El ‘regalo envenenado’ de Pablo Urdangarin
El hijo mediano de la infanta Cristina celebra su cumpleaños tras recibir la noticia del primer permiso de su padre
La familia Urdangarin está de enhorabuena. La Junta de Tratamiento del centro penitenciario de Brieva ha autorizado al exduque de Palma a disfrutar de un permiso que le permitirá pasar cuatro días fuera de la cárcel. Una feliz noticia para el cuñado de Felipe VI, que llega en unas fechas muy señaladas para la familia.
Aunque todavía falta que el juez de Vigilancia Penitenciaria apruebe el permiso, todo apunta a que de cara a finales de diciembre o comienzos de enero el marido de la infanta Cristina podrá salir de prisión para pasar unos días en compañía de los suyos. En un principio, el exduque había solicitado siete días de permiso, la duración máxima que autoriza el reglamento, pero finalmente han sido cuatro las jornadas que la Junta de Tratamiento ha considerado oportunas.
La noticia de este primer permiso se ha hecho pública cuando Iñaki finalizaba su jornada en el Hogar Don Orione, donde ejerce como voluntario desde el pasado mes de septiembre, y justo un día antes del cumpleaños de uno de sus hijos, Pablo Nicolás.
El hijo mediano de la infanta Cristina y el exdeportista es el único de la familia que ha seguido los pasos profesionales de su padre. A sus ya diecinueve años, Pablo es uno más en la cantera del Nantes, uno de los equipos de balonmano más importantes de la liga francesa, que se encuentra a cargo del español Alberto Entrerríos. Tal es su compromiso con el deporte que ni siquiera pudo visitar el pasado mes de agosto al rey Juan Carlos cuando fue operado en Madrid por encontrarse entrenando.
Aunque Pablo está muy centrado en su profesión, el hijo de la Infanta espera poder tomarse un descanso de cara a la Navidad, un momento en el que la liga francesa cuenta con un breve parón. Unos días que podrían coincidir con el permiso de Iñaki. Sin embargo, pese a que Pablo tiene la posibilidad de viajar a Madrid para ver a su padre, lo que no podrá ocurrir -al menos por ahora- es que Urdangarin pueda viajar a Nantes para ver en directo los triunfos de su hijo mediano. Sin duda, el permiso del exduque ha sido todo un regalo de cumpleaños para Pablo, pero un regalo con doble cara.