la Reina también se interesó por los talleres de orfebrería y cuero que forman parte del programa «Mejorar las oportunidades de desarrollo socioeconómico y cultural de las mujeres e infancia de la Ciudad de los Muertos». Esta iniciativa busca reducir la desigualdad y reforzar la inclusión social a través de la educación, la formación profesional y la puesta en valor del patrimonio histórico. De este modo, la Reina combinó su agenda cultural con un marcado acento social, reafirmando su implicación en proyectos que empoderan a los sectores más vulnerables.


La Reina Letizia en El Cairo. (Foto: Gtres)
Mientras tanto, el Rey Felipe VI centró su actividad en el terreno político y económico. A primera hora participó en un desayuno de trabajo con empresarios españoles y egipcios en El Cairo y, más tarde, inauguró el Foro Empresarial Hispano-Egipcio, concebido para intensificar las relaciones comerciales bilaterales. En paralelo, mantuvo un encuentro con Ahmed Aboul Gheit, secretario general de la Liga de los Estados Árabes, organización que aglutina a 22 países y que desempeña un papel clave en la cooperación regional.
Letizia apuesta por la moda local en Egipto
La Reina Letizia volvió a demostrar su maestría en la diplomacia de estilo con un look cuidadosamente elegido para la jornada en El Cairo. Optó por un traje de chaqueta en tono marfil, de silueta entallada y clara inspiración sahariana, firmado por la diseñadora egipcia Dina Shaker. La pieza, confeccionada en lino ligero con bolsillos delanteros, no solo resultó apropiada para las altas temperaturas, sino que también supuso un guiño directo al país anfitrión al apostar por una firma local. Combinó la chaqueta con pantalones fluidos en blanco nuclear, que alargaban visualmente la figura, y unas bailarinas discretas de Sézane, perfectas para un recorrido cultural.