La importante decisión de Charlene de Mónaco sobre la educación de sus hijos
La princesa Charlene tiene claro que proteger a sus hijos y asegurar su bienestar es su principal priroridad.
Ser miembro de una casa real no es una tarea fácil, mucho menos cuando se es pequeño ya que, con independencia de la edad, los príncipes y princesas tienen que cumplir con una serie de normas y protocolos, que no atienden a criterios relacionados con la edad, sino con el rango. Por eso, no es extraño que, desde su más tierna infancia, los miembros de las diferentes casas reales se vean expuestos y sometidos a estrictas normas que tienen que interiorizar y seguir a rajatabla. No obstante, a pesar de las exigencias, siempre hay alguien que intenta liberar un poco la presión sobre ellos, al menos en parte. Esto es, por ejemplo, lo que hacen los príncipes de Gales con sus hijos o la princesa Charlene de Mónaco.
Catalina y Guillermo siempre han querido que sus hijos puedan desarrollarse de la manera más normal posible, aunque son conscientes de que pertenecen a una familia real y de que, por tanto, sus vidas no son como las del resto. Aunque hay cosas que escapan a su control, otras sí que pueden mantenerlas ‘a raya’, como es el caso de las actividades extraescolares. Por ejemplo, Catalina y Guillermo saben que sus hijos tienen que cumplir con una agenda, pero sí pueden darles cierta libertad a la hora de elegir sus pasatiempos.
Una forma de educar con la que la princesa Charlene está plenamente de acuerdo. Según ha trascendido tras unas declaraciones a un canal de televisión, la princesa intenta que sus hijos no se sientan presionados con el deporte. Tanto ella como el príncipe Alberto han tenido una brillante trayectoria en el mundo del deporte, sobre todo la princesa, y no quiere que esto les pase factura a sus hijos. Tal como ha asegurado, no quiere que sientan presión y desea proteger al máximo su infancia. «No quiero obligarlos a entrenar intensamente para un deporte. El príncipe y yo éramos atletas olímpicos», ha dicho la princesa, que ha comentado que se trata de una forma de vida muy exigente que puede tener un gran impacto en la crianza y la educación.
Precisamente por esto, y por la repercusión que ser atleta olímpico tiene en la vida de cualquier persona -más aún en los niños-, Charlene prefiere que sus hijos vean el deporte como una diversión. La esposa del príncipe Alberto ha asegurado que nunca obliga a sus hijos a practicar deporte aunque, aún así, a ambos les encanta y son muy deportistas. Los dos han aprendido a nadar con ella y también practican actividades acuáticas con su padre. «Gabriella tiene pasión por el baile hip-hop. Jacques practica taekwondo», ha revelado Charlene, que ha insistido en que «lo importante es darles una buena educación, confianza en sí mismos y una infancia feliz».
Una forma de pensar que enlaza con la de los príncipes de Gales, que siempre han buscado dar a sus hijos una vida lo más normal posible y un sentido de familia por encima de todo. De hecho, incluso en los primeros años de matrimonio de la pareja, la Reina Isabel y el entonces príncipe Carlos, le dio permiso para que se centraran en la familia por encima de sus deberes como miembros de la Familia Real.