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Muere la Reina Isabel: adiós a una monarca de récord contra todo pronóstico

  • Andrea Mori
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El mundo de la realeza está de luto. La Reina Isabel del Reino Unido ha fallecido a los noventa y seis años en Balmoral, apenas unos días después de recibir a la nueva Primera Ministra, Liz Truss.  Un duro varapalo no solo para su familia o el país del que ha sido soberana las últimas siete décadas, sino también para el mundo entero, ya que, con los años, la monarca se ha convertido en todo un icono y en un símbolo de la Historia.

Desde el Palacio de Buckingham han informado de la triste noticia, después de que este jueves por la mañana emitieran un comunicado confirmando que el estado de salud de la monarca era delicado. Hasta Balmoral han viajado el príncipe de Gales y su esposa, Camilla Parker, así como el duque de Cambridge, para estar junto a la Reina en sus últimos momentos.

La Reina Isabel dando el discurso de Navidad / Gtres

Los últimos tiempos no habían sido fáciles para la monarca. A las pérdidas de algunas de las personas de su círculo más íntimo se sumó en abril de 2021 el fallecimiento del duque de Edimburgo a los noventa y nueve años. Su ‘roca’, como ella misma lo definió durante las últimas décadas y su mayor apoyo a lo largo de su vida. A pesar de la tristeza que esto supuso para la monarca, ella misma era muy consciente de su compromiso con la Corona, y la necesidad de seguir adelante. Así lo recalcó en su discurso de Navidad de 2021, donde hizo alusión a la labor del príncipe Felipe en materia de cuidado del medio ambiente y a la importancia de la familia, entre otras cosas.

Isabel II nació en Londres en el año 1926, pero en aquel momento nadie pensaba que acabaría siendo la reina. Hija de los duques de York, fue educada por preceptores privados en casa. Sin embargo, en el año 1936, su destino cambió cuando su padre asumió la jefatura del Estado tras la polémica abdicación de su tío, Eduardo VIII, que renunció a sus derechos para casarse con la norteamericana Wallis Simpson. Tras una infancia más o menos tranquila, al estallar la Segunda Guerra Mundial comenzó a desarrollar algunas tareas de representación e incluso sirvió en el Servicio Territorial Auxiliar, la rama femenina del Ejército Británico de la época.

La Reina Isabel con sus padres. / Gtres

La prematura muerte de su padre en 1952 la llevó a asumir de manera precipitada la jefatura del Estado. De hecho, se encontraba de viaje junto al duque de Edimburgo cuando se conoció la triste noticia. La pareja se casaba en 1947 en la Abadía de Westminster y vivió unos primeros años de relativa tranquilidad en Malta, donde el príncipe Felipe estaba destinado. La boda tuvo lugar en plena posguerra y la austeridad marcó la celebración. A partir del momento de su coronación -pocos meses después de la muerte de su abuela, la Reina María-, Isabel II ha estado volcada en el cumplimiento de sus deberes oficiales.

La Reina Isabel en uno de sus mensajes de Navidad. / Gtres

Más allá de los momentos buenos, han sido varias las crisis a las que ha tenido que hacer frente a lo largo de su reinado. Imposible olvidar la guerra de las Malvinas, el desastre minero de Aberfan, los atentados de Londres, el Brexit o la crisis del coronavirus más cercana en el tiempo. A nivel más personal, el año 1992 ha quedado grabado en su memoria, de la misma manera que el período que va de 2020 a 2022.

1992 fue uno de los años más difíciles para la soberana, tanto que ella misma lo calificó como ‘annus horribilis’. El incendio del Castillo de Windsor, la separación de Carlos y Diana y de Andrés y Sarah y el divorcio de la princesa Ana fueron determinantes para ello. Sería el principio de una etapa complicada para la monarca, con la muerte de Lady Di en el año 1997 y las fuertes críticas que recibió por la tardar en reaccionar públicamente a esta tragedia.

La Reina Isabel y el duque de Edimburgo. / Gtres

En 2020 los duques de Sussex anunciaban al mundo su deseo de abandonar sus deberes oficiales. Un inesperado golpe para la familia que todavía sigue generando problemas y que, sumado a los escándalos del príncipe Andrés, ha provocado una fuerte crisis de imagen de la Corona. Pese a todo, la monarca se ha mantenido firme en su compromiso con la institución y nunca ha dudado en permanecer cumpliendo con sus tareas. Una decisión que, en algunos casos, ha resultado un tanto llamativa, ya que los achaques que ha sufrido en los últimos tiempos podían hacer pensar en un relevo en la Corona.

Son muchas las anécdotas y curiosidades que, a lo largo de los años ha protagonizado la monarca. Desde el momento en el que se convirtió en reina, por ejemplo, una noticia que le llegó cuando estaba subida en un árbol en Kenia. Por curioso que pueda parecer, la monarca no ha tenido nunca ni permiso de conducir ni pasaporte, pero ha visitado más de cien países y la hemos visto al volante en varias ocasiones. Eso sí, desde que su marido tuviera un aparatoso accidente cerca de Sandringham, decidió que ya no conduciría más fuera de sus terrenos.

La Reina y el Duque en Malta. / Gtres

Gran apasionada de los animales, desde muy pequeña ha estado rodeada de mascotas, en especial, perros de la raza corgi y caballos y ponies. De hecho, fue su abuelo el Rey Jorge V quien le regaló el primero de ellos cuando apenas tenía cuatro años.

Aunque en estos momentos el mundo entero llora la muerte de la reina, los planes inmediatos tras su fallecimiento ya llevan varias décadas establecidos. La estrategia se perfiló en lo que se ha dado en llamar “Operación Puente de Londres”. Un plan que se diseñó originalmente en los años sesenta, pero que se ha ido actualizando con el paso del tiempo y que culmina en un funeral de Estado en la Abadía de Westminster. Ahora el Reino Unido se enfrenta a una nueva era en la que Carlos de Inglaterra asume el papel para el que tantos años ha estado esperando. ¡God Save The King!.

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